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Camille Kouchner habló de lo que muchos no quieren hablar en Francia. Hijastra de un intelectual francés e hija de una escritora feminista, Kouchner publicó un libro sobre los abusos sexuales a menores de edad en su familia, y puso sobre la mesa el gran debate sobre el incesto y el abuso infantil en Francia. En “La gran familia” cuenta cómo su padrastro Olivier Duhamel, destacado politólogo, presentador de programas de radio y presidente de la junta que supervisa la prestigiosa universidad Sciences Po, abusó sexualmente de su hermano gemelo cuando era adolescente.
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“Si no hablas, dejas un mundo al revés. Tienes que correr el riesgo porque tienes una pequeña posibilidad de decirles a los que sufren que su sufrimiento no es en vano“, dijo Kouchner en una entrevista. Su historia generó tal impacto que decenas de miles de víctimas francesas rompieron el silencio y contaron sus historias en redes sociales con el numeral #MeTooInceste.
Este caso recordó al del escritor francés Gabriel Matzneff, investigado por pedofilia después de que una de sus víctimas, Vanessa Springora, describiera la relación que tuvo con él cuando era apenas una adolescente y el control que ejercía sobre ella en el libro “El consentimiento” que salió a la venta el año pasado. Estos escándalos provocaron en Francia una reacción similar al #MeToo, con testimonios de abusos sexuales e incesto que inundaron las redes sociales.
El libro
Kouchner cuenta cómo en la década de 1980, Duhamel y su madre Évelyne Pisier, una profesora de derecho que tuvo un romance de cuatro años con Fidel Castro, invitaban a sus amigos intelectuales a la finca familiar en la Riviera francesa. El lema: Libertad ante todo. “Padres e hijos se besaban en la boca. Mi padrastro coqueteaba con las esposas de sus amigos. Se ofrecieron hombres jóvenes a mujeres mayores”, escribió Kouchner de acuerdo con The Guardian. Su madre se puso del lado de Duhamel cuando se enteró en 2008 que dos décadas antes, su segundo marido había abusado sexualmente de su hijastro de 14 años.
“Me incomoda la palabra ‘víctima’, porque aprisiona y condena a mi hermano una y otra vez. Es difícil encontrar el término adecuado. Yo diría que mi hermano es un sobreviviente”, dijo Kouchner a Le Monde. En su libro cuenta como Duhamel abusó de su hermano por las noches durante un período de dos a tres años.
Las denuncias de Kouchner se dan en un país donde el 10 % de la población afirma haber sido víctima de incesto, es decir, 6,7 millones de personas; el 78 % eran mujeres y el 22 % hombres, de acuerdo con una encuesta de realizada por Ipsos en noviembre. “Ha existido una cultura de impunidad, particularmente para aquellos en posiciones de privilegio, poder y dominación sobre mujeres y niños. Estas personas, en su mayoría hombres blancos, los todopoderosos, son adorados y festejados (...) Esto genera una especie de privilegio sexual para explotar a mujeres y niños con impunidad”, explicó la psiquiatra Muriel Salmona a The Guardian.
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Con 200.000 copias vendidas, las denuncias de abuso sexual desataron una ola de renuncias de altos cargos franceses empezando por el mismo Olivier Duhamel que renunció a su cargo como director de la Fundación Nacional de Ciencias Políticas.
Le siguió Frédéric Mion, quien fue director de la universidad Sciences Po desde 2013, y decidió renunciar luego de un informe del Ministerio de Educación francés que señaló “errores de juicio en mi manejo de las denuncias que se me comunicaron en 2018 e inconsistencias en la forma en que comuniqué sobre este caso después de que surgió. Entiendo la confusión resultante y asumo toda la responsabilidad por ella”.
Élisabeth Guigou, exministra de Justicia y amiga de Duhamel, dimitió como presidenta del comité que investiga el incesto, pero insistió en que “no sabía de los hechos graves”. Y Marc Guillaume, un alto funcionario y exsecretario general del gobierno francés, dijo que le habían hablado de “problemas sexuales”, pero no de acusaciones de incesto; renunció a la Fundación Nacional de Ciencias Políticas, que supervisa a la universidad Sciences Po y de la que Duhamel era presidente.
Dirigiéndose a Duhamel directamente en el libro, cuyos extractos fueron publicados por Le Monde, Kouchner escribe: “Voy a explicarle quién suena en la radio, usted que ofrece el regalo de su análisis a los estudiantes, y se pavonea sobre los escenarios de la televisión. Voy a explicar que, al menos, podrías haber dicho lo siento“.
La reacción del gobierno
“Vidas destrozadas en el santuario de la habitación de un niño. Infancias robadas durante las vacaciones familiares, o momentos que deberían haber sido inocentes y fueron conducidos a lo peor. Hoy, la palabra es libre. Gracias al coraje”, dijo el presidente Emmanuel Macron.
Des vies brisées dans le sanctuaire d'une chambre d’enfant. Des enfances volées lors de vacances en famille, ou de moments qui auraient dû être innocents et ont conduit au pire. Aujourd’hui, la parole se libère. Grâce au courage. pic.twitter.com/etHFUU4eRh
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) January 23, 2021
El gobierno francés anunció su respaldo a la creación de un nuevo delito que sancione cualquier acto sexual con penetración entre un adulto y un menor de 15 años. Eric Dupond-Moretti, ministro de Justicia, dijo que se debe acabar con el actual requerimiento de que las víctimas menores prueben que fueron forzadas, amenazadas o engañadas para presentar una denuncia por violación. El gobierno también quiere adoptar un nuevo mecanismo legal sobre la prescripción, para garantizar que todas las víctimas de una misma persona puedan tener derecho a un juicio.
Actualmente ocurre a menudo que sólo la última víctima del mismo agresor puede declarar como parte civil ante un tribunal, mientras que “los demás están allí sólo como testigos”, porque los hechos que les conciernen han prescrito.