Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Muchas de las esperanzas para superar la pandemia de COVID-19 -por no decir todas- están depositadas en los proyectos de vacunas que desarrollan decenas de laboratorios en todo el mundo. Desde Estados Unidos hasta Australia, pasando por Reino Unido, Alemania, China y Rusia, son varios los países que han dirigido sus esfuerzos para buscar una cura a la enfermedad, que, como advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS), tampoco es garantía de nada.
Las vacunas requieren años de investigación y pruebas antes de llegar en masa a la población, pero debido a la urgencia que ha provocado el COVID-19, infectando a más de 19 millones de personas, matando a más de 700 mil y con las economías en crisis, los científicos corren contra el reloj para producir una posible cura, segura y efectiva.
De acuerdo con un rastreador del diario t The New York Times, hay 26 vacunas en fase avanzada. Siete de ellas, en palabras de Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, son “prometedoras”, aunque hay que tener cautela, pues faltan las fases finales.
Ver más: La batalla política mundial por la vacuna contra el coronavirus
Pero al tiempo que hay una carrera por desarrollar una vacuna, en la que hay de por medio muchos intereses políticos, está también la de obtener lo más rápido posible el acceso a ella. Son muchos los países que, aunque no cuentan con la infraestructura para la investigación y el desarrollo de estas vacunas, han adelantado gestiones diplomáticas para estar de primeros en la fila una vez se anuncie que uno de estos proyectos funciona.
Colombia no se ha quedado atrás en este plano. Desde marzo, cuando se empezaron a presentar los primeros casos de COVID-19 en el país, a través de la Cancillería se ha adelantado una estrategia de diplomacia científica cuyo objetivo es, en palabras de esta entidad, lograr que el país “sea uno de los primeros de Latinoamérica en tener la vacuna, una vez la desarrollen”.
La apuesta colombiana es variada y por varios frentes. De acuerdo con la Cancillería, las gestiones diplomáticas se vienen realizando a través de embajadas en siete países, que han reportado adelantos en temas de vacunas para el COVID-19. “Con nuestras embajadas estamos realizando contactos y gestiones con países que tienen proyectos en vacunas, como Estados Unidos, China, Israel, Reino Unido, Francia, Suiza y Alemania”, explicó la Cancillería a El Espectador.
En concreto, las gestiones, hasta el momento, han empezado a realizarse con estos proyectos que buscan la vacuna: el de AstraZeneca con la Universidad de Oxford; el de la empresa china Sinovac; el de Sinopharm (también china); el de CanSino Biologics Inc. y el Instituto de Biotecnología de Beijing (China), y el de la multinacional de EE. UU. Pfizer, en alianza con la alemana BioNTech. Todos, salvo el de CanSino Biologics Inc. y el de Pfizer, ya empezaron la fase III.
Ver más: La colombiana que busca la vacuna contra el coronavirus
De hecho, Colombia ya firmó acuerdos de confidencialidad con dos de estos proyectos: el del laboratorio británico AstraZeneca y la Universidad de Oxford, una de las que se encuentran en fase más avanzada en el mundo, y con la farmacéutica estadounidense Pfizer. Acuerdos que buscan empezar esas negociaciones de compra, pero que no necesariamente implican una obligación.
La diplomacia científica no se ha enfocado exclusivamente en el acceso a la vacuna. De acuerdo con el Ministerio de Relaciones Exteriores, las embajadas de Colombia en Israel y Rusia han contactado organizaciones que investigan terapias para tratar la enfermedad. Lo propio hace la Embajada en Alemania que, a través de la Agencia de Cooperación Alemana, logró que una misión técnica viniera al país para apoyar acciones para contener el virus y se está gestionando una segunda misión.
El acceso universal, otra apuesta
En un balance sobre los avances de estas gestiones diplomáticas, la canciller Blum informó que Colombia se había suscrito a la iniciativa Covax, un mecanismo multilateral en el que participa la Organización Mundial de la Salud, y está coordinado por la alianza de vacunas GAVI (fundada por Bill y Melinda Gates), apoyado por más de 75 países en todo el mundo y diseñado para recaudar fondos y garantizar un acceso rápido, justo y equitativo a las vacunas en todo el planeta.
El Ministerio de Salud explicó que el mecanismo Covax permitirá poder tener acceso a las vacunas a través de acuerdos en los cuales los países se comprometen a adquirir un porcentaje específico de estas. “En ese mecanismo lo que se prevé es que adquirirán dos billones de vacunas a lo largo de 2021, con una distribución equitativa entre los diferentes países que sean parte”, dijo el ministro Fernando Ruiz.
Ver más: La diez vacunas más avanzadas contra la COVID-19
En cuanto al dinero para la compra, indicó que los recursos salen del presupuesto nacional, con un monto inicial para vacunar a cerca de 6 millones de personas en la fase inicial; bajo esos parámetros se hace la adquisición. “En el mecanismo Covax hay un acuerdo básico por el cual el país, cuando firma, se compromete a adquirir el 20 % del total de vacunas que requiere el país”, añadió.
Todo esto, sin embargo, tendrá relevancia o no si las vacunas que desarrollan estos laboratorios terminan funcionando. La esperanza es alta y la compleja situación mundial lo apremia, pero la Organización Mundial de la Salud ya advirtió que es probable que no haya “una fórmula mágica” para vencer al virus. Por ello, cada anuncio de estos laboratorios hay que celebrarlo con cautela, pues en palabras de la OMS “hay que ser cautos y ver posibles efectos adversos antes de vacunar a millones de personas”.