Li Wenliang fue uno de los primeros médicos en alertar sobre el brote. / Weibo
Era un secreto a voces. Desde diciembre en la ciudad de Wuhan, en el centro de China, se hablaba de un misterioso brote que había causado la muerte de un puñado de personas. Pero nadie decía nada, ni los ciudadanos ni las autoridades sanitarias locales.
Quien sí lo hizo fue un médico chino de 31 años, oftalmólogo, que intentó alertar a sus colegas sobre el brote de coronavirus. Corrió la voz y la policía le hizo una visita y le dijo que dejara de hablar de ello.
Por redacción internacional
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