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Este jueves el presidente de Estados Unidos Donald Trump anunció que se retirará del Acuerdo de París y que está dispuesto a renegociar nuevos términos. Lo que significa una verdadera deflagración, después de 18 meses de lograrse el histórico convenio del que Pekín y Washington fueron los arquitectos centrales, bajo la presidencia de Barack Obama.
Este acuerdo se llevó a cabo a finales de 2015 -en la capital francesa bajo los auspicios de la ONU- y tiene por objetivo limitar el ascenso de la temperatura mundial reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero.
Desde 1988 se viene trabajando para lograr un consenso sobre la materia y el primer paso fue crear, bajo patrocinio de la ONU, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), encargado de evaluar los conocimientos científicos sobre el cambio climático.
(Lea: Trump retira a EE.UU. del acuerdo sobre cambio climático )
Dos años después (1990) se compartió el primer informe del IPCC, que demostró que los gases de efecto invernadero (GEI) vinculados a las actividades humanas aumentan y contribuyeron al calentamiento climático. Otros cuatro informes se publicaron en 1995, 2001, 2007 y 2014.
Luego, en 1992, en Río de Janeiro durante La "Cumbre de la Tierra" se elaboró la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) y se lanzó un llamado para una reducción voluntaria de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Para 1997 Kioto impuso a los países industrializados reducir en 2012 sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 5,2% con relación a 1990. No se aplicó a las grandes economías emergentes como China, India o Brasil. En 2001, Estados Unidos, en aquel entonces el principal contaminante del planeta, se negó a ratificarlo. Rusia apoyó el protocolo en 2004.
Para 2006 China sustituyó a Estados Unidos (que ocupó el segundo lugar) como principal emisor de CO2 del planeta. Los siguieron la Unión Europea, India y Rusia.
En 2009 se condujo a un acuerdo político negociado in extremis que por primera vez incluyó a China y Estados Unidos. El texto fijó como objetivo limitar el alza de la temperatura del planeta a 2ºC en relación a la era preindustrial, sin establecer la manera de lograrlo.
Para el 2010 Cancún creó un “Fondo verde" para ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al cambio climático, pero no resolvió la cuestión de su financiación. Y cuatro años después el quinto informe del IPCC visionó un alza global de las temperaturas a finales del siglo XXI de 3,7 a 4,8°C por encima de los niveles de 1850-1900 si no se hacía nada para contrarrestar esa tendencia.
Las negociaciones en Lima 2014 se complejizaron pero finalmente condujeron a crear un borrador de un texto destinado a tomar el relevo del Protocolo de Kioto a partir de 2020.
Y es hasta diciembre de 2015 que la COP21 de París logró reunir a 196 partes, que consiguieron el reto histórico de poner un objetivo y un calendario a la lucha contra el cambio climático mediante la reducción de emisiones de gases con efecto invernadero.