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Hay que comenzar desde abajo: ¿qué pasó con GameStop? y, de paso, ¿qué es GameStop?
GameStop es una cadena de almacenes dedicados a vender videojuegos y consolas. Esto es, una empresa con locales de ladrillo, cemento y vidrio compitiendo en la era de compra y distribución digital de buena parte de sus productos. En otras palabras, la salud de la compañía podría estar mejor, sin que esto quiera decir que está en un inmediato proceso de muerte financiera: antes de que todo este torbellino financiero empezara, su valuación rondaba los US$2.000 millones, una cifra nada despreciable en todo caso.
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Pero como internet no parece tener ganas de desaparecer y el mercado de videojuegos y consolas tampoco tiene señales de regresar al modelo de ventas físicas exclusivamente, el pronóstico para GameStop es que seguirá perdiendo dinero este año y el siguiente y así…
Esto es importante porque por este lado comenzamos a explicar qué pasó con GameStop: debido a su frágil posición en el mercado de los videojuegos, varios fondos de inversión de Wall Street comenzaron a apostar que el negocio continuará hundiéndose, utilizando un mecanismo conocido como posiciones en corto (en inglés se les conoce como short).
¿Qué es una posición en corto o short? Alexis Goldstein, una antigua profesional de Wall Street lo explicó de esta forma en el portal Markets Weekly: “Se trata de apostar que una acción va a caer, en pocas palabras”. ¿Cómo? “Esto requiere que usted primero tome las acciones de alguien, como una especie de préstamo. Su corredor las vende inmediatamente y como usted está seguro de que el precio va a caer, entonces se relaja. Cuando el precio ha caído lo suficiente, usted compra los títulos de vuelta a un valor más bajo y los devuelve a quien sea que se los haya dado”.
En otras palabras, el mercado financiero permite vender cosas que no se tienen. Y en el caso de las ventas en corto se puede ganar cuando se cree que el precio va a caer. Se puede entender con el ejemplo del minibar: usted está en un cuarto de hotel y llega un amigo a su habitación. Él se antoja de una gaseosa del minibar, y usted dice que se la vende al precio de ese día. Al día siguiente usted debe hacer check out y devolver la gaseosa: si ese día el valor de las gaseosas bajó usted ganó plata porque su amigo le pago más el día anterior, pero si subió usted perdió porque le vendió más barato a su amigo.
Y por este lado llegamos a la pregunta de qué pasó con GameStop esta semana. Los miembros de un foro de discusión en Reddit (Wall Street Bets) examinaron en dónde se estaban concentrando posiciones en corto y encontraron GameStop para después comenzar a comprar masivamente acciones de la compañía, lo que impulsó el precio hacia arriba y, con ello, acabaron con la jugada de los fondos de inversión.
La subida fue tan alta que generó algo que en Wall Street se conoce como un “short squeeze”. Goldstein lo explica de esta forma: “Es cuando un precio sube tanto que los vendedores de las posiciones en corto son forzados a comprar de vuelta las acciones para liquidar su posición y dejar de perder tanto dinero”.
Volviendo al ejemplo del minibar, lo mismo pasó con las acciones de Game Stop, pues dado el bajo desempeño de la empresa, todos esperaban que más acciones bajaran. Pero dado que los de Reddit hicieron subir los precios, esa gaseosa salió muy cara
Sólo este mes, los títulos de GameStop han subido 1.700 %, contando el alza de este miércoles, que llegó a 135 %. Todo esto ha llevado a que la valuación de esta compañía sea ahora de US$24.000 millones. O sea, en un corto, muy corto tiempo, la empresa añadió US$22.000 millones en su valor de cara al público. ¿Por qué? Básicamente, porque sí.
Si se busca en un diccionario la expresión especulación del mercado, el caso GameStop bien puede servir como su definición: una empresa cuyas perspectivas de mercado no se ven demasiado alentadoras, pero cuyo valor se incrementa 12 veces en un periodo que no supera el mes.
La jugada de los pequeños inversionistas reunidos en Reddit le ha salido cara a varios fondos de inversión de Wall Street, como Melvin Capital o Citron Capital.
“Estamos muy jodidos”, tuiteó este miércoles el fondo de inversión Melvin Capital, uno de los más expuestos a las opciones a corto de GameStop, y que anunció que han cubierto esas operaciones especulativas tras las pérdidas ocasionadas en los últimos días por los minoristas.
Una inesperada subida del precio de una acción, como la que provocaron, obliga a los inversores en el mercado de opciones a corto a aminorar las pérdidas adquiriendo los títulos de esas opciones echadas a perder, con lo que las compras impulsan aún más el valor de los títulos sin que existan fundamentos de mercado para ello, según explicó la agencia EFE.
En general, nadie por fuera de Wall Street suele tener mayor simpatía por lo que esta esquina de riqueza y riesgo representa, o por algunas de las cosas que ha hecho, como incubar crisis tras crisis tras crisis tras crisis… “Saludos desde el 2008, queridos fondos de inversión”, dijo un usuario en Twitter refiriéndose a la jugada contra los fondos de inversión.
Lo sucedido con GameStop tiene varios niveles de análisis. El primero es la especie de disonancia cognitiva alrededor del alza de las acciones, y con ellas el valor de la compañía. El miércoles, cuando el título de la empresa subió 135 %, la bolsa de Nueva York registró su peor día desde octubre del año pasado. Extraño, por decir lo menos.
En un texto publicado por este diario se planteaba esta pregunta, que sirve bastante para ajustar la perspectiva en el caso GameStop: “Hay que tener claridad sobre si la cotización de las empresas que vemos en la bolsa (local o internacional) corresponde realmente al valor que agregan por el bien o servicio que proporcionan o si lo que compramos o vendemos es simplemente una percepción distorsionada de su valor”.
Este pedazo de la historia sirve para ilustrar la eventual desconexión entre lo que pasa en la bolsa y en el resto del planeta, el mundo que no se compone de ceros y unos viajando entre el Reino Unido, Hong Kong y Nueva York. Las buenas noticias del sistema financiero no siempre se trasladan a este lado de la pantalla; aunque las malas pueden terminar en el balance de las cuentas públicas de muchos países.
Wall Street right now pic.twitter.com/LmmrQdc7jI
— Paul Lawson (@PaulLaw10) January 27, 2021
¿Qué pasará con GameStop? con una valuación de US$24.000 millones que puede evaporarse rápidamente, la compañía podría comprar algunos de sus títulos para financiar una transformación empresarial. Quizá. Quizá no. Andrew Ross, analista financiero de The New York Times, lo pone de esta forma: “Hay una razón por la cual los cuentos de hadas se llaman así”.
El miércoles, las transacciones de GameStop fueron detenidas para evitar más daños y aberraciones en el mercado financiero. Y muchos preguntaron si era legal lo que estaba pasando. No parece haber una respuesta concluyente porque, al fin y al cabo, estamos hablando de un mercado libre, ¿no? En Twitter alguien dijo, pleno en sarcasmo: “Oh no, la gente equivocada está manipulando el precio de las acciones”.
El comentario sirve para hablar de otra de las aristas del asunto GameStop, que tiene que ver con el tufillo David contra Glotiath, o en este caso inversionistas pequeños contra los grandes fondos de inversión.
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El tinte medio anárquico del caso GameStop es, de cierta forma, la aplicación del manual de comportamiento Wall Street contra el propio Wall Street. Listo. Pero, de fondo, se está hablando del valor inflado de una compañía que no ha pasado por el proceso de transformación industrial de cuento de hadas, por lo que el final del camino parece seguir siendo el mismo: un declive de los títulos y con éste la caída de los inversionistas.
El peligro es que cuando éstos ya no son los grandes fondos de inversión, sino personas comunes y corrientes con algo de dinero y tiempo extra, las pérdidas de las operaciones puede que no lleguen a los titulares de los diarios financieros, pero no por ello dejarán de ser menos reales, dolorosas e incluso peligrosas. Para tener en cuenta, el lunes de esta semana, dos fondos de inversión inyectaron recursos en Melvin Capital por US$2.700 millones.
Con todo y los riesgos en la mitad para los pequeños inversionistas, todo el asunto no deja de despertar ciertas sonrisas aquí y allá por cuenta del pasivo social histórico de los mercados de valores. En la “Ópera de los tres centavos” Bertol Brecht se preguntaba: “¿Qué es el atraco a un banco comparado con la creación de un banco?”.
Las jugadas de pequeños inversionistas contra las posiciones en corto de grandes fondos de inversión no se han limitado a GameStop y se han extendido a BlackBerry (el otrora gigante de los teléfonos móviles) y AMC Entertainment (una cadena de cines en EE.UU.).