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El 23 de enero no es un día más en el calendario venezolano. Hace 61 años, en 1958, cayó el régimen del dictador Marcos Pérez Jiménez. Ayer, 23 de enero, Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional, consolidó un liderazgo que no logró durante años la oposición tradicional.
Desde el 13 de enero, día en que Guaidó dijo que “asumía las competencias del Poder Ejecutivo basándose en los artículos de la Constitución 233, 333 y 350”, el ímpetu de los venezolanos cambió. Pareciera que ese era el envión anímico que necesitaban. Ayer Guaidó se juramentó como presidente interino y los miles de venezolanos que salieron a marchar estallaron en júbilo.
“Yo era una de las personas que no sentían ningún tipo de sentimiento positivo por la nueva directiva de la Asamblea Nacional, pero empecé a creer en Guaidó, que no es un líder, no es carismático, pero es lo que necesita Venezuela (...). Que diga lo que se va a hacer, cómo y cuándo, porque hemos perdido terreno con otros seudos líderes que son mucho discurso y poca actuación”, le dijo a El Espectador Elvys Sosa, de 25 años. La respuesta de los venezolanos a la convocatoria de ayer es una muestra de la popularidad de Guaidó y del cansancio de los venezolanos: las manifestaciones ocurrieron en medio de la peor crisis en la historia moderna del país petrolero, que sufre escasez de alimentos y medicinas, así como una hiperinflación que el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta en 10’000.000% para 2019. Según la ONU, 2,3 millones de venezolanos han emigrado desde hace cuatro años.
Esta fue la tercera vez en cinco años que la oposición venezolana llamó a salir a las calles de manera multitudinaria, después de las intensas protestas en 2014 y 2017, que dejaron 195 muertos. Pero fueron, sin duda, las más masivas de todas.
“La esperanza es lo último que se pierde (...) Ahorita los que seguimos en el país vemos la necesidad de salir para defender la poca democracia que nos queda. Creo en la nueva junta directiva de la Asamblea, pero ellos no pueden solos”, dijo Ivanna Villamizar, estudiante de 19 años.
Guaidó, de 35 años, logró movilizar a una juventud cansada del liderazgo opositor. “Tengo la fe y esperanza en Guaidó, un chamo joven que nos puede ayudar a seguir adelante, necesitamos apoyo internacional, que nos vean, nos escuchen fuera”, dijo a la AFP en la concentración Florángel Rodríguez, de 49 años.
La nueva “vieja” AN
Jesús Chúo Torrealba, quien durante años fue el vocero de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), reconoció el liderazgo de Juan Guaidó, por haber logrado la cohesión de la oposición en “tan solo tres semanas”, cosa que a su juicio “no hizo el liderazgo tradicional”.
El nombramiento del “desconocido nuevo presidente de la AN”, como lo tilda Maduro, ha provocado que la oposición comience a unirse en torno al nuevo liderazgo de la AN. “Es un momento de riesgo para Maduro, pero difícil y complejo también para la oposición, un clásico de los momentos de incertidumbre. El problema es que cuanto más se demore en consolidarse un cambio, más difícil será mantener el ánimo, la esperanza y la unidad”, opinó Luis Vicente León, director de la firma Datanálisis.
Maduro tiene un rechazo del 73 % de los ciudadanos, según una encuesta publicada a finales del año pasado y desde ayer es desconocido por Estados Unidos, Colombia, Perú, Brasil, Argentina, Chile, Ecuador y otros países de la región. Aunque desde el balcón de Miraflores, sede presidencial, dijo tener el respaldo de miles de venezolanos y acusó a la prensa de no “mostrar” a los chavistas que salieron a marchar, sondeos muestran que apenas tiene el 12 % de apoyo.
Los militares, a pesar del ofrecimiento de Guaidó de una amnistía, parecen seguir a su lado. “Si no existe apoyo de la Fuerza Armada Nacional y de los factores que sostienen al gobierno en el poder, es muy difícil que haya una transición. No se trata de un tema de voluntad o falta de voluntad, sino del quiebre del piso que sostiene al gobierno”, aseguró Benigno Alarcón, director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
¿Qué paso para que la gente le volviera a creer a la Asamblea Nacional? “Se genera esperanza, reactiva la participación, genera nuevos vínculos, capitaliza apoyos y ofrece acuerdos para bajar el costo de salida; pueden faltar ingredientes, pero la receta va bien”, explica León.
La AN, institución creada hace 20 años (Chávez reemplazó con esta al Parlamento), estuvo controlada hasta 2016 por la tolda chavista, pero, durante este último período, el Poder Legislativo en Venezuela no ha podido legislar. Hoy miles de venezolanos reconocen a Guaidó como su único presidente. Otro tanto está frente al Palacio de Miraflores en una vigilia convocada por el que ellos consideran su único presidente: Nicolás Maduro. Un país, dos presidentes.