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Comprando bitcóins al estilo colombiano

No todos tienen $120 millones para comprar un bitcóin, por eso muchos prefieren hacerlo por fracciones: lo que alcance con $150.000, por ejemplo. Además, en el país se suele pagar por medio de transferencias bancarias.

Camilo Vega Barbosa / @camilovega0092
24 de enero de 2021 - 02:00 a. m.
El bitcóin pasó de US$5.000 a US$30.000 en 2020.
El bitcóin pasó de US$5.000 a US$30.000 en 2020.
Foto: Getty Images/iStockphoto - Intpro
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Colombia no es ninguna novata a la hora de invertir en bitcóins. Desde hace años los ciudadanos crearon un sistema que les ha permitido participar tanto en los grandes auges (como cuando pasó de US$30.000 a US$40.000 en los primeros ocho días de 2021), como en las dramáticas caídas (como cuando cayó 25 % entre el 10 y 11 de enero de 2021) de la criptomoneda. (Lee también: En 2021 nadie se aburrirá con el petróleo, el dólar y el bitcóin)

Existen diferentes modalidades para transar bitcóins, pero en Colombia la que reina es la opción de invertir por medio de plataformas “peer-to-peer” (P2P). Hay varias, como LocalCryptos, que permiten hacer operaciones con otras criptomonedas (como Ethereum). Incluso Binance lanzó su portal para hacer operaciones P2P.

Pero por lejos la que más se usa en el país es LocalBitcóin, que únicamente permite operaciones con bitcóin: tan solo en las dos primeras semanas de 2021 se transaron casi $25.000 millones, lo que convierte a Colombia en la tercera nación que más invierte por medio de este portal.

Las plataformas “peer-to-peer” son muy similares a un marketplace: un lugar que conecta a vendedores con compradores. En este tipo de portales se publica un aviso, ya sea de compra o de venta, en el que se ponen datos del precio objetivo e indicaciones logísticas para sellar la operación (como la forma de pago).

Básicamente cada plataforma tiene su propia billetera de criptomonedas incorporada, que permite tener control sobre cada operación (administrando los bitcóins en cada fase de la transacción). Entonces, a la hora de registrarse, cada usuario adquiere una cuenta con su respectiva billetera.

Esto también implica que para vender se deben depositar los bitcóins a esta cuenta o comprarlos dentro de la plataforma. Además, al final de la operación el comprador puede dejar su divisa en la plataforma (para futuras ventas) o transferirla a otra billetera o incluso transferirla a una cuenta bancaria.

Cuando se da una venta, hay varias fases que la plataforma supervisa: primero se hace el match entre el comprador y el vendedor, con el respectivo precio; luego el comprador realiza el pago; el vendedor confirma el pago; y finalmente el portal aprueba el intercambio de la criptomoneda (de una cuenta a otra). Y por supuesto el portal cobra una comisión, por lo general variable: 1 % de la operación en LocalBitcóins.

Los protocolos impiden que el vendedor pueda cancelar la venta unilateralmente mientras se está en la fase de pagos. Lo que protege al comprador. Además, se suele establecer una ventana de tiempo para cerrar la operación. Y en cada operación tanto el vendedor como el comprador recibe una calificación que otros usuarios pueden ver (reputación para futuros negocios).

El toque colombiano

Con las P2P se pueden comprar y vender criptomonedas en diferentes países, pero las operaciones en Colombia tienen sus particularidades. La más llamativa es la forma de pago, pues hay una preferencia por usar las transferencias bancarias. (Lee también: ¿Por qué el bitcóin es tan tentador en Colombia?)

Por ejemplo, así publica sus condiciones un usuario de LocalBitcóins: “No se aceptan pagos de terceros. En los recibos de consignación se debe anotar al respaldo: pago BTC no reembolsable. Depósitos en corresponsales bancarios se debe adicionar $6.000. Transferencias en cajero electrónico o en app no tienen costo. Me reservo el derecho de rechazar el servicio a cualquier persona por cualquier motivo. Cualquier devolución de cargo o intento fraudulento se informará a la policía y otras autoridades relevantes”.

Además, dentro de estos portales es normal que los colombianos establezcan que reciben transferencias en bancos puntuales: Bancolombia, Davivienda y Nequi son algunos de los más recurrentes.

En Colombia, por el momento, no hay ninguna norma que prohíba que las plataformas bancarias sean utilizadas como canales de pago de las operaciones con criptomonedas.

Pero para ciertas cantidades puede empezar a haber más controles: por ejemplo, es obligación de cualquier entidad bancaria pedir un reporte de procedencia cada vez que se consiguen más de $10 millones en efectivo dentro de una sucursal bancaria. Y, por supuesto, se debe investigar y reportar a la Unidad de Información y Análisis Financiero (UIAF) cualquier movimiento que consideren irregular.

Sin embargo, el monto de las operaciones con criptomonedas es otra de las características particulares en Colombia. No todos tienen $120 millones para comprar un bitcóin, por eso muchos prefieren hacerlo por fracciones: lo que alcance con $150.000, por ejemplo.

Esto es posible gracias a que las criptomonedas tienen la misma capacidad de divisibilidad de las otras monedas: así como un dólar se puede dividir en 100 centavos, un bitcóin se puede dividir en 100’000.000 de satoshis (la unidad más pequeña de un bitcóin).

Esto significa que es perfectamente posible que un colombiano compre $50.000, $100.000 o un $1 millón en fracciones de bitcóins, y así participar del mercado con poco capital. No obstante, debido a que cada transacción representa un desgaste, los vendedores suelen poner un monto mínimo (pero el rango es muy amplio).

Aunque para operaciones muy pequeñas muchos prefieren transar con criptomonedas más baratas como Ethereum, cuya unidad se encuentra cerca de los US$1.100 (que también tienen unidades de fracción, los Gwei).

Es común, asimismo, que cada vendedor tenga sus protocolos de seguridad para evitar cualquier problema ahora o en el futuro. ¿Como cuáles?

La modalidad de estafa sobre la que más se advierte en los P2P es la que se da por medio de pagos de cuentas de terceros.

Así funciona la trampa: los estafadores entran a la plataforma como compradores, pero hacen el pago engañando a personas fuera del portal (por lo general les dicen que les venden bitcóins a precios muy baratos) para que hagan el pago por ellos en la cuenta del vendedor. Y el vendedor, al ver la transferencia, aprueba el pago, lo que lleva al portal a liberar los bitcóins hacia la cuenta del estafador.

En esta estafa también afectan al vendedor, pues el dinero entra a su cuenta y puede verse en medio de una investigación. Por eso, para protegerse a sí mismos, los vendedores suelen poner de condición que solo reciben pagos a nombre del comprador y no de terceros.

¿Es seguro?

El principal riesgo de esta inversión siempre será el mismo bitcóin, pues es uno de los activos más volátiles del mundo, por lo que se debe considerar como una inversión de alto riesgo, y se recomienda prudencia sobre los montos. No hay que apostar todos los huevos a esta canasta, en especial si se está empezando.

Por ahora las proyecciones de reconocidos analistas, como JP Morgan, indican que el bitcóin podría superar los US$146.000 en el largo plazo, pero nadie tiene certeza cuándo y cómo. Lo único claro es la inestabilidad del activo, como el desplome de esta semana que llevó a la divisa a perder US$5.000 y caer hasta los US$30.000: el segundo gran desplome del año, que ya está generando incertidumbre sobre las proyecciones.

Entonces, si va a invertir hay que prepararse para llevarse buenos sustos, no es una inversión ideal para los perfiles más conservadores.

Pero, además de la inestabilidad del mercado, algunos pueden considerar como un riesgo la ambigüedad legal y la protección de los consumidores. En el caso de los P2P, las plataformas que más usan los colombianos, es importante tener presente que la mayoría no están reguladas dentro de las naciones en las que funcionan. Pero no significa que sean ilegales, más bien están en un limbo jurídico.

En Colombia, por ejemplo, el Banco de la República aclaró que no reconoce al bitcóin u otra criptomoneda como moneda válida. Solo considera como medio de pago el peso, y el dólar en ciertos casos. Y la Superfinanciera ha emitido una serie de circulares en las que les recomienda a las entidades vigiladas no hacer operaciones con monedas digitales.

No obstante, recientemente se han dado avances que dan esperanzas sobre la regulación de las criptomonedas en Colombia. El más grande es la Arenera (Sandbox), un marco regulatorio temporal que creó la Superintendencia Financiera para que las empresas (fintech) puedan probar las nuevas tecnologías aplicadas a servicios y necesidades financieras.

De hecho, el pasado 31 de diciembre cerró el plazo de inscripción de un piloto controlado para manejar operaciones de depósito y retiro en materia de criptoactivos entre entidades financieras y plataformas de intercambio.

A pesar de los avances, en Colombia las operaciones con criptomonedas todavía son un mercado en el que la protección a los consumidores es menor. Por ejemplo, un P2P no le puede dar las mismas garantías a sus usuarios que los otros marketplaces regulados (como MercadoLibre, Linio, OLX, etc.), pues en caso de un problema en la plataforma no es claro si se debe, o se puede, acudir a la Superfinanciera, la Superintendencia de Industria y Comercio u otra entidad. Tal vez la mejor opción sería una denuncia en la Policía y esperar a que se abra un proceso (como en el caso de la estafa de cuentas de terceros).

Toda esta ambigüedad abre el debate sobre si los P2P realmente funcionan como custodios de las transacciones. Pero es claro que les conviene proteger a sus clientes por medio de protocolos eficaces para seguir creciendo y ser sostenibles. Sin embargo, siempre es bueno seguir las recomendaciones de expertos para evitar inconvenientes.

Carlos Mesa, director de la fundación Bitcóin Colombia, explica que “para los que apenas vayan a empezar a invertir en bitcóin se les recomiendan cinco tips de seguridad. Primero investigar, se debe entender la criptomoneda que se está comprando. Páginas como Coindesk son útiles para esto; segundo, desconfiar de los cuentos de familiares y amigos sobre proyectos de criptomonedas, pues uno mismo debe hacer la investigación; tercero, alejarse de los negocios con criptomonedas que implican afiliar a familiares y amigos, pues es probable que sea una pirámide; cuarto, solo comprar en portales reconocidos. Si es P2P se recomienda LocalBitcóins o LocalCryptos, y cinco, se debe comenzar a invertir de a poco, pues este es un activo muy volátil. Siempre decimos en este mercado que nunca se invierta lo que no se está dispuesto a perder”.

Es claro entonces que no se requiere tener cientos de millones de pesos, o tener contactos de inversionistas internacionales, para poder comprar o vender bitcóins en Colombia. Es decir, ya existe una forma de invertir en criptomonedas con un estilo adaptado a las necesidades y preferencias de los colombianos. Pero como en toda inversión, se recomienda asesorarse bien y ser prudente sobre los montos de inversión.

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