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Los generales birmanos ordenaron este jueves el bloqueo del acceso a Facebook, un instrumento esencial de comunicación en Birmania, tres días después de un golpe de Estado que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi, mientras siguen los llamados a resistir.
En Facebook, una red social muy popular en el país, se crearon grupos que piden “desobediencia civil”. La compañía estadounidense informó el jueves que algunos de sus servicios estaban “perturbados” y exhortó a las autoridades a “restablecer la conexión”, declaró a la AFP una portavoz de la plataforma.
La compañía noruega Telnor, uno de los principales proveedores de telecomunicaciones del país, confirmó que las autoridades dieron orden de “bloquear temporalmente” Facebook. “No creemos que esta medida (...) sea conforme al derecho internacional”, añadió.
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Las autoridades militares ya habían emitido una advertencia a la población para que no dijera ni publicara nada que pudiera “fomentar disturbios o una situación inestable”.
El ejército puso fin a la frágil transición democrática del país el lunes, imponiendo el estado de emergencia por un año y deteniendo a Aung San Suu Kyi y a otros dirigentes de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND).
La líder de 75 años, que se cree que se encuentra bajo arresto domiciliario en la capital, Naipyidó, según su movimiento, ha sido acusada de haber violado una norma comercial.
Y aunque hay temor entre buena parte de la población, mucha del a cual lleva más de 50 años bajo el yugo militar, comienzan a verse pequeños movimientos de resistencia. Con caceroladas y bocinazos, los habitantes de Rangún protestaron como pueden contra los militares. El miedo a las represalias persiste en este país que ha vivido bajo la dictadura militar durante casi 50 años desde su independencia en 1948.
En 2007, los militares mataron a decenas de manifestantes durante la “Revolución Azafrán”, liderada en parte por monjes budistas. La represión de 1988 dejó de su lado unos 3.000 muertos.
En Birmania “estamos acostumbrados a hacer el mayor ruido posible para expulsar a los malos espíritus de las casas y los pueblos”, aquí los demonios son los militares, cuenta a la AFP Thinzar Shunlei Yi, que creó un grupo de desobediencia civil tras el golpe.
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Sin embargo, hay otro sector, cientos de partidarios del ejército se reunieron en la capital. “No queremos más traidores nacionales vendidos a países extranjeros” y “Tatmadaw [las fuerzas armadas] ama a la gente”, podía leerse en las pancartas.
No lejos de allí, 70 diputados de la LND firmaron un “compromiso para servir al pueblo” y organizaron una sesión parlamentaria simbólica para denunciar la toma de control del parlamento.
En las calles se multiplican las señales de resistencia contra el golpe de Estado, condenado por la ONU y muchos gobiernos occidentales.
En Mandalay (centro), tuvo lugar una pequeña manifestación con pancartas que decían “¡Protesta del pueblo contra el golpe de Estado militar!”. Cuatro personas fueron detenidas, según medios locales. La AFP no pudo confirmar esa información ante la autoridades.
El miércoles por la noche, en el barrio comercial de Rangún, la capital económica, los habitantes hicieron sonar las bocinas y armaron un estruendo golpeando cacerolas por segunda noche consecutiva. Algunos coreaban: “¡Viva Madre Suu!” (Aung San Suu Kyi).
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La resistencia se organiza también en algunos hospitales, donde profesionales de la salud se negaron el miércoles a trabajar “bajo una autoridad militar ilegítima”, y en Facebook, puerta de entrada en internet para una gran parte de la población.
“Nuestra historia está escrita con nuestra sangre (...) por aquellos que pierden la vida en la batalla por la democracia”, entonaron habitantes desde sus balcones.
En varios barrios de la ciudad se pudo oír el eslogan “¡Viva Madre Suu!” (Aung San Suu Kyi).
La Premio Nobel de la Paz, muy criticada estos últimos años por su pasividad en la crisis de los musulmanes rohinyás, sigue siendo venerada en el país y muchos se preocupan por su suerte, ya que desde el lunes el ejército la mantiene en un lugar secreto.