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A Solsiret Rodríguez, de 23 años, no la volvieron en Callao, Perú, desde el 23 de agosto del 2016. Su desaparición fue reportada por sus padres, Rosario Aybar y Carlos Rodríguez, quienes acudieron a las autoridades peruanas para resolver el caso. Pero ni la Policía ni el Poder Judicial les ayudaron. Al contrario, les pusieron todo tipo de trabas para poner la denuncia y exigir su búsqueda, según les dijeron, porque "era joven, feminista o de repente se había ido con otro". Solsiret estudiaba sociología y fue vocera de la plataforma "Ni una Menos" de Callao. Era activa activista en contra de la violencia machista.
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Los padres de la joven no desistieron a pesar de la inacción oficial. Se dedicaron a buscar pruebas, al margen de las autoridades de Callao y las amigas de la desaparecida hicieron frecuentes plantones para que el caso no se quedara en el olvido. La semana pasada, los esfuerzos de la familia de Solsiret dieron resultado. Luego de hacer seguimiento a llamadas y otras pistas, llegaron con pruebas ante un fiscal, que por fin los tomó en serio y se dedicó a resolver el misterio.
A Solsiret la mataron. Y la descuartizaron y sus restos permanecieron escondidos durante tres años. Según el diario La República, en el crimen estarían implicados su pareja, Brian Villanueva; su hermano, Kevin Villanueva, y la pareja de éste, Andrea Aguirre. Sus padres ya sospechaban de Brian Villanueva, pues desde que ella desapareció "no la buscó y denigraba de ella", le dijo a la agencia Efe Rosario Ayvar.
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De acuerdo con la prensa peruana, Andrea Aguirre finalmente confesó lo que había pasado. Relató que hubo una discusión con la víctima y que ésta cayó desde el cuarto piso de la vivienda en donde se encontraban. Entonces, según el relato de Aguirre, desmembró el cuerpo de Rodríguez, se deshizo de la mayor parte del cadáver y conservó en su casa el cráneo y las extremidades de la víctima. Estos hechos estuvieron precedidos por denuncias de Solsiret sobre el permanente acoso de su cuñado.
Los restos encontrados en la casa de Aguirre fueron trasladados a la Morgue Central de Lima para confirmar la identidad de Rodríguez, pero su madre Rosario Ayvar dijo que había un 99,9 % de probabilidad de que se trata de los restos de su hija.
Casos como la desaparición de Solsiret Rodríguez impulsaron a distintos colectivos de mujeres víctimas de feminicidio a marchar en Perú para que las autoridades las tomen en cuenta, bajo el argumento de que "una desaparición es un delito, porque puede ser un feminicidio, un homicidio, un secuestro o una trata de personas", anotó Aybar.
Perú y las espantosas cifras de feminicidio
Perú rompió récords en cifras de feminicidios en 2019: entre enero y diciembre de 2019 se registraron 168 casos de feminicidios, según la Defensoría del Pueblo de ese país, que dio un informe a finales del año pasado.La cifra de 2019 corresponde a 19 casos más que en 2018, cuando se registraron 149 víctimas, de acuerdo con el reporte del Programa Nacional Contra la Violencia Familiar y Sexual, del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables de Perú. De acuerdo con las autoridades, es la cifra más alta desde 2009. Aunque este año el país rompió récords de feminicidios, la ONU dijo en noviembre que el país tuvo una de las cifras más bajas en la región de este delito en 2018 con una tasa de 0,8 feminicidios por cada 100.000 mujeres.
Andrea Aguirre y Kevin Villanueva fueron detenidos el pasado 14 de febrero; el paradero de la expareja de Solsiret sigue en paradero desconocido. Sus padres, ejemplo de lucha, dicen que seguirán con su labor de investigación hasta que todos los responsables de la muerte de su hija sean llevados ante la justicia.