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Con una oferta final "mejorada" que presentará la semana próxima, Argentina prorrogó nuevamente, al 19 de junio, el plazo para que sus acreedores adhieran a un canje de deuda por unos 66.000 millones de dólares.
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Argentina está analizando sugerencias "sobre los diferentes caminos para mejorar los cobros (...) y maximizar el apoyo de los inversores, al mismo tiempo que preserva sus objetivos de sostenibilidad de la deuda", indicó un comunicado del gobierno emitido este viernes, cuando vencía el plazo para que los acreedores aceptaran una propuesta oficial de reestructuración de deuda emitida bajo legislación extranjera.
"Argentina y sus asesores pretenden aprovechar esta extensión para continuar con las discusiones y permitirles a los inversores continuar contribuyendo con una reestructuración de deuda exitosa", añadió el texto.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, indicó este viernes que la nueva oferta será dada a conocer "a partir del martes".
Según fuentes oficiales consultadas por la AFP, Guzmán presentará "una propuesta final mejorada" ya consensuada con acreedores y que cuenta con el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Acuerdo a contrarreloj
Argentina, en recesión desde 2018 y cuya economía sufrirá aún más por la pandemia del nuevo coronavirus, busca a contrarreloj llegar a un acuerdo que le evite un litigio judicial con sus acreedores que mantendría al país fuera de los mercados internacionales de crédito.
Esta es la tercera vez que se extiende el plazo para el canje desde que el 8 de mayo. La gran mayoría de los acreedores rechazó la primera oferta que contemplaba un plazo de gracia de tres años y una reducción de 62% en intereses y de 5,4% en capital.
Según una fuente oficial, la nueva propuesta contempla un valor superior a los 50 dólares (por cada 100 dólares de valor nominal) más un cupón atado a la evolución de las exportaciones agropecuarias. La primera oferta estaba por debajo de los 40 dólares por cada 100.
El país sudamericano, uno de los mayores exportadores de alimentos del mundo, cayó en default el pasado abril, por novena vez en su historia, al incumplir con el pago de unos 500 millones de dólares en intereses de tres de los bonos sujetos al canje, pero enseguida anunció que seguía negociando, por lo que la artillería del default no se disparó.
"Está claro que Argentina debe encontrar un acuerdo con los acreedores, está claro que los acreedores no aceptaron la (primera) oferta hecha en mayo. Está claro que la Argentina va a mejorar su oferta", dijo el presidente Alberto Fernández esta semana.
La deuda pública argentina totaliza unos 324.000 millones de dólares, equivalentes a casi 90% de su Producto Interno Bruto.
Evitar que los tiempos se alarguen
Si logra un acuerdo con los acreedores el default quedaría superado.
En esta renegociación de deuda hay bonos de 2005 y 2010, producto de una anterior reestructuración durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner (2003-2015), y también nuevos títulos emitidos a partir de 2016, durante el mandato de Mauricio Macri (2015-2019).
Pero si los tiempos se alargan mucho, otros bonos caerán en default. Hay vencimientos previstos para fines de junio, que contando el periodo de gracia podrían extenderse hasta fines de julio.
En ese caso, los tenedores de bonos podrían cansarse e ir a la Justicia estadounidense a reclamar su pago.