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La "limpieza étnica" de los musulmanes rohinyás en Birmania "continúa", denunció este martes el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, con una campaña de "terror y de hambruna organizada" para obligarlos a huir hacia Bangladés.
"La limpieza étnica de los rohinyás de Birmania sigue", afirmó el martes Andrew Gilmour, secretario general adjunto de la ONU para los Derechos Humanos tras visitar un campo de refugiados en Bangladés, donde unos 700.000 rohinyás buscaron refugio desde que comenzó la ola de violencia en agosto pasado.
Cientos de rohinyás siguen cruzando la frontera hacia Bangladés cada semana.
"El gobierno birmano no deja de repetir al mundo que está listo para el retorno de los rohinyás, pero al mismo tiempo las fuerzas de seguridad continúan obligándolos a huir hacia Bangladés", agregó el representante de la ONU, que denunció el papel del ejército y la inacción del gobierno.
El ejército insiste en que la operación militar fue lanzada después de los ataques de finales de agosto de 2017 de rebeldes rohinyás, a los cuales calificó de "terroristas".
La dirigente birmana y premio Nobel de la Paz, Aung San Suu Kyi, ha sido muy criticada en la escena internacional por su gestión de esta crisis.