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Unos documentos filtrados a The Intercept evidencian que Amazon estaba al tanto de un escandaloso problema al interior de la compañía: sus empleados se vieron obligados a orinar en botellas y defecar en bolsas debido a la falta de acceso a baños.
Esta revelación llega un día después de que la misma compañía de comercio electrónico negó las denuncias sobre las condiciones peyorativas en las que se encontraban sus empleados y justo en medio de la campaña de sindicalización de los trabajadores en el estado de Alabama, la cual ha ganado revuelo por el apoyo que le ha brindado el senador de Vermont, Bernie Sanders.
“Realmente no crees lo de orinar en botellas, ¿o si? Si fuera cierto, nadie trabajaría para nosotros. La verdad es que tenemos más de un millón de empleados increíbles en todo el mundo que están orgullosos de lo que hacen y tienen excelentes salarios y atención médica desde el primer día”, tuiteó el departamento de comunicaciones de la compañía en respuesta a un congresista local de Wisconsin que criticó las prácticas laborales de Amazon.
Sin embargo, los nuevos informes demuestran que sí es cierto que los empleados se veían obligados a orinar en botellas. Era la única opción que tenían. De lo contrario, terminaría perdiendo sus trabajos por no poder cumplir con las entregas a tiempo, según testimonios recogidos por The Intercept.
“Esta noche, un asociado descubrió heces humanas en una bolsa de Amazon que fue devuelta a la estación por un conductor. Esta es la tercera ocasión en los últimos 2 meses en que las bolsas se vuelven con caca adentro. Entendemos que los conductores asociados pueden tener emergencias mientras están en la carretera, especialmente durante la pandemia, y han tenido dificultades para encontrar baños durante las entregas. Pero no pueden, ni deben, devolver las bolsas a la estación con caca adentro”, se lee en el documento filtrado que evidencia que la compañía sabía de estas prácticas desde 2020.
Esta no es la primera vez que Amazon se ve inmersa en un escándalo por malas prácticas laborales. En la primera etapa de la pandemia, cientos de conductores de la compañía se quejaron de las condiciones de su trabajo que con frecuencia los obligaban a orinar en botellas por falta de pausas para ir al baño. A pesar de que Amazon aumentó sus ventas en un 37 % en el último trimestre de 2020, y que su fundador, Jeff Bezos, vio incrementada su riqueza personal, poco se ha hecho para mejorar las condiciones laborales. De hecho, Amazon ha emprendido una dura batalla contra la sindicalización al interior de la compañía.
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“Los legisladores deberían actuar ahora para prohibir estas prácticas por completo. Nadie debería ser obligado a trabajar en condiciones inhumanas y entregar su información biométrica sensible a su jefe, solo para poner comida en la mesa”, dijo Evan Greer, subdirector del grupo de defensa de los derechos de los trabajadores y en Fight for the Future.
Este viernes, el senador Sanders se reunirá con los empleados de Amazon en Alabama que están en proceso de sindicalización. Su apoyo ha sido mal visto por Dave Clark, director ejecutivo de Amazon, quien ha señalado que Amazon le paga bien a sus empleados, mucho mejor que lo que se paga en el estado de Vermont, el cual representa Sanders.
Stuart Appelbaum, del Sindicato de Tiendas Minoristas, Mayoristas y Grandes Tiendas, cuestionó la respuesta de Clark. Por el hecho de pagarle a los trabajadores US $15, que es menos que el salario medio de Alabama, no les da el “derecho a maltratar y deshumanizar a sus empleados, poner la salud y la seguridad de sus trabajadores en peligro y obligarles a mantener un ritmo insoportable”.
“Si las condiciones de trabajo fueran tan buenas, Amazon no tendría una tasa de rotación tan extraordinariamente alta de más del 100 por ciento al año en sus instalaciones”, dijo Appelbaum.
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