Así funcionaba la gran máquina rusa de noticias falsas

80 personas se dedicaban día y noche desde Rusia a sembrar la discordia y los miedos en los votantes estadounidenses, el FBI revela cómo se creaban los contenidos falsos con el fin de afectar los resultados en las elecciones presidenciales de 2016 en Estados Unidos.

redacción internacional
22 de febrero de 2018 - 12:08 a. m.
Las investigaciones por la denominada 'trama rusa' son continuadas por el FBI. / Alex Wong/EFE
Las investigaciones por la denominada 'trama rusa' son continuadas por el FBI. / Alex Wong/EFE
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El pasado 13 de septiembre en el número 55 de la calle Savuchkina, en el centro de negocios de San Petesburgo, Irina Kaverzina, con un grupo de personas dirigían, desde 2014, una gran máquina de noticias falsas (fake news). Esta empresa rusa es la punta de toda la investigación sobre la injerencia electoral rusa que investiga el fiscal especial, Robert Mueller, y que amenaza a la Casa Blanca.

A la fecha, nadie ha podido demostrar que el operativo de septiembre se le hizo a una organización que actuaba bajo órdenes del Kremlin.

Más allá de su uso jurídico, el escrito del fiscal ofrece la primera visión interior de la máquina de desinformación y manipulación diseñada por el gobierno de Putin. Ubicada en San Petersburgo, la injerencia en la campaña estadounidense radicaba en tres empresas. Internet Research Agency, Concord Management y Concord Catering. La primera, desarrollaba la operación. Las otras dos se dedicaban a su financiación y supervisión. Quien dirigía todo esto era Yevgueni Prigoyin, un empresario que, según cuenta El País de España, ha sido aliado del gobierno y del presidente ruso.

La organización, que tenía el nombre de Proyecto Lakhta, contaba con un presupuesto mensual de 1,25 millones de dólares y, aunque sus operaciones cubrían a toda Rusia, a medida que se acercaron las elecciones de noviembre de 2016 se centraron en Estados Unidos. (Lea aquí:Guía para entender la trama rusa de EE.UU.)

Su mecánica de trabajo era así: 80 personas se dedicaban día y noche desde Rusia a sembrar la discordia y los miedos en los votantes. No había muchos disimulos en la manera en que actuaban. El funcionamiento, según la versión del FBI y que cita el medio español, era que Lakhta como proyecto y en lo que hacía apoyaba al entonces candidato Trump y atacaba a sus rivales Ted Cruz y Marco Rubio, quienes por ese tiempo eran los más fuertes contrincantes en la carrera por la nominación republicana. Al mismo tiempo en los contenidos que producían los rusos, denigraban a Clinton y enaltecían a su adversario Bernie Sanders, el senador de Vermont, quien para ese entonces estaba detrás de Clinton con una intención de voto de 38% frente al 51% de Hillary, según el promedio de sondeos nacionales de la web RealClearPolitics, los resultados se hiciero públicos en enero de 2016, 10 meses antes de las elecciones.

“La orden era usar cualquier oportunidad para criticar a la candidata demócrata y a todo el resto, excepto a Trump y Sanders”, resume el escrito de la fiscalía que cita el medio. (Lea también:EE.UU. acusa a 13 rusos por interferencia en las elecciones presidenciales de 2016)

No sólo contenidos en la web fueron producidos por esta empresa, también la convocatoria a manifestaciones en la vida real, cuenta el FBI. A pesar de la dimensión de los contenidos digitales que reprodujo esta empresa rusa y la presión que ejerció durante meses sobre el electorado, nadie ha sabido cuantificar su efecto final. Tanto el Departamento de Justicia como la CIA consideran que no determinó el resultado final de las presidenciales que eligieron a Trump, pese a que ganó con 2,8 millones de votos menos a su rival.

Por redacción internacional

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