Estudiantes colombianos ganan concurso internacional por crear “lana vegana”

Cuatro alumnos de diseño de la Universidad de los Andes fueron reconocidos por PETA y la diseñadora Stella McCartney por crear una hebra a partir de fibra de coco y cáñamo. Se llevaron el primer puesto del Biodesign Challenge entregado en el MoMA de Nueva York.

María Mónica Monsalve S.
10 de julio de 2018 - 03:00 a. m.
Laura Andrade, Iván Caballero, Manuel Ortiz y Moisés Hernández, ganadores del Biodesign Challenge.   / Cortesía Valery Rizzo
Laura Andrade, Iván Caballero, Manuel Ortiz y Moisés Hernández, ganadores del Biodesign Challenge. / Cortesía Valery Rizzo
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En el 2015, la reconocida diseñadora de moda Stella McCartney tomó la decisión de dejar de utilizar lana en sus diseños. McCartney, quien es tal vez la abanderada más destacada del diseño sostenible, rompió su relación con su proveedor de la Patagonia después de que la organización animalista PETA publicara un perturbador reporte de cómo se ataba y mutilaba a las ovejas para obtener su lana. Claro, no todos los productores de lana tienen las mismas prácticas, pero McCartney quedó tan afectada con las imágenes que decidió darle cierre a ese capítulo de su moda.

“Como diseñadora que ha construido una marca sin usar cuero ni pieles de animales en sus diseños, ¡no puedo tolerarlo! Estoy devastada por las noticias, pero más decidida que nunca a luchar por los derechos de los animales en la moda y vigilar incluso más de cerca a todos los proveedores involucrados en esta industria para evitar que se termine con más vidas inocentes. También estamos investigando la ‘lana vegana’, de la misma manera que pudimos desarrollar e incorporar alternativas de alta calidad para cuero y pieles a lo largo de los años”, escribió en Instagram entonces.

Este post puede considerarse la base para que McCartney, junto con la organización PETA y la corporación Stray Dog, aprovecharan el concurso internacional Biodesign Challenge 2018 para buscar diseñadores capaces de inventar esa lana vegana. Un desafío que ganaron cuatro estudiantes de diseño de la Universidad de los Andes gracias a su proyecto Woocoa: una lana compuesta por fibras de cáñamo y coco.

El desafío, cuenta Manuel Ortiz, uno de los miembros del equipo, era crear un textil que se asemejara lo más posible a la lana: “Según Artesanías de Colombia, en el país hay 114 fibras naturales, así que pensamos que alguna de ellas debía servirnos”. Después de explorar con el plátano, el algodón y la yuca, decidieron quedarse con el cáñamo y el coco, una decisión para nada arbitraria.

“Mientras la fibra de coco es un aislante térmico natural y tiene memoria, el cáñamo es fuerte, tiene elongación y se ha usado en textiles durante miles de años”, agrega Carolina Obregón, profesora del Departamento de Diseño y una de los cuatro docentes que asesoraron el proyecto. Además, señala, ambas fibras tienen un impacto social, cerrando el ciclo sostenible.

Pero cuando habían barajado varias fibras y encontrado que estas dos tenían las propiedades más similares a la lana se enfrentaron a un problema: la fibra de coco seguía siendo demasiado áspera y quebradiza para hacerla pasar por lana. “El coco tiene un contenido muy alto de lignina, lo que lo hace más maderoso, entonces teníamos el reto de encontrar cómo suavizarlo”, comenta Iván Caballero, otro de los estudiantes.

En este punto se involucró Johann Osma, profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica y Electrónica y miembro de diferentes compañías biotecnológicas que producen enzimas. De nuevo, en un juego de ensayo y error lograron encontrar que, si las fibras se trataban con enzimas extraídas de la orellana Pleurotus ostreatus, una especie de hongo comestible, podían suavizar el textil.

Aunque el prototipo que resultó ganador después de presentarlo ante los jurados en el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York tuvo estas características, el equipo explica que siguen experimentando con estudios a nivel microscópico para ver mejor las moléculas de la fibra y descifrar cómo volverla lo más similar a las propiedades intrínsecas de la lana.

El premio por haber ganado el Biodesign Challenge 2018, por encima de los otros dos finalistas, diseñadores de maestría del Maryland Institute of Art y el Fashion Institute of Technology, es una visita de dos semanas a la casa matriz de Stella McCartney en Londres (Reino Unido). Allí, la idea será seguir trabajando en la lana vegana para que en uno o dos años el equipo ya tenga un producto textil. Es decir, que pueda utilizarse en ropa y grandes diseños, como los que crea McCartney.

Por María Mónica Monsalve S.

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