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El trampolín de la muerte, así se conoce la estrecha carretera que conecta los Andes con la Amazonía, o más específicamente la vía entre Mocoa y San Francisco en Colombia. Haciendo una comparación desde un antes y un después, donde se evidencia un avance tecnológico y de infraestructura en la ciudad, comparado a unas precarias situaciones del pasado, se muestra que a pesar del paralelismo, las condiciones siguen siendo prácticamente las mismas.
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Gracias al diverso material de archivo dotado de imágenes y sonidos, se va decantando la historia de lo que hoy es esta variante. Desde inicios de 1900, los monjes capuchinos buscaron la forma de acceder a esta inhóspita selva para evangelizar a los nativos; durante dos años, y aproximadamente con 1400 trabajadores por día, hicieron una carretera que estaría marcada por la muerte. Tal como lo afirmaba Fray Canet del Mar, uno de los misioneros capuchinos encargados de realizar la senda, pareciera que el monte estuviera poseído por un espíritu maléfico que evitaba la entrada a este mundo.
Ni los años transcurridos ni la supuesta modernidad alcanzada han logrado ofrecer una seguridad para los miles de vehículos que se atreven a hacer este viaje. Un puente que no cumple con la finalidad para la que es fabricado, una unión fragmentada, la naturaleza descontrolada, unas falsas promesas que se han vivido al pasar del tiempo y que cada vez más distan de volverse realidad.
Simón Uribe, quién es geógrafo e investigador, además de realizador, se encarga de hacer un minucioso retrato de la situación que viven los habitantes de esta zona. Con su mirada se experimenta la montaña rusa de sensaciones que sienten cada uno de los participantes de esta producción. La naturaleza, la gente y las obras se vierten en un espiral donde todos conocen el fatídico destino que los espera.
Como si fuera un relato de ficción, Suspensión va llevando al espectador en un viaje de no retorno, donde tal como el puente que queda suspendido entre el vasto monte, quedan congeladas las esperanzas de una comunidad que ahora más que nunca está en el olvido.
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Esta reseña fue elaborada en el marco del Taller de Crítica del Programa académico BIFF BANG!, organizado junto con la Maestría de Creación Audiovisual y el Centro Ático de la Pontificia Universidad Javeriana.