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El debate aún está empezando. La oleada de críticas y rechazos que ha generado el otorgamiento de una licencia ambiental por parte de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), para que Hupecol explore 150 pozos petroleros en 30.877 hectáreas entre San Vicente del Caguán y La Macarena, a 67 kilómetros del río Caño Cristales, parece ser la primera puntada de la controversia jurídica que enfrentarán a la empresa norteamericana y a las comunidades que se oponen al desarrollo del proyecto.
Este jueves, luego de que saliera a la luz pública las contradicciones entre el director de la ANLA, Fernando Iregui, y la directora de Parques Nacionales, Julia Miranda Londoño, quien aseguró que no hizo parte de esa decisión, la empresa expidió un comunicado para sentar su posición asegurando que hay intereses políticos detrás de la denuncias y que se está desinformando a la opinión pública.
A manera de resumen, Hupecol hizo el recuento de su insistencia con el proyecto desde el año 2008, cuando la Agencia Nacional de Hidrocarburos le concesionó dicho bloque para una posible exploración. Luego, en 2009 materializaron un programa sísmico y la perforación de pozos profundos para mapear el subsuelo, lo que los llevó a determinar que harían exploración en cuatro pozos para determinar si se abren los otros 146.
Posteriormente, en el 2011 se dio inicio al proceso de licenciamiento ambiental ante la ANLA y CORMACARENA, “y se trabajó de cerca con las comunidades y todas las partes involucradas en el área donde se ubica el proyecto. De 2011 a 2013, por condiciones de seguridad, no se realizaron actividades en el área de estudio, sin embargo se continuó con el relacionamiento cercano con las comunidades de nuestra área de interés”, dice la empresa.
Lo cierto es que entre 2013 y 2015 tanto la ANLA como CORMACARENA visitaron la zona para evaluar el estudio presentado por las empresas de consultoría contratadas por la compañía petrolera norteamericana (Petroservices y Antea), con el fin de definir si se otorgaba la licencia ambiental. “El estudio incluye información del área de estudio, relacionada con vías, cobertura vegetal, fauna y flora, hidrología, hidrogeología y arqueología, entre otras”.
Luego, hablan de la audiencia pública del 4 de julio de 2015, en la que participaron 752 personas en el Auditorio de la Macarena, y ya como resultado de ese proceso adjuntan nueva información en la carrera por la licencia ambiental y finalmente la ANLA, mediante resolución emitida el 18 de marzo de 2016 ,otorgó la Licencia.
Hupecol responde por los temores
El bloque petrolero adjudicado a Hupecol está ubicado entre los departamentos del Caquetá y Meta. “Por eso, es necesario mencionar que para el ingreso al área, la vía que se utilizará es la que conduce de Florencia a San Vicente del Caguán, las delicias y centro poblado de San Juan de Lozada y en ningún momento, se tendrá movilización de vehículos por la vía; que de las delicias conduce a la Macarena, ni en la zona turística de Caño Cristales”, enfatizó la empresa.
Y aclara que “nuestro proyecto se encuentra aproximadamente a diez horas por carretera de este lugar, de igual manera no se tiene contemplado el uso de fuentes hídricas que hacen parte de la región del parque la Macarena como erróneamente se ha informado por los diferentes medios”.
Con esto, la empresa pretende despejar el ambiente turbio que ha posado sobre el bloque que pretenden explorar en los Llanos Orientales. No obstante, la cosa no está tan fácil. El Espectador conoció que once personas, que hacen parte de la contraparte, podrían interponer derecho de apelación ante la ANLA para frenar de tajo cualquier intención de avanzar con el proyecto denominado Bloque Serranía.