Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Vuelve y juega. El rector de la Universidad Abierta y a Distancia (UNAD), Jaime Alberto Leal Afanador, está otra vez en el ojo del huracán por cuenta de nuevas denuncias por supuestos plagios en sus producciones académicas. Sin embargo, en esta oportunidad los señalamientos son distintos a los que El Espectador reveló cinco meses atrás, cuando Leal fue señalado de plagiar, hasta en un 36 %, el más reciente libro que lanzó la Editorial UNAD: Campounad: Sembrando un país en red para la paz.
En ese entonces, el argumento más sólido que tuvo el rector para defenderse, a pesar de firmar como autor principal y luego confesar que sólo escribió el prólogo, fue que la cartilla había sido escrita por varias personas, entre ellas vicerrectores, asesores y decanos de la institución. Inclusive, la universidad comentó que la omisión de citas y referencias fue responsabilidad “total” de una contratista que hacía parte del equipo de producción del documento. (Lea la primera investigación: El plagio que tiene en aprietos al rector de la UNAD)
La diferencia entre esa denuncia y las nuevas es que ahora señalan al rector de copiar gran parte de la producción de su obra en calidad de único autor: desde artículos y libros hasta ponencias internacionales.
Detrás de la queja, elevada ante la Procuraduría General de la Nación, se encuentra Pedro José Hernández Castillo, presidente de la Asociación Sindical de Profesores Universitarios (ASPU), agremiación que cuenta con aproximadamente 6.000 docentes afiliados en todo el país. La denuncia obedece a la “posible violación de derechos morales y patrimoniales de autor”, según quedó registrado en el expediente D-2017-944313 del ente de control.
Para ser exactos, en una revisión de la producción intelectual de Jaime Leal, el sindicato encontró coincidencias en siete de sus trabajos con obras publicadas por otros autores que incluyen textos del portal de referencia Monografias.com, así como de producción intelectual de docentes de la UNAD.
Adicionalmente, ASPU evidenció numerosas coincidencias en textos de instituciones de alta trayectoria, como la Internacional de la Educación, Virtual Educa, el Consejo Nacional de Educación Superior Colombia (CESU), la Universidad Veracruzana (México), el Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores de las Ciencias Administrativas, la Universidad Libre, la Universidad Distrital, la Universidad Colegio Mayor, la Revista Cubana de Información en Ciencias de la Salud y la Revista Iberoamericana de Educación a Distancia (España).
Revisando la denuncia, el que sería el plagio más extenso de Leal se encuentra en su artículo “La organización como variable significativa de las universidades en la economía global y la sociedad del conocimiento”, el cual tomó del texto “Bases para una política de calidad de la educación superior en Colombia”, de la Universidad Distrital. Según se puede ver en el facsímil (ver imagen), prácticamente toda la página 24 del artículo de Leal es tomada del libro mencionado. En total, hay seis párrafos idénticos, inclusive en su orden, sólo con pequeños cambios, aunque, eso sí, omitiendo las citas del trabajo original y sin dar crédito alguno.
Hablan los afectados
De acuerdo con Óscar Adolfo Medina Pérez, miembro de ASPU y docente de la Escuela de Ciencias Sociales, Artes y Humanidades de la UNAD, los señalamientos contra el rector “son muy graves”, teniendo en cuenta que se trata de “la máxima figura dentro de una universidad y que es quien más ejemplo debe dar. No es posible que sobre una dignidad de este tipo exista semejante duda”.
Varios autores a los que Leal Afanador habría plagiado ya se han pronunciado. Uno de ellos es la investigadora cubana Ania Torres Pombert, quien identificó extensas coincidencias entre un trabajo de su autoría divulgado en 2002 en la revista Acimed y un artículo que el rector publicó en 2006: “Como investigadora, expreso mi repudio ante actos de fraude como el que nos ocupa, aún más tratándose de quien debe ser un catedrático ejemplar ante la comunidad y sobre todo ante sus propios alumnos”.
En el mismo sentido habló Teresa Cruz, profesora e investigadora de la Universidad Tecnológica de Aguas Calientes y la del Valle de México, al percatarse de que Leal habría copiado parte de uno de sus artículos sobre cultura organizacional, publicado en 2006 en el portal Monografías.com. “Efectivamente el trabajo http://m.monografias.com/trabajos33/cultura-organizacional/cultura-organizacional2.shtml es de mi autoría. He escrito varios artículos, presentados en congresos sobre cultura organizacional, dado que ese fue el tema de mi doctorado. Siento mucho este incidente innecesario por parte de este investigador. Sabemos que si hace la referencia correspondiente no hay dificultad, ya que hay veces que, por la premura al escribir, puede que se le pase. Sin embargo, hay cuestiones que son demasiado propias y se deben tener en cuenta si se toman textuales, como en mi caso”, dijo Cruz.
Otro de los afectados es el colombiano José Fredys Rivas, quien también colgó un trabajo en Monografias.com en 2002, titulado “Desarrollo organizacional”, el cual habría sido reproducido sin citación o correcta referenciación por parte de Leal Afanador. Rivas fue el único autor que se contactó con la UNAD para hacer el reclamo.
“El rector hizo con mis textos un libro que, prácticamente, es un copie y pegue. Para colmo es uno de mis trabajos más buscados en la red. Yo quería que la UNAD me hiciera algún tipo de reconocimiento monetario, pero la oficina de control interno, en contestación a una carta que yo envié, respondió que el rector no tenía culpa alguna. También dijeron que ya había pasado mucho tiempo desde la publicación, como si yo pudiera coger cualquier texto viejo y plagiarlo porque ya no prescribe. Siento que la UNAD se tomó el caso personal y respondió en defensa de él, eximiéndolo de responsabilidades en un supuesto proceso disciplinario. De lo que uno se sorprende es que tengan el descaro de defender una ‘copialina’ en lugar de proteger la producción intelectual. Legalmente pueden tener alguna manera de salirse del problema, pero eso, moralmente, no está bien”, expresó el autor.
Ahora, según la denuncia, en otros trabajos el rector se reprodujo a sí mismo y a publicaciones de la universidad. De acuerdo con ASPU, aunque lo primero es un caso de “autoplagio” y no constituye una infracción a los derechos de autor, el sindicato lo incluyó en la queja para mostrar la “sistematicidad de su conducta”.
La defensa de Leal
Aunque la denuncia formal de estos posibles plagios se entregó en febrero, apenas este mes la UNAD sentó posición frente al tema. No obstante, a diferencia de las conjeturas pasadas, esta vez el rector no se pronunció directamente: delegó al abogado especialista en derechos de autor Juan Carlos Monroy, para que hablara en su nombre.
En entrevista con El Espectador, Monroy aseguró que “todas” las pruebas se pueden desvirtuar porque, en algunos casos, el presunto delito prescribe legalmente, como con Ania Torres Pombert o José Fredys Rivas. Otros contienen simples “similitudes de ideas o conceptos de uso común” y en ciertos textos, dice el abogado, no se puede determinar con certeza la fecha de publicación ni la identidad del verdadero autor.
Por ejemplo, frente al caso de la cubana, Monroy sostuvo que “con solo observar que desde la fecha de publicación del artículo (2006) trascurrieron más de cinco años y que el tránsito legislativo de 2011 no es relevante a efecto del cálculo, resulta que la acción disciplinaria se encuentra prescrita”.
Otro de los argumentos de la defensa del rector es que Monografias.com es un portal que permite a “cualquier usuario subir o publicar artículos de manera anónima”, sin dejar registro de la fecha de tal publicación. “Forzoso es concluir que, si no existe evidencia cierta o verificable de cuándo se publicó la obra que supuestamente se plagió, se carece del sustento probatorio dado que no se sabe cuál obra puede ser copia de otra”, agregó Monroy.
Respecto a los documentos institucionales de la UNAD que el rector habría reproducido figurando como único autor, entre ellos el “Manifiesto unadista”, su abogado argumenta que son derechos patrimoniales que le pertenecen a la institución, así no haya sido Leal el autor. No obstante, la asociación de profesores se cuestiona: aunque los derechos patrimoniales son de la UNAD, ¿qué sucede con los morales? ¿No son estos propios de los autores y, para salvaguardar sus derechos, se deben citar?
Al respecto, Monroy respondió que el artículo 91 de la Ley 23 del 82 respalda al rector: “Los derechos de autor sobre las obras creadas por empleados o funcionarios públicos, en cumplimiento de las obligaciones constitucionales y legales de su cargo, serán de propiedad de la entidad pública. Se exceptúan de esta disposición las lecciones o conferencias de los profesores”. Sin embargo, bajo este planteamiento, agrega ASPU, el rector no habría podido atribuirse la autoría única del “Manifiesto unadista”, teniendo en cuenta que es un curso de la institución impartido por docentes.
En respuesta a otros reclamos, el vocero de Jaime Leal adujo que muchas de sus publicaciones tienen “meras coincidencias de referencia a conceptos de uso común”. ASPU desvirtúa ese argumento con una comparación gráfica en la que muestran “párrafos enteros, incluso páginas, con cambios mínimos de conectores”.
En todo caso, Monroy insistió en la inocencia de su defendido y dijo que las abundantes reproducciones literarias en los textos del rector pueden ser producto de “autores fantasmas”. “Una figura como el rector, créame, no escribe todos sus artículos, personas como él se valen de la mano de otras personas. Eso les pasa a los funcionarios públicos. Yo no creo que el rector se haya puesto a fusilar de frente a tanta gente, lo que veo es la mano irresponsable de personas que trabajaron con él y que con facilismo echaron mano de lo que pudieron”.
Procuraduría, con la última palabra
El Ministerio Público será el encargado de corroborar o desvirtuar los señalamientos contra el rector de la UNAD, quien, en caso de ser hallado responsable, y de acuerdo con el régimen disciplinario, incurriría en una "falta grave" al haber cometido un delito. Sin embargo, el proceso —pasados cinco meses— aún está en etapa probatoria de indagación preliminar, es decir, apenas el primer paso de la investigación.
A pesar de ello, voceros de ASPU aseguran que si la Procuraduría encuentra culpable al rector, se debe compulsar copia del caso a la Fiscalía y esto, al margen de una sanción disciplinaria, implicaría que Leal se enfrente a una pena de entre cuatro y ocho años de cárcel y una multa de más de $200 millones.
Mientras el abogado Monroy se declaró confiado en que el proceso no prosperará y su defendido será absuelto, el sindicato de maestros espera que prontos avances deriven en la destitución del cargo de Leal Afanador. Amanecerá y veremos.