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Jenaro Pérez Gutiérrez, como gerente de Colanta, se ha levantado a diario durante los últimos 39 años pensando en cómo reinventar una empresa que en sus orígenes, durante la década del sesenta, nació como una utopía rodeada de dificultades. Ahora, con un tratado de libre comercio con Estados Unidos que se aproxima y con una industria lechera que busca no desaparecer, es optimista y confía en las bases de la compañía que ha comandado por tanto tiempo.
Pérez le contó a El Espectador que busca aumentar sus exportaciones de quesos frescos y yogures a EE.UU. y que el invierno, que sigue causando estragos en varias regiones del país, aún no les ha hecho mella. Sin embargo, está preocupado porque los aportes de su compañía al Fondo Nacional del Ganado no se han visto representados en beneficio alguno.
Fedegán advertía que el TLC iba a ser la ruina. Sin embargo, ustedes son optimistas…
Cada cual habla según como le va en la feria. Colanta se viene preparando para esta situación y está ‘en los gloriosos’. ¿Por qué? Porque estamos exportando productos lácteos como yogur y queso fresco hace ocho años, pagando 32% de cuota. Ahora vamos a duplicar la capacidad de producción de queso fresco, porque no vamos a pagar este porcentaje a partir del próximo mes.
Le llegó la hora a Colanta y pueden estar seguros nuestros 12.000 productores de que les vamos a garantizar la compra de su producción para exportarla en quesos frescos. El queso fresco nos dio la salvación.
Colanta es la única empresa del sector que tiene certificado de la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos. Incluso, para hacer la certificación de las fincas costaba alrededor de $40 millones. Sé que vendemos queso fresco buscando el mercado latino y nos ha ido bien. El TLC para nosotros es redentor.
En cuanto a planes de expansión, ¿construirán más plantas?
Constantemente estamos construyendo. Tenemos comité de gerencia para presentar la propuesta de montar una nueva torre para hacer quesos frescos buscando exportarlos. Tenemos un producto especial que lo inventamos con unos técnicos internacionales.
¿En qué va el reclamo a Fedegán por el Fondo Nacional del Ganado?
Hemos aportado a Fedegán $24.000 millones por la cuota de leche y carne. ¿Qué hemos recibido? Nada. Ni la vacuna antiaftosa. Nosotros la vendemos, pero también tenemos que ir a comprarla. Esas son las diferencias que tenemos. ¿Cuánto recibe al año Fedegán? No sé cuánto. Hay una cosa más criminal: el sacrificio de un bovino de 500 kilos vale $8.000 y un ternero paga lo mismo.
Es criminal porque los terneros se les echaban a los perros o se los comían en las fincas. Colanta recoge esos terneros, se llevan a Frigocolanta para hacer chorizos de ternera para que pasado mañana, cuando nos declaren libres de aftosa, podamos exportarlos a Europa. Éstos se consumen en Francia, Italia y Holanda.
El invierno tiene en alerta al sector lechero. ¿Cómo les ha afectado?
En nuestro caso vamos muy bien, cada vez mejor. Las ventas de la empresa están en su mejor época, porque como han proliferado las mezclas lácteas, la gente conoce la calidad de la leche Colanta. Así es que el invierno, en primer lugar, no nos ha afectado porque la mayoría de la zona lechera nuestra está en el norte de Antioquia.
Sumado a esto continúa la problemática de la leche, porque entre enero y marzo hay escasez debido a que los pastos de la Costa Caribe se secan, pero en abril, mayo y junio esta región vuelve a producir. Desde hace 30 años venimos así y todavía seguimos en las mismas.
Al hablar de planes de expansión, ¿hay interés de llegar a otros mercados de la región?
Nuestro mercado natural ha sido Venezuela, porque allí no tienen ni leche ni carne. Sin embargo, ha habido muchas dificultades con las ventas, pese a que hemos negociado con el gobierno. Hoy en Venezuela el mercado es confuso.