Las conversaciones en Twitter, páginas web y medios de comunicación sobre las personas migrantes durante el 9 de septiembre, cuando el país fue escenario de violentas protestas, revelaron cómo aumentaron los mensajes de odio y de rechazo hacia las personas que llegan de Venezuela.
Así lo detectó el Barómetro de Xenofobia, una plataforma que analiza la conversación en línea sobre migración desde hace cerca de un año, y que surge como una alianza entre El Derecho a No Obedecer, proyecto de la Corporación Otraparte, el Observatorio sobre Racismo, Xenofobia y Odio de la Fundación Interpreta, el Observatorio de Migraciones de la Universidad Externado de Colombia, Chile, la Friedrich-Ebert-Stiftung en Colombia y Save The Children.
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Esta iniciativa será presentada oficialmente este martes a las 10 de la mañana durante un evento virtual, que será transmitido por la página de Facebook del periódico El Espectador, y en donde varios expertos analizarán por qué se viralizan estos mensajes que promueven imaginarios equivocados y un lenguaje negativo hacia los migrantes en situaciones como la protesta o la pandemia.
Los discursos de odio en redes sociales no son una novedad. Es un largo y espinoso debate difícil de abordar desde cualquier ámbito, sea político, social, cultural o económico. Por eso esta conversación que se hace urgente en estos momentos en Colombia.
“A raíz de los actos sucedidos en Bogotá y otras ciudades del país entre la noche del 9 y el 11 de septiembre, se registraron aumentos en el volumen de la conversación en línea sobre migración que generaron múltiples alertas”, señaló el Barómetro de Xenofobia, que generó 18 alertas tempranas de comportamiento anómalo en la conversación de xenofobia en línea.
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“En nuestra metodología estos actos se conocen como alertas tempranas y son identificadas gracias a nuestro algoritmo ante un aumento del 100% de las publicaciones que se generan en la categoría de xenofobia y/o ante el incremento en el lenguaje de incitación a la violencia”, señala Julio Daly, Profesor de la Facultad de Economía de la Universidad Externado de Colombia y co-director del Barómetro de Xenofobia.
El 11 de septiembre los mensajes que tuvieron más alcance, algunas personas, incluyendo líderes de opinión, señalaron la presencia de personas migrantes en las protestas y su rol como incitadores de la violencia. Además, también señalaron que las personas migrantes venezolanas deslegitiman la protesta, y no deben ser considerados como manifestantes e incluso deben ser deportados, señala el Barómetro de Xenofobia.
“En ese sentido consideramos que es fundamental que las autoridades no incurran en escenarios de perfilamiento de personas en razón de raza, género, orientación sexual, identidad y/o nacionalidad”, agrega Tomás Lawrence, Director Ejecutivo de la Fundación Interpreta y co-director del Barómetro de Xenofobia.
En su primer informe, publicado hace un mes, se procesaron 92 mil mensajes, entre el 15 de junio y el 24 de julio, y lo que se encontró es que la conversación sobre crimen fue de lo que más se habló sobre migración, con un total del 55 % de la información.
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En el segundo informe, las cosas no han cambiado. Los hallazgos muestran que la cantidad de mensajes xenófobos está fuertemente correlacionada con la conversación que asocia migración y seguridad. La semana de mayor incremento en la conversación de migración y seguridad (30%) también presentó el mayor incremento en la cantidad de mensajes xenófobos (7%).
Sin embargo, durante el mes de agosto se encontró un comportamiento diferente en la conversación de xenofobia con respecto al mes de julio. La conversación de xenofobia estuvo centrada -en su mayoría- en la idea de que los migrantes venezolanos no deberían opinar de la política colombiana.
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Y aunque los acontecimientos del 9 de septiembre no representan un incremento considerable en la conversación de xenofobia en comparación con otros hitos en los últimos doce meses, en momentos de crisis rápidamente las personas venezolanas y migrantes en general se convierten en el objetivo de discursos de odio y xenofobia para desviar la atención