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La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, sofocó una rebelión en sus filas al aceptar negociar algunas concesiones, todavía por determinar, a diputados de su formación que amenazaban con respaldar una enmienda que cedía control al Parlamento en la negociación del "brexit".
La Cámara de los Comunes rechazó por 324 votos frente a 298 una cláusula que obligaba al Gobierno a seguir el dictado del Parlamento en caso de no llegar a un acuerdo con Bruselas sobre los términos de salida de la Unión Europea (UE) que cuente con el visto bueno de las cámaras.
May ya se comprometió en diciembre a someter a votación el eventual pacto al que llegue con los 27 socios comunitarios restantes, pero ese compromiso no especifica qué pasos debe seguir el Ejecutivo en caso de que el Parlamento rechace su propuesta.
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Varios diputados "tories", liderados por el ex fiscal general Dominic Grieve, se mostraron hoy favorables a una enmienda que permitía a los parlamentarios forzar al Gobierno a regresar a la mesa de negociaciones en caso de no haber alcanzado un acuerdo satisfactorio.
Poco antes de la votación de esa cláusula, May se reunió con Grieve y otros conservadores para ofrecerles "garantías" de que negociará con ellos una solución a sus "preocupaciones", según detalló el propio diputado.
"Estoy bastante satisfecho, creo que vamos a conseguir tener un voto significativo" sobre el acuerdo final, dijo tras la sesión parlamentaria Grieve, que en diciembre ya encabezó una revuelta interna contra el Gobierno en los Comunes.
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La presión sobre el Ejecutivo para ceder ante los rebeldes comenzó por la mañana, cuando el secretario de Estado para la Justicia Juvenil y Familiar, Phillip Lee, anunció su dimisión por estar en desacuerdo con la política de May sobre el "brexit".
"Creo que el Parlamento debería tener la capacidad de pedir al Gobierno que ajuste su rumbo en beneficio de los intereses de la gente a la que representan sus miembros", consideró el político "tory".
El Partido Conservador no cuenta con mayoría absoluta en los Comunes y requiere del apoyo de los diez diputados del norirlandés Partido Unionista Democrático (DUP, en inglés) para imponerse en las votaciones.
El Gobierno espera rechazar entre hoy y mañana 14 de las 15 cláusulas que introdujeron los Lores en esa legislación, que derogará la ley de 1972 por la que el Reino Unido se unió al bloque comunitario y trasladará la legislación europea al cuerpo legal británico.
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De las cláusulas propuestas por la Cámara Alta, el Gobierno solo ha aceptado una que le insta a continuar participando en algunas agencias europeas.
En la primera de las dos jornadas reservadas para ese debate, la Cámara Baja retiró de la ley, entre otras enmiendas, una que proponía eliminar la exigencia de que el Reino Unido rompa sus lazos con la UE de forma oficial el 29 de marzo de 2019, a fin de otorgar mayor flexibilidad a las negociaciones.
El Partido Laborista, primero de la oposición en el Reino Unido, afirmó por su parte que May ha evitado una "derrota humillante" en los Comunes, pero no ha detenido el proceso para lograr que el Parlamento desempeñe un "papel adecuado" en las negociaciones con Bruselas.
"Esperaremos a ver los detalles de esas concesiones", afirmó tras la votación el portavoz laborista para el "brexit", Keir Starmer, que durante el debate llamó a los conservadores rebeldes a alinearse con la oposición para "cambiar el curso" del proceso de salida de la UE.