El gasoducto de la discordia en Canadá

Desde hace dos semanas el grupo indígena wet’suwet’en protesta por la construcción de una carretera que atravesará su territorio ancestral. Esta vía permitirá la construcción de un gasoducto que los indígenas rechazan.

redacción internacional
25 de febrero de 2020 - 08:01 p. m.
Desde hace varias semanas, indígenas canadienses bloquean vías férreas del país, afectando el principal corredor del país.  / AFP
Desde hace varias semanas, indígenas canadienses bloquean vías férreas del país, afectando el principal corredor del país. / AFP

La construcción del gasoducto Coastal GasLink, un megaproyecto de 670 kilómetros que busca conectar los campos de fracking del noroeste de la provincia canadiense de Columbia Británica con el terminal de exportación de gas de Kitimat, al otro extremo de este territorio, desató desde hace dos semanas una delicada crisis política y social en Canadá.

El 5 de febrero, miembros del grupo indígena wet’suwet’en comenzaron una serie de protestas por la construcción del gasoducto. A ellos se sumaron otros pueblos indígenas que trancaron vías ferroviarias y gran parte de la red de transporte de pasajeros, lo que ha provocado un caos de movilidad en el país.

Mientras los wet’suwet’en protestan en Columbia Británica en la localidad de Bellville, unos 200 kilómetros al este de Toronto, los indígenas mohawk bloquean otras líneas férreas. Por esta razón se suspendió el transporte de mercancías y pasajeros en la mitad oriental de Canadá. Un pulso que amenaza al gobierno del primer ministro, Justin Trudeau. Le puede interesar: La Policía detiene a indígenas que bloqueaban vías férreas en Canadá 

Via Rail, que opera una de las ferroviarias, informó que debido al bloqueo ha tenido que cancelar más de 500 viajes en trenes de pasajeros; lo más grave despedirá a varios empleados;  Canadian National (CN), la compañía de transporte de mercancías y propietaria de la infraestructura ferroviaria, se sumó a esta medida y anunció la suspensión temporal de 450 empleados.

La pelea indígena

Los enfrentamientos entre los cinco clanes del pueblo indígena canadiense wet’suwet’en con la empresa GasLink, constructora del gasoducto, comenzaron en 2012, cuando esta empresa se ganó la licitación del proyecto de construcción de la megaobra.

GasLink pertenece a la empresa TransCanada, la misma que construye el polémico oleoducto KeystoneXL en Estados Unidos.

Los wet’suwet’en son los propietarios históricos de 22.000 kilómetros de tierra en todo el centro de Columbia Británica, zona que quedaría atravesada por una carretera forestal que sería el único punto de acceso para los trabajadores de la obra; por eso se oponen al proyecto, cuya construcción comenzó a finales de 2019. Según los cinco jefes hereditarios de los wet’suwet’en, la máxima autoridad indígena, ellos nunca aprobaron negociación alguna para la obra. Sin embargo, la empresa tiene pruebas de un trato logrado con otros líderes de la comunidad indígena, unosque no tienen el reconocimiento de los wet’suwet’en.

¿Y entonces? La empresa argumenta que cumplió con todos los requisitos de ley y que tiene el visto bueno de los indígenas, además de otros veinte grupos nativos; pero sectores de esos mismos pueblos argumentan que los permisos fueron tramitados por la ley de Ottawa y no por la ley de los nativos.

El conflicto amenaza con crecer, pues mucha más gente se está uniendo a la defensa de la tierra que hacen los wet’suwet’en. El miércoles de la semana pasada, otro grupo indígena en la provincia de Alberta se unió al bloqueo de una vía de tren en la población de Edmonton, noroeste de Toronto, aumentando el caos en el principal corredor del país.

Pero la ley ya falló a favor de la empresa: el 31 de diciembre de 2019, una jueza canadiense se pronunció a favor de GasLink y les ordenó a los indígenas permitir la construcción de la carretera forestal y dejar de impedir el acceso a los trabajadores.

El gobierno canadiense ha aceptado reunirse con los grupos indígenas que protestan para resolver el conflicto. El ministro de Servicios Indígenas de Canadá, Marc Miller, anunció un encuentro con los indígenas mohawk que bloquean desde hace días el principal corredor ferroviario del país, el cual conecta las ciudades de Toronto con Ottawa y Montreal.

Pero Miller solicitó a los manifestantes que abandonen su protesta y permitan el tránsito de trenes de pasajeros y mercancías, algo a lo que hasta ahora los grupos indígenas se niegan. Mientras, en el oeste de Canadá, el primer ministro de la provincia de Columbia Británica, John Horgan, aceptó reunirse con los jefes herederos del grupo indígena wet’suwet’en.

Horgan también puso como condición para mantener la reunión que los indígenas permitan el acceso a su territorio de los trabajadores que tienen que construir el gasoducto Coastal GasLink.

Aunque los tribunales canadienses han dictaminado que los bloqueos tanto de los wet’suwet’en en Columbia Británica como los de los mohawks en Ontario son ilegales, y han autorizado a las fuerzas de seguridad a arrestar a los manifestantes, estas han intentado desactivar el conflicto sin detenciones.

La Policía Montada de Canadá detuvo la semana pasada a algunos de los manifestantes que bloqueaban el acceso al territorio de los wet’suwet’en en la Columbia Británica, lo que provocó una oleada de protestas en todo el país en solidaridad con los detenidos, incluido el bloqueo del corredor ferroviario Toronto-Montreal por parte de los mohawk.El líder del Partido Conservador (PC), el principal grupo opositor, Andrew Scheer, criticó al primer ministro porque “se negó” a calificar los bloqueos como ilegales. Ante el agravamiento de la situación, el primer ministro de Quebec, Francois Legault, solicitó a Trudeau que establezca una “fecha límite” para intervenir: “Trudeau tiene que poner una fecha límite en los próximos días, no en las próximas semanas, porque ahora mismo tenemos empleos en riesgo”, declaró.

Los jefes herederos de los wet’suwet’en y otros pueblos indígenas no cesan en su lucha y han iniciado acciones legales contra el gobierno canadiense por incumplir los objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero al permitir obras como el gasoducto Coastal GasLink. Quieren que los tribunales declaren inconstitucionales los permisos otorgados por Ottawa a los proyectos energéticos. ¿Una pelea perdida?

Por redacción internacional

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