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“Nietzsche me parece demasiado ingenuo”: Emil M. Ciorán

En un principio, todo era seducción. Juego, euforia, locura, incluso. Despertar. Descubrir. Friedrich Nietzsche le dio más de un bofetón a Emil M. Ciorán. Lo desafió. Lo puso boca arriba. Lo botó al piso.

Fernando Araújo Vélez
15 de julio de 2020 - 02:14 p. m.
Emil M. Ciorán, en esencia, era todo lo contrario de Nietzsche, muy a pesar de que hubiera sido influido por él en sus primeros años.
Emil M. Ciorán, en esencia, era todo lo contrario de Nietzsche, muy a pesar de que hubiera sido influido por él en sus primeros años.
Foto: Nátaly Londoño Laura

Le ofreció la mano para levantarlo y lo dejó caer. Le dijo, por ejemplo, que Dios había muerto, cuando Ciorán aún creía en alguna deidad a la cual entregarse, pues no hacía más que pensar en la muerte. “Cuando yo era joven, pensaba en la muerte en todo momento. Era una obsesión, incluso cuando comía -le dijo en octubre de 1978 a Helga Perz, en una entrevista publicada en el diario Süddeutsche Zeitung-. Ese pensamiento nunca me ha abandonado, pero con el tiempo se ha debilitado. Sigue siendo una obsesión, pero ya no es un pensamiento”.

Fernando Araújo Vélez

Por Fernando Araújo Vélez

De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com

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