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El ministro de Educación de Brasil, Ricardo Vélez Rodríguez, en su empeño por conseguir aliados para aumentar las escuelas cívico-militares en el país, citó este miércoles como ejemplo la "labor" que realizó el narcotraficante colombiano Pablo Escobar en las escuelas de su país para alejar a los jóvenes de las drogas.
"Pablo Escobar había reservado campos de fútbol para los jóvenes y una pequeña biblioteca. De esa forma los jóvenes no consumían cocaína porque este producto estaba orientado a la exportación", señaló Vélez durante una intervención durante una audiencia pública este viernes en la Cámara de Diputados.
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Vélez Rodríguez, filósofo colombiano nacionalizado en Brasil, contrastó la labor del jefe del Cartel de Medellín con la de los narcotraficantes brasileños, que reclutan estudiantes para vender drogas, algo a lo que, según él, se le puede poner freno con la implementación de escuelas cívico-militares en el país.
No obstante, el pronunciamiento del ministro no fue recibido con agrado y fue interpretado como un mal ejemplo por algunos medios de comunicación y por personas que se manifestaron a través de las redes sociales.
"Ministro de Educación menciona a Pablo Escobar para defender modelo cívico-militar en las escuelas", tituló en su portal de Internet el diario O Globo, el de mayor circulación de Brasil.
El portal de noticias UOL tituló la noticia "Ministro cita a Pablo Escobar como ejemplo para proteger jóvenes del narcotráfico" y la revista Forum la anunció con el encabezado "Vélez Rodríguez compara el Brasil actual con la Colombia de Pablo Escobar".
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Pero Pablo Escobar no es ningún ídolo en Colombia. Solo entre septiembre y diciembre de 1989, el Cartel de Medellín que lideró Escobar hasta su muerte, detonó cien carros bombas; y a su cuenta de terror se endosan no menos de 3.000 muertes.
Vélez Rodríguez llegó a la cartera de Educación recomendado por el también filósofo Olavo de Carvalho, el principal ideólogo de los movimientos derechistas brasileños, considerado un gurú por el actual mandatario, Jair Bolsonaro, que comparte su ideología anticomunista.
Su gestión, que además de incluir militares en las escuelas, pretende que la educación en Brasil siga los designios de la Biblia, ha sido fuertemente criticada en el gigante sudamericano.