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Cada vez que hay un ciberataque las alarmas de las grandes potencias se encienden, pues queda en evidencia una vez más lo frágil que es la información gubernamental dentro de la virtualidad. En medio de la pandemia, los datos de la investigación para encontrar la vacuna contra el coronavirus se han convertido en oro. Por eso las acusaciones de hoy contra Rusia de querer robárselos son tan graves. Estas es lo que se sabe hasta el momento.
¿Qué pasó?
El Centro de Ciberseguridad Nacional del Reino Unido (NCSC) alertó este jueves de que presuntos piratas informáticos vinculados con agencias de inteligencia rusas tienen como objetivo de sus ataques a científicos británicos que trabajan en el desarrollo de una posible vacuna contra la COVID-19.
En un comunicado conjunto con la agencia de seguridad nacional de Estados Unidos y la autoridad canadiense de ciberseguridad -el Canadian Communication Security Establishment-, el NCSC indicó que los ataques contra científicos nacionales forman parte de una campaña global del grupo APT29, que busca usurpar los secretos de la búsqueda de la vacuna.
¿A quiénes acusan?
APT29, también conocido como "The Dukes" o "Cozy Bear", es un grupo de piratas informáticos que ha sido vinculado con la inteligencia rusa.
El ministro británico de Exteriores, Dominic Raab, pidió el final de estos ciberataques "irresponsables" por parte de los servicios de inteligencia rusos, "que han estado recogiendo información sobre desarrollo e investigación de la vacuna contra la COVID-19".
“Es completamente inaceptable que los Servicios de Inteligencia Rusos tengan como objetivo a aquellos que trabajan para combatir la pandemia de coronavirus”, apuntó.
La respuesta de Rusia
El Kremlin negó hoy cualquier vinculación al ciberataque. ”No disponemos de ninguna información sobre quién podría haber atacado a empresas farmacéuticas y centros de investigación en el Reino Unido”, señaló el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, según la agencia oficial TASS.
"Podemos decir solo una cosa: Rusia no tiene nada que ver con estos intentos. No aceptamos estas acusaciones, como tampoco (aceptamos) las acusaciones sin fundamento sobre interferencias en las elecciones de 2019" en el Reino Unido, agregó.
Además, el director del Russian Direct Investment Fund (Fondo ruso de Inversiones Directas), Kiril Dmítriev, aseguró que Moscú no tiene necesidad de robar información sobre la vacuna británica, sobre todo, porque una compañía rusa ya negocia su producción en este país con la contraparte británica.
"No hay necesidad de robar nada, ni de tener secretos. Toda la información ha sido transferida a la empresa R-Farm que producirá la vacuna de Oxford AstraZeneca en Rusia", dijo el funcionario a la emisora Times Radio.
Dmítriev opinó que la información sobre los supuestos ataques rusos contra instalaciones británicas que desarrollan una posible vacuna contra la COVID-19 fue lanzada por gente que busca “estropear la imagen” de la vacuna rusa.
Rusia, ¿primera en tener vacuna?
El funcionario fue categórico en afirmar que mientras el gobierno de Putin es atacado, Rusia podría dar la sorpresa con la vacuna. ”La vacuna rusa potencialmente puede ser la primera en el mercado y la más efectiva”, aseguró.
Hoy mismo Dmítriev anunció el fin de la primera fase de los ensayos clínicos de la vacuna rusa y adelantó que la segunda etapa concluirá el 3 de agosto. Los desarrolladores del remedio ruso contra la COVID-19 confían en poder sacarlo al mercado antes del mes de octubre.
Dmítriev aseguró que está tan seguro del éxito de las pruebas rusas que ya ha vacunado a toda su familia. “Yo fui uno de los voluntarios que participaron en los ensayos de la vacuna que vamos a producir. Me vacuné yo mismo, pero también lo hicieron mi madre, mi padre y mi esposa. Al cabo de 20 días todos desarrollamos anticuerpos, que son el doble de lo que suele tener un paciente con COVID”, aseguró.