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Los aires cada día se calientan más en Ecuador, que desde hace unos días vive una ola de intensa violencia. Miles de ecuatorianos ocuparon este martes, durante una hora, la sede del Parlamento en Quito y exigieron la salida del poder del presidente Lenín Moreno, en el marco de una escalada de protestas contra unos ajustes económicos del Gobierno y el acuerdo crediticio con el FMI. Eso sí, los diputados, que suspendieron sus actividades este martes, no estaban en el edificio.
Al grito de "¡Fuera Moreno, fuera!", los manifestantes protagonizaron duros enfrentamientos con policías y militares que resguardaban el recinto, ante la inminente llegada de la protesta. Momento después, sin embargo, policías y militares desalojaron la sede del Congreso.
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Los manifestantes entraron apresurados a la sala de sesiones y ocuparon el estrado, desde donde grabaron imágenes con sus celulares. "El movimiento indígena junto a trabajadores, estudiantes y ciudadanía logró sitiar y tomar instalaciones de @AsambleaEcuador", expresó por Twitter la mayoritaria Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
"Nos tomamos la Asamblea de manera pacífica", dijo un hombre que grabó un video divulgado por la organización.
Momentos antes del ingreso, los ecuatorianos, encabezados por la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), rompieron los distintos cercos de seguridad y penetraron a los exteriores del edificio legislativo. El hecho se produjo en medio de un intenso forcejeo, en el que las fuerzas del orden utilizaron abundante gas lacrimógeno para intentar dispersar la protesta que, según varios dirigentes, podría dirigir su acción al Palacio de Gobierno.
La sede del Legislativo, situado en el centro de la ciudad, se encontraba protegida por varias vallas metálicas de seguridad que impedían el paso hacia el edificio.
Al final, los manifestantes abandonaron el lugar y se dirigieron a engrosar otras marchas de protesta por las calles céntricas de Quito para intentar llegar al Palacio de Gobierno, en el casco histórico de la ciudad, también fuertemente custodiado por policías y militares.
Mientras tanto, algunos dirigentes políticos han advertido sobre la posibilidad de que haya un intento de ocupación de la sede del Gobierno esta misma tarde, anuncio que no ha sido confirmado oficialmente por la Conaie, aunque en la mañana todos los edificios públicos de la zona comercial de Quito fueron evacuados ante el temor de que los indígenas trataran de tomar posesión de esos recintos.
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Y en medio del ambiente de caos, la Fiscalía anunció que ha allanado las instalaciones de la emisora Radio Pichincha Universal, "para recabar información sobre el presunto delito de incitación a la discordia entre ciudadanos".
Esa emisora ha efectuado una transmisión continua de los acontecimientos desde que empezaron las manifestaciones el jueves pasado y muchos la identifican como una radio "correísta", por defender la posición del expresidente Rafael Correa (2007-2017).
Justamente, el presidente Moreno, acérrimo rival de Correa, ha culpado a su antecesor de estar detrás de lo que denominó "intento de golpe de Estado" en su contra y de supuestamente manipular la protesta indígena.
Moreno, ante la impresionante llegada de indígenas a la capital, incluso trasladó al Ejecutivo a la ciudad costera de Guayaquil, considerada como bastión de grupos de derechas, pero que igual ha sido escenario de manifestaciones populares.
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De su lado, la Conaie ha aclarado, a través de sus dirigentes, que no están con Correa, pero que exigen a Moreno la derogación del decreto que eleva el precio de las gasolinas.
El Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la central obrera más importante de Ecuador, que ha convocado para mañana miércoles a una huelga nacional, que se concentrará con una masiva concentración en Quito, junto a la Conaie.
Dirigentes sindicales también han pedido el archivo de unas reformas laborales y tributarias que son exigidas por el FMI en el marco del acuerdo crediticio suscrito en marzo pasado por 4.200 millones de dólares.