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La profanación de la bandera estadounidense, la israelí e incluso la de Reino Unido se ha convertido en un ejercicio común en las protestas en Irán, Irak y otros países de Medio Oriente. Sin embargo, conseguir las piezas de tela se ha hecho cada vez más difícil debido a las sanciones económicas a las que están sometidos estos gobiernos. En Khomein, una ciudad ubicada al sureste de Teherán (capital iraní), una pequeña fábrica se ha dedicado a la manufactura de estas banderas para que la gente que lo desee pueda “expresar su enojo con los gobiernos extranjeros”.
“No tenemos ningún problema con el pueblo estadounidense o el británico. Tenemos problemas con sus gobernadores, con sus presidentes, con la política equivocada que tienen. El pueblo de Estados Unidos e Israel sabe que no tenemos ningún problema con ellos. Si la gente quema las banderas de estos países en diferentes manifestaciones es solo para mostrar su protesta”, explica Ghasem Ghanjani, propietario de la fábrica a la agencia Reuters.
Durante las manifestaciones de enero en Irán, en respuesta al asesinato del general Qasem Soliemaní a manos de Estados Unidos, la fábrica de Ghanjani tuvo una producción de 2.000 banderas estadounidenses e israelíes. A raíz de la operación estadounidense en Irak, que acabó con la vida de Soleimaní, la tensión entre Washington y Teherán llegó a su nivel más alto en décadas. Las relaciones entre ambos continúan en estado crítico. Aunque para algunos, el sentimiento antiamericano ha sido amplio desde la Revolución Islámica de Irán.
“En comparación con las acciones cobardes de Estados Unidos, como el asesinato del general Soleimaní, quemar una bandera es algo mínimo en su contra. Esto es lo menos que se puede hacer”, dijo un gerente de control de calidad de la fábrica de Ghanjani, quien prefirió reservar su nombre.
Pero a pesar de las demostraciones contra la bandera estadounidense que se vieron en enero, hay indicadores de que el ese “sentimiento antiamericano” parece estar cambiando, e incluso hay quienes hoy están agradecidos con Estados Unidos. A la par de la quema de banderas, algunos ciudadanos en Teherán mostraron fotos de iraníes y estadounidenses abrazados. Por otro lado, en varios videos quedó registrado cómo una multitud de iraníes se niega a caminar sobre las banderas de Estados Unidos y de Israel, pintadas en el piso por el gobierno para que los ciudadanos de ese país pisoteen los símbolos patrios de gobiernos opositores. Este cambio de actitud obedece no solo a que el pueblo iraní está cansado de las luchas, sino a un descontento general con el gobierno de Irán.