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¿Por qué cambiar el funcionamiento o el recaudo del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico? Los integrantes del sector audiovisual y, en general, los integrantes del sector cultural la describen como la ley más beneficiosa para la producción de cine nacional.
El funcionamiento del Fondo para el Desarrollo Cinematográfico es, sin duda, el resultado de años de experiencia y lo que queremos es protegerlo, fortalecerlo y permitirle seguir evolucionando para mantener el impulso que nuestros cineastas necesitan para contar las historias propias de los colombianos. Es por esto que este año, por primera vez, el Ministerio de Cultura le hizo una adición por $5.000 millones, para solventar en parte el colapso de la taquilla que alimenta este Fondo. Luego de un 2019 que alcanzó niveles irrepetibles, incluso antes de la pandemia se proyectaba que en 2020 la taquilla iba a caer al menos en 15%. Ahora, con la pandemia, esta caída efectiva fue del 82 % y para 2021 se proyecta que sea apenas el 10% de 2019. Las proyecciones para los próximos años no son mucho mejores: la estructura del mercado ha cambiado de manera radical por la migración de los grandes estudios a sus plataformas digitales propias. Es en atención a este cambio brusco y que a todas luces parece ser sostenido, y buscando eliminar la incertidumbre y acelerar la recuperación del FDC, que el Gobierno propone establecer 2019 como el valor de referencia de ahora en adelante. Es evidente que el esquema de la parafiscalidad cumplió su ciclo y que el futuro de nuestro cine ya no puede estar atado al éxito de la taquilla internacional en un marco de disrupción sin precedentes.
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Si de todas formas se girará el dinero para que el Fondo tenga recursos, ¿por qué o para qué el cambio? La contribución parafiscal seguiría entrando, pero esta vez para el presupuesto nacional, que a su vez hará el giro para el fondo. ¿Cuál es el déficit que se cubre con esto? O cuál es el objetivo de la medida...
El propósito de esta medida es la sostenibilidad del FDC y, a través de este, el de Proimágenes y todo el ecosistema que se ha creado para que nuestro cine florezca y alcance los más altos reconocimientos internacionales. Esta es una medida que no busca sostenibilidad fiscal, de hecho, hace parte el componente de solidaridad: se trata de que entendiendo la importancia de contar con la narrativa del cine se garantice el funcionamiento de las convocatorias en un contexto de incertidumbre.
Supongamos que en el futuro la pandemia se supera y las personas regresan masivamente a cine: el recaudo sería mayor al del 2019 y esos montos adicionales podrían quedarse en el fondo, lo que garantizaría un fortalecimiento para el sector audiovisual en el país...
La industria cinematográfica viene experimentando cambios durante la última década con nuevos jugadores como Netflix, Amazon o Apple, y la migración a plataformas digitales de estudios tradicionales como Disney o Universal. En este contexto, si bien la exhibición no va a desaparecer, si sufrirá cambios profundos y, en ningún escenario, es previsible un retorno a audiencias como las observadas en 2019, al menos no en una década. Es nuestra responsabilidad como gobierno proponer e impulsar los ajustes al sistema que protejan el ecosistema de producción cinematográfica que, con tanto esfuerzo, se ha construido desde 2003 con la expedición de la Ley de Cine y que hoy está en peligro por la pandemia y sus consecuencias de corto y mediano plazo. No creo que ante la evidencia nos debamos quedar cruzados de brazos a esperar que un milagro ocurra.
El representante a la cámara, José Daniel López, dice que lo que realmente se está haciendo con este cambio, es quitarle dinero a la cultura. ¿Cuál es la posición de ustedes frente a esto? ¿Qué le dirían al sector?
Esta medida hace parte del componente de solidaridad y en lugar de quitarle dinero a la cultura, lo que hace es garantizarle su mejor momento para asegurar que, en este caso, nuestro cine siga creciendo, inspirando y manteniendo viva nuestra memoria. El Gobierno del presidente Iván Duque, a través de la política de Economía Naranja, ha sido el que, de lejos, ha invertido más en cultura en la historia de Colombia.