¿Kim Jong-un volverá a la política suicida con Estados Unidos?

Tras regresar a casa con las manos vacías, el líder norcoreano Kim Jong-un tenía que planear su estrategia a seguir con Estados Unidos, ya que la economía del país se sigue contrayendo. Aunque muchos consideraban que la cumbre iba a ser un alivio para las sanciones internacionales, su terminación anticipada (y la reconstrucción de instalaciones nucleares en Corea) plantean varias dudas.

Choe Sang-hun / The New York Times
10 de marzo de 2019 - 04:35 p. m.
El líder norcoreano Kim Jong Un, con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la cumbre en Vietnam. / AFP
El líder norcoreano Kim Jong Un, con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en la cumbre en Vietnam. / AFP
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El martes pasado, cuando el tren blindado que transportaba a Kim Jong-un llegó a la Estación de Pionyang a las 3:08 a. m., de regreso de su cumbre con el presidente Donald Trump en Vietnam, una multitud de norcoreanos saludó a su líder con flores en las manos y “emociones y entusiasmos ilimitados”, de acuerdo con los medios del país que controla el Estado.

Sin embargo, Kim regresó a casa con las manos vacías —sin ningún alivio para las sanciones internacionales—, lo cual generó cuestionamientos sobre su siguiente maniobra: en particular, ¿reanudará su política suicida nuclear y de misiles para reafirmar su influencia?

La revelación del miércoles, según la cual Corea del Norte había comenzado a reconstruir instalaciones parcialmente desmanteladas en Tongchang-ri, donde el país prueba las tecnologías para sus misiles balísticos intercontinentales, elevó el fantasma de que Kim estaba regresando a su comportamiento provocador.

(En contexto: La cumbre de Trump y Kim terminó sin ningún acuerdo)

Sin embargo, expertos en Corea del Norte consideran que Kim tal vez está con las manos atadas: regresó a casa sin un alivio de las sanciones en medio de fuertes señales de que la economía norcoreana se sigue contrayendo. La profundidad del problema económico podría obligar al país a regresar a la mesa de negociaciones.

“No creo que Corea del Norte continúe pronto con las pruebas y se arriesgue a la reanudación de los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur, ni tampoco a la mención de una opción militar de los estadounidenses”, comentó el académico.

Trump expresó su desagrado ante la posibilidad de nuevas pruebas. “Me decepcionaría mucho si ocurrieran”, señaló el presidente el miércoles en la Casa Blanca, cuando se le preguntó sobre la información relacionada con las instalaciones de misiles de Corea del Norte. “Es uno de los primeros reportes, y nosotros lo sacamos a la luz. Pero me decepcionaría mucho el mandatario Kim. Y no creo que lo haga, pero ya veremos qué pasa. Estaremos al pendiente. A final de cuentas se resolverá”.

La cumbre de dos días en Hanói terminó la semana pasada sin un acuerdo sobre los términos de la desnuclearización de Corea del Norte, lo cual frustró las esperanzas de Kim de persuadir a Washington para que levante las sanciones más fuertes en contra del país a cambio de un desmantelamiento parcial de su programa nuclear.

(Ver más: ¿A qué le apostaban EE. UU. y Corea del Norte en Vietnam?)

De manera oficial, ambas partes siguen comprometidas con el diálogo, y el secretario de Estado, Mike Pompeo, expresó que albergaba la esperanza de que Estados Unidos enviara una delegación a Corea del Norte en “las próximas semanas”. Además, esta semana, Washington canceló dos importantes ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur para mantener vivo el impulso diplomático.

“La cumbre de Hanói fue una derrota definitiva para Kim Jong-un”, comentó Lee Seong-hyon, un analista del Instituto Sejong, cerca de Seúl. “El romance entre Kim y Trump tal vez sea breve, en especial si Trump determina que ser despiadado y arrinconar a Kim Jong-un es popular para la preparación de su próxima campaña electoral. En Hanói, Trump se enteró de cuán desesperado está Kim por aliviar las sanciones”.

Después del fracaso de las pláticas de Hanói, Kim se enfrentó a una cantidad creciente de dudas respecto de su capacidad para cumplir su promesa de resucitar la atribulada economía de su país y evitar que su pueblo deba “apretarse el cinturón de nuevo” tras años de sufrimiento.

Kim podría diseñar una purga política para mantener bajo control a las élites y reafirmar su autoridad, según Lee. También podría reestructurar su equipo de negociación y remplazar a Kim Yong Chol, un exdirector de espionaje que ha encabezado las negociaciones con Washington, con diplomáticos más experimentados del Ministerio del Exterior, agregó Lee.

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“El logro más grande” de la cumbre de Hanói “fue demostrar con claridad que no hay una posible convergencia entre las actuales trayectorias norcoreanas y estadounidenses hacia la desnuclearización de Corea del Norte”, señaló Ha Young-sun, un prominente experto en Corea del Norte originario de Corea del Sur, en una columna publicada en Global North Korea, un sitio web con sede en Seúl que se especializa en Corea del Norte.

Sigue siendo difícil medir cuánto afectan las sanciones a Corea del Norte. Naciones Unidas ha advertido que el país se beneficia de vacíos legales en las sanciones, los cuales permiten que haya transferencias de petróleo de barco a barco y otros productos prohibidos, con la ayuda de entidades chinas y rusas.

No obstante, la insistencia de Kim para una reducción de las sanciones durante su reunión con Trump sugirió que Corea del Norte ha comenzado a sentir las repercusiones de las sanciones de una manera que no había sentido antes, o que Kim las considera el mayor obstáculo para su ambicioso plan de reconstrucción de la economía.

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El miércoles, funcionarios de la ONU y la Cruz Roja señalaron que la producción norcoreana de alimentos del año pasado había caído a su nivel más bajo en más de una década, pues una onda prolongada de calor, junto con un tifón e inundaciones, provocaron que las cosechas cayeran un nueve por ciento.

Por Choe Sang-hun / The New York Times

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