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Charles Scicluna llegó a Chile esta semana, acompañado del cura español, Jordi Bertomeu, con el fin de ayudar en las investigaciones contra cerca de 80 sacerdotes acusados de abusar sexualmente niños y adolescentes.
Scicluna ya había estado en ese país. Fue el enviado especial del Papa Francisco, tras su tormentosa visita a ese país en enero por cuenta de los abusos sexuales en la Iglesia Católica y el encubrimiento por parte de obispos.
El obispo de Malta, considerado como el "mayor experto en crímenes sexuales de la Iglesia Católica", se reunió con víctimas y obispos acusados de encubrimiento. Preparó un archivo para el Papa con todas las denuncias y fue gracias a su informe que Francisco comenzó la investigación entre la curia chilena, basado en la informe de .
El papa está decidido a arreglar el camino. Por eso se reunió con los 34 obispos chilenos en el Vaticano, a quienes les exigió ayudar a cambiar la mala imagen de la Iglesia, así como resolver la "lepra" del abuso. Todos renunciaron y, hasta ahora, se les ha acpetado la dimisión a tres. Todos encubridores de los dos depredadores sexuales más grandes en el seno del catolicismo chileno: Fernando Karadima y Abel Pérez.
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El documento elaborado por el arzobispo de Malta dedica buena parte al caso de Fernando Karadima, un sacerdote chileno que dirigió la parroquia El Bosque desde 1980 hasta 2006. Tiempo durante el cual abusó de niños y seminaristas a voluntad. Sus víctimas lo describen como “un depredador sexual” y denuncian cómo los manipulaba acusándolos de “haberlo hecho pecar”.
En mayo se conoció un caso de dimensiones similares. Así lo hizo conocer la agencia AP, que denunció como la congregación “hermanos maristas” tuvo en su seno a violadores cuyas víctimas dicen recordar encierros, golpes, violaciones y amenazas. Denunciaron a Abel Pérez, quien abusó y violó a 14 menores en dos colegios en los que trabajó. El sacerdote, justo después del escándalo, pidió perdón. Insuficiente para años de dolor.
En el centro del escándalo
Las víctimas de Karadima, en particular, denunciaron a Juan Barros, un cura nombrado obispo de Osorno por Francisco, por encubrir los abusos y demorar las investigaciones. Pues hoy Charles Scicluna y Jordi Bertomeu llegaron a Osorno."Estamos aquí para comunicar una cercanía especial del papa con el pueblo amado de Osorno", dijo al arribar a la ciudad, Charles Scicluna.
Ubicada 900 km al sur de Santiago, Osorno vive desde hace tres años una profunda división entre los fieles de la Iglesia Católica, tras la designación por parte del papa Francisco de Barros como obispo de esa diócesis pese a las acusaciones de encubrir los abusos sexuales del influyente sacerdote Fernando Karadima.
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El lunes, un día antes de la llegada a Chile de Scicluna y Bertomeu, el pontífice aceptó finalmente la renuncia de Barros, junto a otros dos obispos chilenos, abriendo el camino a la reconciliación de la comunidad religiosa de Osorno, en el inicio de la puesta en prácticas de las medidas "a corto, mediano y largo plazo" que prometió para renovar a la iglesia chilena.
Scicluna y Bertomeu llegaron a Osorno para escuchar nuevos testimonios de abuso sexual y prestar ayuda técnica a la Iglesia para enfrentar nuevas denuncias. Su misión especial, encomendada por Francisco, es reconciliar a la comunidad de Osorno.
El azote de los abusivos
Pero el nombre de Scicluna es sello de justicia para las víctimas. Este obiso fue designado en 2015 por Francisco, como líder del equipo doctrinal que se encarga de las denuncias presentadas contra religiosos acusados de abuso dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe.Scicluna era uno de los pocos sacerdotes, experimentados en estudiar el tema de la protección infantil, y muy respetado por sus colegas. Fue gracias a su investigación juiciosa, en 2005, que el mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, fue hallado culpable de abusos sexuales.
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En Chile, fue Scicluna quien comenzó las investigaciones contra Karadima, en 2009. Y gracias a sus pesquisas el sacerdote fue hallado culpable. El problema fue el castigo: lo enviaron a una casa de retiro en donde vive a cuerpo de rey, y aunque le prohibieron oficiar misa, lo hace, de acuerdo con videos filtrados por redes sociales.