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Jamal Khashoggi, escritor, pensador y columnista respetado de Arabia Saudita, comenzó su carrera como periodista en el diario en inglés Arab News, en la ciudad saudí de Yeda. Se hizo muy reconocido por el cubrimiento de la guerra de Afganistán y la primera guerra del Golfo. Antes, en los inicios de su carrera, fue editor del periódico saudí Al-Watan, uno de los primeros diarios del país, pero perdió su trabajo por los editoriales que escribía. Después de varios trabajos como consejero de prensa regresó en 2007 a Al-Watan como editor en jefe y nuevamente fue despedido, en 2010, por cuenta de su estilo editorial. Más tarde, ese mismo año, Jamal fue nombrado para dirigir Al-Arab, un nuevo canal de noticias árabe de 24 horas. Lanzó la estación Manama en Baréin en 2015. Luego de estar al aire menos de once horas, el Gobierno le ordenó a Al-Arab dejar de emitir. Jamal salió de Arabia Saudita en 2017, se radicó en Washington y era colaborador de The Washington Post, desde donde denunciaba los “excesos” del príncipe Mohamed bin Salmán, de 33 años, apodado MBS.
Khashoggi iba a cumplir 60 años el 13 de octubre, pero el 2 entró en el consulado saudí de Ankara (Turquía) y no volvió a aparecer. La prensa turca asegura que Khashoggi fue torturado y salvajemente asesinado. El gobierno de Arabia Saudita confirmó el viernes que fue asesinado. Este caso enreda a la familia real saudí, particularmente al príncipe heredero, que ve cómo sus aspiraciones de modernizar y cambiar el rostro de Arabia Saudita a nivel internacional se complican.
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Esta es la transcripción de una entrevista que el periodista concedió en febrero. Fue realizada por Peter Schechter, quien junto con la periodista colombiana Muni Jensen tiene un programa en podcast que se llama Altamar.
Me gustaría lanzar una pregunta muy elemental: ¿quién es Mohammad bin Salmán? ¿Es un reformador que va a salvar el reino del fracaso económico y modernizar su economía y su sociedad o un joven monarca impetuoso que ha abierto múltiples frentes de batalla tanto dentro como fuera del reino y que solo lo va a meter en problemas más profundos?
Arabia Saudita necesitaba alguien como Mohamed bin Salmán. El país estaba pasando por el estancamiento, se movía lentamente. Necesitaba darse cuenta de lo difícil que se estaba volviendo el mundo a su alrededor. Entonces, alguien tuvo que venir y aprovechar el momento. ¿Lo está haciendo bien? Eso es algo que discutiremos más adelante. Creo que quería verse a sí mismo como un segundo fundador de Arabia Saudita, heredando el legado, no de su padre, sino de su abuelo, el rey Ibn Saud, quien fundó el reino hace 100 años. Quería ser visto como un nuevo fundador del país. Como ciudadano saudí, realmente me gustaría verlo como un reformista. Alguien que energizará y proporcionará puestos de trabajo para jóvenes saudíes y desarrollará la economía saudí en una verdadera economía. Pero también se le ve como represivo; es bastante confuso. Tengo sentimientos encontrados sobre él. Me gustan algunas de las cosas que hace, pero siento que lo está haciendo de la manera incorrecta.
Quiero dividir la política interna y la política exterior, pero veamos primero la política interna y estos dos aspectos: las reformas económicas y sociales. Déjeme meterme en lo económico primero. Su agenda inicialmente parecía haber conquistado los corazones y las mentes de los saudíes debido a la ambición. ¿Es la visión 2030 algo real? ¿O está escogiendo solo los límites del problema?
Por su reforma económica, me gustaría que dejara de mirar el futuro y lo hiciera hacia el presente. Arreglar el presente. O al menos, hacer las dos cosas juntas. Tenemos localidades en Yeda y Riad que parecen países del tercer mundo. Condiciones horribles. El 80 % de la ciudad de Yeda está sin alcantarillado. Necesitamos arreglar eso primero. Necesitamos arreglar el entorno de los trabajos, hacer que los saudíes vuelvan a funcionar. La ética laboral debe volver a mejorar en Arabia Saudita, antes de entrar en elefantes de todo el mundo y construir una ciudad futurista en el norte de Arabia Saudita. Necesitamos una visión así en Arabia Saudita. La mayoría de las ideas que nos trajo son, en parte, algo del mismo plan de cinco años que nos han vendido cada cinco años durante los últimos 20. El primer plan de cinco años salió en 1975 y tenía básicamente las mismas ideas para liberar a la economía saudí de su dependencia del petróleo, etc. Lo único que agregó a la visión 2030 es una especie de balance a cuadros, pero no es un balance a cuadros por parte de un cuerpo parlamentario, sino por un mecanismo que supervisó. Entonces, él es el que hace el plan. Eso es algo que quiero agregar, lo que está haciendo desde la perspectiva de un historiador. Como historiador, vería a Mohamed bin Salmán como alguien que está poniendo a Arabia Saudita en el modo de avance rápido. Muchas de las cosas que está haciendo probablemente no prevean cómo sería el país dentro de 10 años. Es similar a lo que hizo Enrique VIII cuando separó la Iglesia de Inglaterra de Roma. Tal vez lo hizo solo para divorciarse, pero cambió el discurso y la historia de Inglaterra para siempre. Muchas de las cosas que Mohamed bin Salmán está haciendo hoy, más allá de sus verdaderas intenciones, están cambiando a Arabia Saudita.
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Me gustaría verlo rodeado de consejeros adecuados, pues creo que carece de ellos. Por ejemplo, para su política exterior necesitaría a su lado a un diplomático como Turki bin Faisal, exjefe de la inteligencia saudí. También debería contar con el saudí árabe Multid Freeman, para que lo guíe y lo aconseje sobre cómo hacer sus reformas económicas. Por ejemplo, su intento de frenar la corrupción. En el comienzo fue bueno. Se dio en medio de una recesión del mercado saudí y ahora el sector privado está sufriendo. No está viendo los efectos secundarios de este intento por frenar la corrupción. A veces pienso que toma sus decisiones pensando “dispara primero, apunta después”. Por eso necesita consejeros aptos a su lado para llevar a Arabia Saudita a un mejor futuro.
Me gustaría profundizar en su comentario “dispara primero, apunta después” en lo que se refiere a la política exterior. Esto ha quedado en evidencia con sus acciones en Yemen o en el Líbano. Ha sido fuertemente criticado por su política exterior y me gustaría empezar con la situación en Irán. Hizo unas polémicas declaraciones en una entrevista de radio en las que afirmó que deseaba un conflicto con ese país. ¿Hay suficientes motivos para esto? Y durante todas las protestas que ha habido en Irán ha permanecido en silencio.
Debería estar obsesionado con Irán. Como saudí, estoy obsesionado con Irán. Me preocupa la influencia de los iraníes a mi alrededor y de mi país. Y ellos están avanzando, repitiendo las políticas expansionistas del mundo islámico. Quieren corregir la historia de acuerdo con su propia perspectiva. Los vemos peleando hoy en día muy lejos de su tierra, en Siria. Están ganando. Me preocupa que no somos los que estamos ganando, cuando deberíamos serlo. También veo que en Siria cada uno tiene un aliado fuerte. El régimen de Al Asad tiene a los rusos y los iraníes. Y nosotros a los sunitas árabes, que, como la mayoría, somos quienes más estamos sufriendo. ¿A quién tenemos al lado? Tenemos a Jared Kushner, que poco sirve. Mohamed bin Salmán tiene toda la confianza en Donald Trump. Todos sabemos que a Trump no le cae bien Irán, pero ¿es capaz de echarlos de Siria? No. Por lo tanto, Bin Salmán necesita encontrar una nueva estrategia para crear un bloque sunita que pueda transformar esta confrontación. Necesita abrazar la Primavera Árabe, esto es lo que le brindará el apoyo de la mayoría de la población árabe, ya sea que estemos hablando de Egipto o Siria, y deshacernos de esta obsesión con la lucha contra la reforma árabe. La necesita, es el futuro del mundo árabe.
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Me gustaría ahondar en este tema un poco más, pues, ciertamente, desde la mirada occidental, lo que ha estado ocurriendo en Yemen y lo que ocurrió con el primer ministro Hariri en el Líbano parecen fracasos espectaculares de Arabia Saudita. En ambas ocasiones, los saudíes han sido vistos como los responsables de catástrofes humanitarias masivas. Evidentemente han empeorado la situación en Yemen. De forma similar, en el caso Hariri, al inicio hubo presión para que endureciera su posición, pero eso también fracasó mientras el mundo entero se preguntaba qué le había sucedido. ¿Estamos leyendo mal la situación desde Occidente? Cuéntenos si nos estamos equivocando.
Este el motivo por el cual Mohamed bin Salmán necesita revisar sus políticas. Lo que usted dice es cierto. Esta política, este salto a la acción sin una planeación adecuada, tiene como resultado estos fracasos. Nosotros, los saudíes, no estamos ganando la guerra en Oriente Medio por dos motivos. El primero es el expansionismo iraní y el segundo son los fracasos que nos rodean.
Estos últimos han generado un ambiente apto para el radicalismo, como ISIS y el expansionismo iraní. Un aspecto importante sobre Mohamed bin Salmán, que obstaculiza sus decisiones y su política exterior, es su obsesión y su preocupación por el islam crítico. Tiene una gran paranoia con la comunidad islámica y el islam crítico, un ingrediente esencial para la democracia. La democracia es la solución para el mundo árabe. Es la que va a unir a los países. Alguna forma de democracia, compartir el poder. Necesita incorporar al islam crítico para ganar esta confrontación y hacer que Arabia Saudita vuelva a estar segura.
* Altamar es un programa radial (podcast) producido por Peter Schechter, exdirector del centro de pensamiento Atlantic Council, y Muni Jensen, columnista y comentarista de televisión. Altamar trata temas internacionales y es grabado en Washington, pero no desde el punto de vista de Washington. www.altamar.us