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Un trabajo al que Trump le ha dedicado tiempo. Desde que llegó a la presidencia, en 2016, el mandatario decidió cambiar de política frente a Teherán: se retiró del acuerdo nuclear firmado durante la administración de Barack Obama. Y aunque Estados Unidos e Irán no tienen relaciones diplomáticas desde hace cuatro décadas, el magnate ha agudizado el enfrentamiento.
De acuerdo con el gobierno iraní, el dron violó su espacio aéreo. Washington contradice esa versión y asegura que el avión no tripulado se encontraba en espacio aéreo internacional.
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“Estábamos desplegados y a la carga para responder anoche en tres locaciones diferentes, cuando pregunté cuántos iban a morir: ‘150 personas, señor’, fue la respuesta de un general. Diez minutos antes del ataque lo cancelé. No era proporcionado al derribo de un dron no tripulado”, detalló Trump. Y agregó: “No tengo prisa, nuestro Ejército (...) está listo y es por lejos el mejor en el mundo.
“No creo que este presidente entienda lo que significa atacar a otro país y cuáles podrían ser las consecuencias”, dijo la senadora demócrata Kirsten Gillibrand en una entrevista en MSNBC. “Necesita saber cuál será la reacción en la primera instancia, la segunda instancia y la tercera instancia. Necesita entender qué podría ocurrir, hasta dónde algo así puede escalar. Y necesita tener un plan para ello”.
Aunque republicanos como los senadores Lindsay Graham y Tom Cotton alentaron una acción militar contra Irán, los líderes demócratas exigieron que antes de tomar cualquier decisión de este tipo se pida la aprobación del Congreso. El líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, exhortó a Trump a no “meterse en una guerra”, explicando que les dijo a los reunidos en la Sala de Situación el jueves, tras el derribo del dron, que “la posición demócrata es que la aprobación del Congreso debe ser necesaria antes de financiar cualquier conflicto en Irán”.
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En los últimos tres meses, el gobierno de Trump ha tomado varias medidas contra Irán que tienen a la zona en un estado de máxima alerta. Todo comenzó en abril, cuando Washington designó como grupo terrorista a la Guardia Revolucionaria iraní, la primera vez que EE. UU. tomaba una medida tan drástica contra los militares de otro país.
Semanas después decidió no renovar las exenciones a la compra de petróleo iraní otorgadas a ocho países y que concluían el 2 de mayo. Estas exenciones fueron establecidas después de que en noviembre del año pasado entraran en vigor las sanciones al sector petrolero iraní, vital para la economía del país persa. Impuso además nuevas sanciones al programa nuclear iraní y a su sector petroquímico.
Con el fin de las exenciones a la compra de crudo, las autoridades iraníes renovaron sus amenazas de bloquear el estrecho de Ormuz, un paso entre Irán y Omán por el que cruza una quinta parte del petróleo mundial. "Si nuestro petróleo no se envía a través de Ormuz, entonces el petróleo de otros definitivamente tampoco pasará por el estrecho", subrayó a finales de abril el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas iraníes, Mohamad Hosein Baqerí.
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En mayo, Estados Unidos anunció que iba a reforzar sus tropas desplegadas en el golfo Pérsico con el portaaviones USS Abraham Lincoln, el buque de asalto anfibio USS Arlington, misiles Patriot y bombarderos. El lunes aprobó el envío de unos mil militares más a Oriente Medio —donde mantiene destacados a unos 20.000 soldados— para hacer frente a las “amenazas” de Irán contra intereses estadounidenses en la región. Lo que ha seguido desde entonces es una seguidilla de acusaciones mutuas que han elevado la tensión al máximo. Cuatro petroleros, dos de ellos saudíes, fueron blanco de una operación de sabotaje el 12 de mayo en el puerto emiratí de Fujairah, que causó daños materiales pero no víctimas entre sus tripulantes.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Irán se desmarcó de este sabotaje.
Pero el pasado 13 de junio, dos barcos, uno propiedad de un armador noruego y otro japonés, sufrieron impactos y explosiones al salir del estrecho de Ormuz, a unos 48 kilómetros de la costa iraní.
EE. UU. acusó a Irán de estos ataques y presentó fotografías y videos que supuestamente prueban la implicación de la Guardia Revolucionaria iraní.