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Impuesto a bebidas azucaradas será de 300 pesos por cada litro

Este promete ser uno de los debates más acalorados que trae la reforma tributaria estructural. Industriales han dicho que se trata de estigmatización.

Redacción Negocios y Economía
20 de octubre de 2016 - 01:52 a. m.
Impuesto a bebidas azucaradas será de 300 pesos por cada litro
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Ya se veía venir. El mismo ministro de Salud, Alejandro Gaviria, lo había manifestado una y otra vez por considerar que este tipo de bebidas atentan contra la salud. La reforma tributaria estructural presentada este miércoles ante el Congreso pretende que, por ejemplo, las gaseosas deban pagar un impuesto de 300 pesos por cada litro de bebida comercializado. (Lea también: Este es el texto completo de la reforma tributaria)

Dice el texto que estarán sujetos a dicho impuesto todas aquellas “bebidas azucaradas, entre las que se incluyen bebidas energizantes, bebidas saborizadas y en general cualquier bebida que contenga azúcares añadidos o edulcorantes”. Además, “concentrados, polvos y jarabes que, después de su mezcla o dilución, permiten la obtención de bebidas azucaradas, energizantes o saborizadas”. (Lea tambíen:Gobierno radicó reforma tributaria de 311 artículos)

Y se hace la claridad: “Para efectos del presente impuesto se considera como bebida azucarada la bebida líquida, que no sea considerada bebida alcohólica y a la cual se le ha incorporado cualquier edulcorante natural o artificial, y azúcares añadidos. En esta definición se incluyen bebidas gaseosas, bebidas a base de malta, bebidas tipo té o café, bebidas a base de fruta en cualquier concentración, refrescos y néctares de fruta, bebidas energizantes, bebidas deportivas, refrescos, aguas endulzadas”.

Detalla el texto que “el impuesto nacional al consumo de bebidas azucaradas estará a cargo del productor, el importador, o el vinculado económico de uno y otro”.  Y lo que tanto se estaba esperando: “La tarifa del impuesto nacional al consumo de bebidas azucaradas será de tres cientos ($300) pesos por cada litro (mil centímetros cúbicos o su equivalente)”.

Ya el senador Carlos Fernando Motoa, presidente de la comisión primera del Senado y miembro de Cambio Radical , había sentado su visión al respecto: “la posición de gravar las bebidas azucaradas para supuestamente proteger la salud de los colombianos no me parece coherente porque no tiene en cuenta otros productos que sí causan elementos negativos en la salud de los colombianos como los dulces, las chocolatinas, los embutidos ¿Por qué el Gobierno no evalúa cuales son los productos de alto contenido calórico que afectan y ponen en riesgo la salud de los colombianos y no estigmatizan únicamente las bebidas que se producen con base en azúcar nacional?”.

Y aunque la Andi ha manifestado su inconformidad, el país sintió que los empresarios se estaba llegando a términos medios cuando las “empresas de bebidas no alcohólicas acuerdaron no vender gaseosas en colegios”. Sobre el tema, también en un editorial de El Espectador se había recordado el lío de las bebidas azucaradas en Colombia. Allí se tuvo presente que la Cámara de la Industria de Bebidas de la Andi, el gremio productor de bebidas azucaradas había firmado “un pacto en el que se compromete a implementar un rotulado frontal en las bebidas para dar mayor información al consumidor, no dirigir publicidad a niños menores de 12 años, promover los estilos de vida activos y saludables, innovar y ampliar el portafolio. Además, y esta es la medida más importante, acordó no comercializar bebidas azucaradas en colegios y escuelas del país”.

Para ese momento Santiago López, director de la Cámara, dijo: “construimos los compromisos pensando en avanzar en una autorregulación responsable en aquellos temas que pueden contribuir a que los colombianos tengan una mejor calidad de vida”. Pero también fue claro en que esta iniciativa es completamente ajena a la propuesta que había hecho el Minsalud de incrementar en un 20% los impuestos a las gaseosas. Y recalcó: “Ese es un debate independiente”.

Ahora queda en manos del Congreso darle la razón el ministerio de Salud o a quienes defienden a la industria y alegan que se trata de buenas prácticas alimenticias.

Por Redacción Negocios y Economía

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