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El presidente Joe Biden pidió este martes a los migrantes no viajar a Estados Unidos, mientras crecen las críticas por el aumento de la llegada de personas a la frontera con México, incluidos miles de menores de edad que viajan sin acompañantes.
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“Puedo decir claramente ‘No vengan’ (...) No dejen su ciudad o comunidad”, dijo en una entrevista con ABC News, dirigiéndose a los migrantes.
Horas después de que su jefe de seguridad interior defendiera las políticas migratorias del gobierno, Biden también rechazó los señalamientos de que fue su decisión de acabar con la política de mano dura de su antecesor Donald Trump lo que provocó el incremento de llegadas. Y señaló que ha habido aumentos similares en 2019 y 2020.
Críticos republicanos dicen que las políticas de Biden ocasionaron el fuerte aumento de migrantes que buscan cruzar ilegalmente a Estados Unidos.
El nuevo gobierno demócrata busca desmantelar muchas de las políticas implementadas por Trump, y quiere que el Congreso apruebe una amplia reforma migratoria para dar una vía a la ciudadanía a millones de indocumentados. El presidente habló del tema un día después de que legisladores republicanos visitaran la frontera para denunciar “la crisis”.
Nada nuevo
“Estamos en vías de registrar más personas en la frontera sur que en los últimos 20 años”, dijo Alejandro Mayorkas, jefe del Departamento de Seguridad Interior (DHS) en un comunicado emitido más temprano este martes.
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“Esto no es nuevo. Hemos experimentado aumentos de la migración antes, en 2019, en 2014 y antes también. Desde abril de 2020 la cantidad registrada en la frontera sur no ha dejado de aumentar”, indicó el alto funcionario. En febrero fueron arrestadas unas 100.000 personas en la frontera sur -entre ellas 9.457 menores no acompañados-, un aumento del 28% respecto a enero, según las autoridades.
Mayorkas dijo que el aumento de la llegada de menores se debe a que se puso fin a la política del gobierno anterior de “expulsar cruelmente a pequeños niños y dejarlos en manos de traficantes”.
En los primeros días de marzo, varios reportes sugerían que los refugios estaban recibiendo un promedio de 321 niños por día, frente a los 47 de la primera semana de enero. Hace dos semanas, más del 90 % de la capacidad de los refugios estaba ocupada. La rápida afluencia de niños ha llevado a que el presidente Biden pida 20.000 nuevas camas para albergarlos. También pidió aumentar la capacidad en los refugios que el Departamento de Salud y Servicios Humanos había limitado a la mitad con la intención de reducir el riesgo de brotes de COVID-19.
El desborde de los refugios se está convirtiendo en la primera gran emergencia migratoria de la administración actual. En 2014, Biden ya había enfrentado una crisis política por el éxodo de menores no acompañados cuando se desempeñaba como vicepresidente de Barack Obama. El entonces presidente Obama ordenó la construcción de un centro de refugio con cercas de alambre en Arizona, cuyas imágenes conmocionaron al país y desataron una tormenta política sobre él.
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“Son niños vulnerables y hemos acabado con la práctica de la administración anterior de expulsarlos”, dijo. Pero indicó que la mayoría de las detenciones en la frontera son de adultos que viajan solos -que son devueltos- salvo que sufran alguna “vulnerabilidad grave”.
En tanto, las familias también son devueltas a México o a sus países de origen, para respetar las reglas impuestas por la pandemia “salvo cuando México no tiene capacidad de recibirlos”, indicó Mayorkas.
Mayorkas -el primer latino y el primer inmigrante en encabezar el DHS- atribuyó el alza en las llegadas de migrantes a la “pobreza, los elevados niveles de violencia y la corrupción” en México, Guatemala, El Salvador y Honduras. “Estas condiciones adversas siguen deteriorándose”, indicó.
También señaló a la administración Trump por haber cortado ayuda a El Salvador, Guatemala y Honduras que iba destinada a acabar con las raíces de la migración, como la violencia y el impacto de desastres naturales.
Mayorkas admitió a su vez que las instalaciones para retener a migrantes están repletas, destacando que las autoridades no “han tenido la capacidad de recibir al número de niños sin compañía que han ido llegando”. Las reglas de distanciamiento por la pandemia han reducido además los espacios, dijo Mayorkas, quien pidió ayuda a la agencia federal de manejo de emergencias (FEMA) para que ayude a poner a punto nuevas instalaciones.
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El funcionario recordó sus orígenes cubanos en el comunicado para hablar de la esperanza que buscan los migrantes. “Yo vine a este país cuando era un bebé, fui traído por mis padres que comprendían la esperanza y la promesa que supone Estados Unidos”, afirmó. “Hoy los niños llegan a la frontera con esta misma esperanza”, concluyó.