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La Asociación Colombiana de Actores, la Asociación Colombiana de Organizaciones de Eventos, AsoDj Colombia, La Asociación Colombiana de Profesionales en Eventos, Manifiesto Coalición de Músicas Independientes, Músicos Sindicalizados de Colombia, Industria de Producción de Eventos y Espectáculos, Mesa Nacional de Músicos de Colombia, Mesa Amplia por el Arte y la Cultura, Circo Mesa Nacional, Fundación T de Teatro, Unidad Nacional de Artistas, y Suena Paaan, enviaron a la Presidencia de la República y al Ministerio de Cultura, así como al de Hacienda y al de Trabajo, entre otras entidades públicas, una carta en la que exponen un plan de trabajo, aún en proceso de elaboración, que busca apoyar a artistas, gestores y personas que apuestan por la construcción de país desde el arte, la cultura y el patrimonio.
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“Dejamos como premisa que en la cadena de valor del arte, la cultura y el entretenimiento el artista y la creatividad siempre serán el principio y el fin, y que las organizaciones de producción y circulación somos el músculo que permite la apropiación del público. Como tal, debemos estar articulados con cada uno de los respectivos ministerios, especialmente con el de Cultura”, se lee en el comunicado expedido por las organizaciones. Tras las intervenciones hechas ante el Congreso y en diferentes publicaciones, las agrupaciones han identificado cinco puntos principales: salvamento del arte, la cultura y la cadena de valor; desarrollo del censo del sistema nacional de cultura, análisis de presupuesto, incrementos y fuentes; análisis de presupuesto para infraestructura; y propuesta de una mesa mixta para el trabajo en acción de emergencia con el apoyo de los representantes en la Comisión Sexta de representantes y el Ministerio.
En cuanto a la acción pública enfocada en el sector cultural, las agrupaciones han identificado varias falencias: vacío normativo relacionado con una política social de atención y caracterización del artista, reducida focalización de esfuerzos hacia la adaptación estructural de temas prioritarios en el marco de la emergencia, limitada capacidad presupuestal para enfrentar la crisis, implementación de acciones demasiado puntuales con intervención parcial y desarticulada, carencia de espacios para el desarrollo de todas las disciplinas, desconocimiento de la precarización laboral en el sector cultural, ausencia de investigación del sector que impide un acercamiento a profundidad por parte de las autoridades públicas, entre muchas otras.
“La COVID-19 comenzó como una crisis sanitaria que se ha transformado en crisis económica y ahora en crisis humanitaria. El sector cultura, por ser uno de los más golpeados y el último en reactivarse, está en peligro de supervivencia, tanto en sus estructuras como en sus oficios y su gente. Reconocemos y afirmamos contundentemente que la cultura también es un derecho y así lo reconoce nuestra Constitución. No queremos pasar de la precariedad a la indigencia. Necesitamos con urgencia un plan de salvamento para nuestro sector”. Por esta razón, las agrupaciones hablan de cuatro grandes desafíos: supervivencia, mitigación, reactivación y rediseño de modelos de política pública.
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En cuanto a la supervivencia, las agrupaciones le proponen al Gobierno Nacional generar políticas de redistribución, establecer un Ingreso Básico de Emergencia de seis meses, según recomienda la CEPAL, y una Renta Básica Universal, como han propuesto 53 senadores. Por su parte, las agrupaciones se comprometen a crear campañas solidarias y colaborativas.
Para la fase de mitigación, las organizaciones culturales y artísticas le piden al Gobierno aplazar deudas tributarias e hipotecarias, congelar el pago de créditos y arriendos, eliminar el pago de IVA para prestación de servicios del sector, diseñar un estatuto del artista en un esfuerzo conjunto, y el diseño e implementación de fondos de emergencia y fondos de compensación con enfoque sectorial y territorial. Las agrupaciones afirman tener la intención de generar estrategias de asociatividad y proyectos colaborativos, así como participar de la elaboración del estatuto.
Con respecto a la fase de reactivación, la principal solicitud es que se reconozca la cultura como derecho fundamental y universal. Las agrupaciones hacen un llamado para que se den acciones de rescate desde la interinstitucionalidad; que el Mintic y el Ministerio de Educación diseñen y financien la creación, producción y circulación de contenidos pedagógicos a través de la virtualidad, así como que el Gobierno diseñe protocolos sanitarios específicos para la reapertura de espacios culturales y artísticos. También, piden aumentar la bolsa de estímulos y becas, y la formulación de planes de desarrollo locales con lineamientos y recursos para la cultura. Entre las muchas solicitudes resalta la idea de construir procesos de fundraising y crowdfunding para los actores del sector cultural. Por su parte, las organizaciones buscan fortalecer los procesos de asociatividad, concertar tarifas mínimas por servicios de acuerdo a los oficios, y trabajar para la profesionalización del sector.
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Finalmente, para la fase del rediseño de políticas públicas, las agrupaciones culturales y artísticas dejan un mensaje claro : “la vida cultural y las expresiones artísticas son parte de un ecosistema arraigado a los territorios y no son únicamente un producto del mercado”. Por tal motivo, las organizaciones solicitan la defensa de la soberanía cultural, el aumento del presupuesto destinado para el sector, la realización del censo del sector, profundizar en el enfoque territorial y diferencial, crear el estatuto del artista, así como la formulación de un documento CONPES, es decir de una política pública, para Cultura. El aporte de las agrupaciones culturales a esta fase se resume en la elaboración de nuevos procesos para la elaboración y circulación de contenido, y la creación de nuevos modelos para la gestión cultural.
Según las estimaciones de las organizaciones, el plan de salvamento costaría entre $600.000 y $1,5 billones de pesos al mes. Entre las opciones que las agrupaciones le dan al Gobierno para solventar este gasto se incluye inversión nacional e internacional. Bajo el #SinArteNo y #ArteEnAlerta, el sector cultural hace un llamado a la unión y al trabajo en conjunto para rescatar la cadena de valor en el mundo artístico.