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La corte suprema de Brasil consideró este martes que el exjuez Sergio Moro, quien luego fue ministro de Justicia del presidente Jair Bolsonaro, actuó con parcialidad en el juicio que llevó a la primera condena de Luiz Inácio Lula da Silva por denuncias de corrupción, en una nueva victoria judicial del exmandatario izquierdista.
La segunda sala del Supremo Tribunal Federal (STF) tomó esa decisión por 3 votos a 2, tras un cambio a último momento de la posición de una de sus magistradas, Carmen Lúcia, que inicialmente había rechazado la demanda presentada por los abogados del líder de la izquierda. “Victoria de la verdad”, reaccionó el Instituto Lula en Twitter, con una foto del mandatario en un mitin en la que puede leerse “STF decide: Moro parcial”.
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- Esperamos que o julgamento realizado hoje pela Suprema Corte sirva de guia para que todo e qualquer cidadão tenha direito a um julgamento justo, imparcial e independente, tal como é assegurado pela Constituição da República.
— Lula (@LulaOficial) March 23, 2021
Leia a nota da defesa: https://t.co/frLHDlQy5e
La defensa de Lula (2003-2010) alegó que Moro perjudicó al exmandatario a lo largo de toda la instrucción del proceso y actuó con motivaciones políticas. Entre los ejemplos citados, figura el de haber impedido que Lula se presentase a las elecciones de 2018, para las cuales era el favorito, y haber aceptado luego ser ministro de Justicia del presidente de ultraderecha Jair Bolsonaro, vencedor de esos comicios.
“Esperamos que el fallo emitido hoy por la Corte Suprema sirva de guía para que cualquier ciudadano tenga derecho a un juicio justo, imparcial e independiente”, dijeron en una nota los abogados del exmandatario, Cristiano Zanin y Valeska Zanin Martins.
El caso del tríplex
La ‘suspeição’ de Moro acordada por el STF concierne a un único caso de las dos condenas dictadas hasta ahora contra Lula en el tribunal de Curitiba (sur), donde actuaba el exjuez. Se trata del caso de un tríplex en el litoral de Sao Paulo, del cual Lula era beneficiario, según la acusación, a cambio de contratos ofrecidos a constructoras en la estatal petrolera Petrobras.
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Moro dictó en 2017 una sentencia en su contra de 9 años y medio de cárcel, llevados a 12 años y un mes en enero de 2018 por un tribunal de segunda instancia y reducida después a 8 años y 10 meses en 2019 por una corte superior (STJ). Lula fue condenado a 17 años de cárcel en otro juicio iniciado por Moro, pero concluido por su sucesora cuando el juez se convirtió en ministro.
Esos dos procesos fueron anulados a inicios de este mes por un magistrado del STF por vicio de forma, alegando que debían ser tratados en Brasilia. Con esa decisión, Lula quedó habilitado para disputar las elecciones de 2022. La Fiscalía General apeló esa decisión, que deberá ser tratada próximamente por el plenario del STF, de 11 miembros.
La nueva victoria judicial de Lula, este martes, obliga al tribunal que trate el asunto a iniciar desde cero la instrucción, con todos los interrogatorios.
Moro puede presentar un recurso contra el fallo, pero solo cuestionando su constitucionalidad, explica Daniel Vargas, profesor de derecho de la Fundación Getúlio Vargas. “La decisión de hoy es otra una victoria política para el expresidente Lula, cuya elegibilidad se confirma después de sucesivas decisiones del STF”, afirmó la consultora Prospetiva.