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Cada vez que funcionarios del gobierno de Nicolás Maduro intentan reiniciar las turbinas del embalse de Guri, fracasan. Eso cuenta Luis Aguilar, experto en la industria energética venezolana. “Cada disrupción rompe otra cosa en el sistema, desestabilizando la red aún más. Obviamente (el Gobierno) está ocultando algo”, dice. Venezuela cumplió cinco días sumida en un apagón energético, el más largo de su historia, que ha puesto en riesgo la conservación de alimentos, la salud de pacientes en centros hospitalarios y la seguridad en varios estados. Además se registra una escasez de agua potable, producto de la falla hidroeléctrica. Y mientras el país pasa los días sin energía, los diálogos diplomáticos para salir de la crisis entran en un campo de incertidumbre. Le recomendamos: Noticias falsas tras apagón en Venezuela
La Comisión Europea ha reiterado su inclinación por una salida pacífica a la crisis venezolana, con un diálogo entre las dos partes en conflicto. “Una intervención militar conllevaría solo más sufrimiento”, recalcó el comisario de la Cooperación Internacional y Desarrollo de la Unión Europea, Neven Mimica, quien además anunció que el grupo de contacto, integrado por la UE y la mayor parte de los países del Grupo de Lima (a excepción de México), creará un mecanismo para facilitar “el acceso de ayuda humanitaria a Venezuela”, pues la situación ha empeorado a nivel político y social por la polarización.
La jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, también rechazó en la Organización de Naciones Unidas cualquier acción militar en Venezuela y advirtió, en un mensaje a Estados Unidos, que las soluciones a la crisis no deben ser “impuestas por el exterior”, pues el presidente estadounidense, Donald Trump, y varios miembros de su gobierno han afirmado en repetidas ocasiones que “todas las opciones están sobre la mesa”, y no excluyen una intervención en el país suramericano. Vea también: Expertos desmienten a Maduro y explican qué causó apagón
En la mañana del martes, Washington, que venía adelantando conversaciones con el gobierno de Maduro para mantener su personal en Venezuela, retiró su cuerpo diplomático no esencial de este país y dejó solo a un grupo de funcionarios en su embajada en Caracas. Jorge Arreaza, canciller venezolano al servicio de Maduro, comunicó que las conversaciones entre los dos gobiernos se interrumpieron y que el personal diplomático estadounidense tenía 72 horas para abandonar el territorio venezolano. Estados Unidos, entre tanto, asegura que no retirará completamente a su personal, pues no reconoce la autoridad de Maduro, al que se refiere como el expresidente, sino la del líder opositor Juan Guaidó.
El delegado del gobierno de Trump para asuntos sobre Venezuela, Elliot Abrams, advirtió además que pronto se conocerán sanciones adicionales contra instituciones financieras vinculadas a Maduro, además de la revocación de visas a personas cercanas a su gobierno. “Estamos presionando al régimen... y vamos a continuar con esto. Creo que las presiones aumentarán, la presión de los Estados Unidos y la presión interna también. Especialmente esta semana, cuando no hay luz”, aseguró Abrams.
Por otro lado, Arreaza dejó claro que, pese a las condiciones diplomáticas actuales, “Venezuela ratifica su inalterable disposición de mantener canales de comunicación y diálogo con el gobierno de los Estados Unidos, siempre y cuando éstos se desarrollen dentro del marco de una relación de igualdad y respeto mutuo”.
Mientras Estados Unidos se aleja del diálogo y ahoga al gobierno de Maduro con más sanciones, otros, como el Vaticano y la Unión Europea, claman por conversaciones entre oposición y gobierno venezolano para salir de la crisis. Abrams reconoció en febrero que hay conversaciones con la Santa Sede sobre la situación venezolana y que, aunque tienen intereses diferentes, el rol del Vaticano puede ser mayor en un futuro. Sin embargo, el Vaticano, que ha reiterado en varias ocasiones que busca una salida pacífica para la crisis, es reacio a mediar en un diálogo. Según el embajador ruso en el Vaticano, Alexandr Avdéev, la Santa Sede “prefiere alentar a los dos bandos al diálogo constructivo, sin implicarse en el proceso de conversaciones, pues la actuación de fuerzas externas, ante todo EE. UU. y la UE, reduce mucho las posibilidades de mediación”.
En medio del apagón, Venezuela recibió a un equipo del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos que mantendrá reuniones por diez días con el Gobierno, la oposición y organizaciones civiles. Entre tanto, España se ofreció a resolver los problemas en la red eléctrica venezolana, causados por años de abandono en el mantenimiento de las máquinas y la falta de los suministros para hacerlas correr. Sin avances en el diálogo, con más sanciones al Gobierno y sin prontas soluciones al apagón, lo cierto es que, por ahora, Venezuela no ve la luz.