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Cali ahora hace parte de las 115 ciudades que conforman la Red Mundial de Aprendizaje, una estrategia de la Unesco con la que se busca promover cambios en los modelos educativos alrededor del mundo. El reconocimiento llegó por una razón principal: los buenos resultados que está arrojando el programa Mi Comunidad es Escuela, impulsado por la administración local.
El programa, que atrajo la atención de expertos internacionales, agrupa un abanico de 22 proyectos. Algunos apuntan a mejorar metodologías pedagógicas en la primera infancia, otros a la relación entre maestros y padres de familia, algunos giran en torno a la tecnología y otros hacia el fortalecimiento directo de infraestructura escolar.
“La educación es una responsabilidad que no solo recae en el Gobierno, es una responsabilidad compartida”, resalta el mandatario caleño refiriéndose a la multitud de enfoques y personas involucradas en la transformación que está teniendo la ciudad.
El programa Mi Comunidad es Escuela, más allá de los buenos propósitos y descripciones pomposas, está respaldado por una de las inversiones de recursos públicos más importantes de la ciudad. Se trata de un presupuesto aprobado por más de $500 mil millones.
El proyecto arrancó su funcionamiento este año. Será intervenida la infraestructura de 150 sedes de las instituciones educativas públicas. Muchas de ellas tienen más de 30 años de rezago arquitectónico. Las tareas comenzaron por lo básico: refaccionando y pintando los muros. Pero también fue necesario en muchas de ellas remodelar salones, laboratorios, coliseos y zonas deportivas. En otras tantas fue ineludible cambiar redes eléctricas y tuberías.
El patio de la sede Pedro Antonio Molina, de la Institución Jorge Eliécer Gaitán, fue una de las zonas intervenidas.
Este camino no lo han recorrido solos los funcionarios de Cali. Muchas instituciones y personas se han sumado al esfuerzo de la administración. Desde el emprendedor belga Gunter Pauli, autor del libro La economía azul, quien donó 100 enciclopedias a título personal, hasta el Banco Mundial, las Naciones Unidas, los gobiernos de Estados Unidos, Canadá, Francia y Reino Unido, cada uno con diferentes contribuciones.
Los primeros resultados se dieron el 2 de mayo, con la entrega de 16 colegios que, en su mayoría, fueron pintados por los alumnos y sus familiares. Esta idea de involucrar a los padres de familia ha sido uno de los pilares del programa impulsado por el alcalde Maurice Armitage. “Aquí involucra el apoyo de la familia, porque lo tomaremos como una integración que es acorde con nuestro lema: Todos somos escuela y la escuela somos todos”, dice Armitage, quien completa tres años en el mandato. Al finalizar este año, se espera que estén listos otros 134 colegios.
La apuesta de Cali por la educación resuena con la importancia que ha ido cobrando este rubro en el presupuesto general de la Nación. Por primera vez en muchas décadas, el presupuesto para educación superó el de defensa y se convirtió en el de mayor financiación por tercer año consecutivo. Para 2018 se asignaron $37,4 billones del presupuesto nacional.
El 2 de mayo, el alcalde Maurice Armitage entregó 16 sedes educativas, de las 150 que mejorarán en su infraestructura.