The Father, la más reciente película de Anthony Hopkins.
Foto: SEAN GLEASON
The Father tiene la magia del cine, pero mantiene la esencia del teatro. La película de Florian Zeller es una adaptación de las tablas al séptimo arte. Y mantiene la esencia porque el espectador termina interactuando con el desarrollo de la historia. Los momentos de confusión abundan y el miedo se va apoderando de quienes vemos la película, de a poco el temor de pensar en la fragilidad de la memoria va adentrándose en el pecho, en los brazos, en ese frío que nos hace temblar y nos induce en la vida de una persona que sufre demencia senil.