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Lava Jato, que fue vista como la mayor operación anticorrupción de Brasil, parece haber sido toda una farsa. Hoy es el mayor escándalo judicial de la historia de ese país. Aunque decenas de políticos fueron a parar a la cárcel, incluido el expresidente Lula da Silva, resulta que muchos otros quedaron libres, e incluso aquellos cuyos casos fueron más graves nunca pisaron la prisión y uno de ellos, Arthur Lira, fue elegido hace dos semanas como presidente de la Cámara de Diputados.
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Lo más grave es que varios de esos procesos quedaron en entredicho, a tal punto de que el juez de la Corte Suprema Edson Fachin decretó que tres condenas en contra de Luiz Inácio Lula da Silva, en el marco de la megaoperación, debían ser anuladas. ¿Qué pasó? Que erradicar la corrupción en Brasil parece ser una tarea imposible.
La decisión a favor de Lula da Silva afecta tres procesos relacionados con un apartamento tríplex en el balneario de Guarujá, en el litoral del estado de São Paulo, a una casa de campo en la localidad paulistana de Atibaia y a una investigación sobre el Instituto Lula, fundado por el exmandatario. Lula pasó 580 días en prisión por estos casos.
Edson Fachin determinó que el Tribunal de Primera Instancia de Curitiba, a cargo del entonces juez Sergio Moro, no tenía en ese momento “competencia jurídica” para analizar esos casos, y esos procesos deberán pasar a la justicia federal en Brasilia, la cual decidirá sobre el curso de cada uno de los casos. Si se confirma esta decisión, Lula da Silva podrá aspirar a la presidencia de Brasil en 2022 y competir directamente contra Jair Bolsonaro, su archienemigo político. Según una encuesta revelada la semana pasada, Lula le ganaría al actual presidente.
¿Quién es Fachin?
Aunque la decisión de Fachin deberá ser analizada en el pleno de la Corte Suprema, que tiene un total de 11 miembros, este juez se convierte en el reivindicador de Lula y sus derechos políticos.
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Edson Fachin, de 63 años, es cercano a la expresidenta Dilma Rousseff. Fue ella quien en 2014 lo nominó para uno de los cargos más altos del país. Se convirtió en juez del Tribunal Supremo de Brasil en 2015 y en 2017 lo nombraron para supervisar los casos relacionados con Lava Jato.
Una nota del gobierno de Rousseff describía a Fachin como “un jurista que cumple con todos los requisitos necesarios para ejercer el cargo más alto en la magistratura del país”. Catedrático de derecho civil en la Universidad Federal de Paraná, donde se licenció en derecho en 1980, es socio fundador de un bufete de abogados de la ciudad de Curitiba especializado en arbitraje y mediación empresarial.
Fachin tiene una maestría y un doctorado en derecho en relaciones sociales, realizó un trabajo posdoctoral en Canadá y ha trabajado como académico desde 1980, con decenas de libros publicados, principalmente sobre derecho civil. Además, fue miembro de la Comisión de Reforma del Poder Judicial del Ministerio de Justicia y colaboró con el Senado en la redacción del nuevo Código Civil de Brasil. También es miembro de las Academias Brasileñas de Derecho Civil, Letras Jurídicas y Derecho Constitucional.
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Desde que fue Lula fue enviado a prisión, en 2018, insistía en que no había sido bien juzgado. Sergio Moro, el otrora juez estrella que terminó siendo ministro del polémico gobierno de Bolsonaro, nunca escuchó los clamores del expresidente.Hay 14 denuncias que hablan de cómo se desaparecieron reclamos contra Moro por mal proceder. “No guardo rencor, pero tengo sed de justicia”, reclamó Lula da Silva tras las rejas cuando pedía que revisaran sus condenas. Fachin le calmó esa sed.