¿En dónde está el asbesto en Colombia?

El Congreso prohibió este material cancerígeno. En Colombia hay una mina dedicada a su explotación y se registran importaciones y exportaciones, aunque el gremio Asocolfibras afirma que hoy no se fabrica ningún producto con asbesto para el sector de la construcción.

Redacción Economía.
12 de junio de 2019 - 11:15 p. m.
En 2018, Colombia importó poco más de 168 toneladas de asbesto o mezclas con ese material en la base. / Getty Images.
En 2018, Colombia importó poco más de 168 toneladas de asbesto o mezclas con ese material en la base. / Getty Images.
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Prohibir el asbesto en Colombia requirió siete intentos en el Congreso de la República. El octavo resultó exitoso el pasado martes, cuando por unanimidad la Cámara de Representantes dio luz verde a prohibir este grupo de minerales fibrosos, “que han tenido o siguen teniendo un uso comercial” debido a características como su “extraordinaria resistencia a la tensión”, menciona la exposición de motivos del proyecto de ley liderado por la senadora conservadora Nadia Blel.

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Por sus atributos, el asbesto ha sido utilizado en sectores como la construcción, en el aislamiento de edificios, como componente de tejas y tuberías, entre otros. No obstante, esas cualidades contrastan con sus efectos en la salud. La Organización Mundial de la Salud ha advertido que la exposición a este material causa cáncer de pulmón, laringe, ovario y otras enfermedades. En el país, se lee en la exposición de motivos, se calcula que unas 320 personas mueren al año por esta razón.

El mismo documento señaló que más de 50 países en el mundo han prohibido el asbesto, pero que en Colombia el consumo de este rondaba los 12,3 millones de toneladas métricas en 2010. Ahora, con la aprobación del proyecto de ley, se dan dos años (hasta 2021) para que el asbesto deje de existir en el país. Se prohíbe su uso, distribución, explotación, exportación e importación.

Según los datos que Colombia reporta ante la Organización de Naciones Unidas, en 2018, el país importó poco más de 168 toneladas de asbesto o mezclas con ese material en la base, por un valor de US$1,8 millones. En cuanto a exportaciones, están registradas 19,5 toneladas, equivalentes a US$169.000. En ambos casos, el comercio en volumen fue menor que el año anterior (2017), cuando se importaron 206 toneladas y se vendieron 20 en el exterior.

En el país hay solo una mina que se dedica a la explotación de asbesto, ubicada en Campamento (Antioquia), y operada por la empresa Las Brisas. De acuerdo con la Secretaría de Minas de Antioquia, en el tercer trimestre de 2018 (la última cifra disponible), allí se produjeron 358,7 toneladas de asbesto. De 9.000 habitantes del municipio, cerca de 200 derivan su sustento de esta actividad, según dijo el alcalde Jorge Durán a Blu Radio en marzo pasado, aunque la Secretaría reporta oficialmente 44 trabajadores en el título minero. En ese momento, el mandatario manifestó su preocupación por el futuro de los habitantes que derivan su sustento de esta labor y desestimó que hubiera afectación en la salud pública a causa del asbesto.

Ahora la ley aprobada también dispone que se implemente una estrategia para que todos los trabajadores de esa mina logren una adaptación laboral. El Espectador consultó sobre esto al Ministerio de Trabajo, que, no obstante, está a la espera del resultado de la conciliación del proyecto entre Cámara y Senado para saber cómo quedan finalmente las disposiciones.

En el lado industrial, por otra parte, existe un gremio que reúne a las principales empresas que trabajan con distintas fibras para la producción de sus materiales, Asocolfibras. Allí están Eternit y Toptec, entre otras, que han utilizado el asbesto en sus procesos productivos. Por eso sus actividades siempre estuvieron en cuestión durante el debate de este proyecto de ley y los anteriores. De acuerdo con cifras de ese gremio, si se incluyen la totalidad de empresas (no solo las vinculadas a Ascolfibras), se calcula que el sector al que pertenecen genera un total de 2.500 empleos directos y unos 60.000 indirectos.

Luego de la prohibición, manifestaron que la agremiación “acatará y respetará en su integridad la ley aprobada por el Congreso de la República, una vez entre en vigencia”. Además, “que en la actualidad no se produce en Colombia ningún producto con asbesto para el sector de la construcción. Esta sustitución, que se inició varios años atrás, fue hecha de manera voluntaria por las empresas respondiendo a tendencias del mercado y a necesidades de los consumidores, lo cual implicó importantes inversiones para adecuar sus procesos de producción con tecnología de punta y un gran esfuerzo para preservar los empleos generados”.

Por lo anterior, según Jorge Hernán Estrada, presidente ejecutivo de Ascolfibras, no prevén un impacto en las empresas como producto de la prohibición. “Por otro lado, en los más de 75 años de operación de la industria en Colombia se han instalado aproximadamente 11 millones de toneladas entre cubiertas y tubería de fibrocemento a lo largo y ancho del territorio nacional”.

A través de un comunicado, Eternit expresó: "Desde el año 2015 tomamos la decisión de sustituir el asbesto en los procesos productivos del país y, en consecuencia, actualmente, ninguno de nuestros productos, incluidas las tejas onduladas, utiliza este tipo de fibra". Añadió que no fabrica ni comercializa tubería para obras públicas elaborada con asbesto, ni con algún otro material; ni comercializamos tanques con asbesto, los cuales fueron sustituidos por el polietileno hace décadas".

Por Redacción Economía.

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