Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Nunca antes en la historia del país un vicepresidente se ha negado a poner su firma a la decisión del Colegio Electoral. Y esta no fue la excepción. El Congreso de Estados Unidos certificó la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de noviembre. Ni los manifestantes pro-Trump que se tomaron el Capitolio, ni las reclamaciones sin fundamentos de fraude electoral, ni las amenazas de Trump, impidieron que el Congreso continuara con la certificación.
Ver más: La cura para el populismo demagógico
El expresidente Barack Obama escribió: “La historia recordará la violencia de hoy en el Capitolio, alentada por un presidente que mintió incansablemente sobre el resultado de una elección, como un momento de deshonra y vergüenza para nuestro país. Pero nos estaríamos engañando si tratáramos esto como una sorpresa total”, agregó. Y lo cierto es que a los ojos del mundo, Estados Unidos luce irreconocible.
Lo que durante muchos años fue un simple trámite en el Congreso, hoy se convirtió en una pesadilla para el país. “Irrumpir en la capital, romper ventanas, y ocupar oficinas no es protestar, es insurrección”, dijo Joe Biden. Y la toma del Capitolio fue apenas una señal de lo que estaba por ocurrir en el transcurso de la tarde del miércoles. Minutos más tarde, una mujer murió luego de recibir un disparo, y las autoridades encontraron un artefacto explosivo en la sede del Comité Nacional Republicano en Washington (que fue destruido con éxito).
Ver más: “Nuestra democracia está bajo un asalto sin precedentes”: Joe Biden
Y aunque era de esperarse que los grupos extremistas se tomaran las calles de la ciudad para protestar, lo cierto es que el mensaje del presidente en horas de la mañana elevó los ánimos de sus partidarios.
“Los estados quieren que se corrijan los votos, que saben que están basados en irregularidades y fraude, además de un proceso corrupto que no recibió apoyo legislativo. Todo lo que Mike Pence tiene que hacer es enviar los votos del Colegio Electoral de vuelta a los estados. Hazlo, Mike ¡Es el momento de la valentía extrema!”, dijo Trump. Pence no cedió: “La Constitución me impide reclamar una autoridad unilateral para determinar qué votos electorales deben contarse y cuáles no”, dijo el vicepresidente.
Manifestantes escalando los muros del Capitolio, congresistas en el piso evitando ser golpeados, y partidarios de Trump sentados en la oficina de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, son algunas de las imágenes que dejó la jornada.
“El recordatorio de hoy, que es muy doloroso, es que la democracia es frágil y para preservarla se requieren personas de buena voluntad; líderes que tengan el coraje de ponerse de pie y que se dediquen no a la búsqueda del poder, sino a la búsqueda del bien común”, agregó Joe Biden. Con todo y esto, los congresistas no cerraron la jornada.
Ver más: La gente “especial y linda” de Donald Trump que se tomó a la fuerza el Capitolio
“Siempre supimos que esta responsabilidad nos llevaría a la noche”, escribió Nancy Pelosi. “También sabíamos que hoy seríamos parte de la historia de manera positiva, a pesar de las objeciones infundadas al voto del Colegio Electoral. Ahora seremos parte de la historia, ya que se dio a conocer al mundo una imagen tan vergonzosa de nuestro país, instigada al más alto nivel”, dijo Pelosi.
La jornada en el Congreso
Después de retomar labores, ambas cámaras del Congreso de EE. UU. rechazaron una objeción al resultado de las elecciones de noviembre en el estado de Pensilvania, el último obstáculo que planeaban revisar antes de que el Congreso certificara la victoria de Biden.
La votación en la Cámara de Representantes se produjo unas dos horas después de que el Senado también se mostrara a favor de respetar el resultado de las elecciones en Pensilvania, por 92 votos contra 7 de senadores republicanos. “No esperamos más votos esta noche”, dijo después de esa votación el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.
Una vez resuelto el desafío a los resultados en Pensilvania, la sesión conjunta del Congreso volvió a reunirse para completar rápidamente el proceso de ratificación de la victoria de Biden. Nunca hubo ninguna perspectiva de que las objeciones presentadas en el Congreso prosperaran, puesto que cada una de ellos debe superar una votación en el pleno y los demócratas, el partido de Biden, son mayoría en la Cámara de Representantes.
Ver más: La cura para el populismo demagógico
Antes de que le llegara el turno a Pensilvania, ningún senador republicano apoyó el intento de varios congresistas de objetar los resultados en otros tres estados clave donde ganó Biden: Georgia, Michigan y Nevada. Según la ley estadounidense, para desencadenar un debate y una votación en el Congreso sobre la posibilidad de rechazar el resultado en un estado, es necesario contar con al menos un congresista y un senador que apoyen la idea.
Unas horas antes, el Congreso votó también a favor de respetar el resultado de las elecciones en Arizona: el intento de rechazar lo votado en ese estado fracasó por 93 votos contra 6 en el Senado y por 303 contra 121 en la Cámara de Representantes. El debate sobre el resultado en Arizona había comenzado a primera hora de la tarde, pero quedó interrumpido por el asalto al Capitolio de los simpatizantes de Trump.
¿Qué sigue ahora?
La representante demócrata Ilahn Omar comunicó en la tarde del miércoles que ya estaba redactando los artículos necesarios para un nuevo juicio político al presidente. Esta vez el cargo sería mucho más grave que los presentados en 2018: conspiración por sedición. En esta nota le contamos más de lo que fue esta jornada en Washington: El día en que Donald Trump se quiso tomar el poder a la fuerza
Con información de agencias*