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Al menos 80.000 personas han abandonado sus hogares en las últimas 72 horas huyendo de los combates que libran las tropas del Ejército sirio y los grupos yihadistas hacia el noroeste de Idlib, última provincia rebelde del país, según el recuento de varias ONG sobre el terreno.
El Ejército sirio ha abierto un "corredor humanitario" para permitir la salida de civiles, después de cercar una zona con la toma ayer de la localidad de Jan Shijún, en la provincia de Idlib, en su ofensiva contra los últimos bastiones de los rebeldes en el noroeste del país.
La agencia de noticias estatal, SANA, informó de que el Gobierno decidió abrir ese corredor, bajo la "protección del Ejército sirio", en la zona de Suran, en el norte de la provincia de Hama y en territorio controlado por las autoridades de Damasco.
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Una fuente anónima del Gobierno sirio, citada por SANA, destacó que el corredor ha sido habilitado para "los ciudadanos que deseen salir de las zonas bajo control de los terroristas en el norte de Hama y el sur de Idlib", en referencia a los grupos armados opositores.
Idlib es la última provincia de Siria que está dominada casi en su totalidad por las facciones rebeldes e islamistas, incluida la exfilial siria de Al Qaeda, además de batallones que luchan bajo el paraguas del Ejército Libre Sirio (ELS).
SANA agregó que las autoridades proveerán de agua, alimentos y asistencia médica a los ciudadanos que atraviesen el corredor hacia territorios en manos del Ejército en Hama.
Las tropas sirias y sus aliados, principalmente Rusia, han desarrollado una intensa campaña militar desde finales de abril y se han hecho con el control de casi toda la provincia de Hama, y tras la toma ayer de la localidad de Jan Shijún han rodeado las pocas poblaciones donde aún tienen presencia los insurgentes.
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Asimismo, en esta zona están desplegadas tropas de Turquía, en el puesto de observación de Morek, establecido en virtud del acuerdo de Sochi sellado en septiembre de 2018 con Rusia.
Gracias a ese pacto entre Moscú y Ankara, fue creada en octubre una zona desmilitarizada en torno a Idlib -pasando por Hama, el norte de Latakia y el oeste de Alepo-, que detuvo una ofensiva gubernamental sobre la región rebelde que en aquel momento parecía inminente.
Esa ofensiva dio comienzo finalmente en abril de 2019 y alcanzó su culmen en julio, y sólo vio una pausa de cuatro país a principios de agosto por un alto el fuego declarado por el Ejército que hizo agua el pasado día 5.
En los pasados cuatro meses, más de 500 civiles han muerto en los ataques aéreos y de artillería, y 576.000 se han visto desplazados, 72.000 de ellos sólo en este mes de agosto, según los últimos datos de la ONU.