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Apenas un mes después de que España pusiera fin al estado de alarma por el coronavirus, ciudades como Barcelona, Zaragoza y Madrid, han visto un aumento de nuevos contagios, aunque la situación no es en absoluto comparable a la que se vivió en marzo, de acuerdo con el gobierno.
En los últimos días, España ha registrado al menos 280 nuevos brotes de COVID-19 desde su reapertura el 21 de julio. El Ministerio de Salud reportó más de 900 casos nuevos el viernes. Un equipo de fútbol de segunda división, el Fuenlabrada, tiene ahora 28 casos confirmados.
Debido a estos preocupantes rebrotes, el Reino Unido y Noruega impusieron una restricción a los viajeros provenientes de España. Francia, por su parte, ha recomendado a sus ciudadanos el evitar los viajes a Cataluña, región donde se han concentrado la mayoría de los brotes.
Estas restricciones fueron rechazadas por España, que aseguró este domingo que está en un “escenario de control” de los nuevos brotes de coronavirus, que se están detectando “precozmente”.
“España es un país seguro. Al igual que otros países europeos, España tiene rebrotes. Esto no es inusual. Lo más importante es que España está haciendo un gran esfuerzo para controlar estos rebrotes”, aseguró la ministra de Exteriores, Arancha González Laya.
En unas declaraciones a la prensa, González Laya afirmó que las autoridades sanitarias de su país están realizando “un esfuerzo ingente” en la identificación de casos y de sus contactos, y recordó que la mitad de los contagios detectados son de personas asintomáticas.
Los tres “grandes brotes” que vigilan las autoridades sanitarias, de los más de 280 activos de covid-19 en el país, en Barcelona, Zaragoza y Lérida (noreste), “están controlados”, insistió la ministra.
Además de ello, en Cataluña, por ejemplo, se han tomado medidas como el cierre de todas las discotecas, salas de baile y de fiestas de la región para intentar luchar contra los nuevos brotes.
La pregunta que muchos se hacen en Europa es: ¿Es posible que haya una segunda ola de contagios? El gobierno español no lo descarta y los epidemiólogos insisten en que esto debe contemplarse como una posibilidad “real”.
Más preocupante aún es que los nuevos casos se están presentando, en su mayoría en personas jóvenes, dado que, por cuenta de las vacaciones de verano, se han estado congregando por las noches en grandes grupos en las ciudades.
Pero no es solo España el que ha visto un aumento en el número de contagios. La mayoría de los países europeos están viendo aumentos de casos y rebrotes, pero quieren mantener las economías en funcionamiento y esperan que las segundas ola se limite a ciertas regiones.
La mayoría de los países europeos están viendo aumentos de casos y rebrotes, pero quieren mantener las economías en funcionamiento y esperan que cualquier segunda ola se limite a ciertas regiones.
Bélgica, por ejemplo, ha ralentizado su reapertura en medio de un marcado aumento de casos. Esto ha obligado a la primera ministra, Sophie Wilmès, a anunciar un incremento de las medidas de protección y el tapabocas obligatorio en “lugares concurridos” abiertos y cerrados.
Esta decisión se extiende igualmente en otros puntos, como Austria, que anunció que el tapabocas sería de nuevo obligatorio a partir de este viernes en supermercados y en lugares oficiales. Lo mismo dispuso Reino Unido para centros comerciales, bancos, supermercados y otros espacios cerrados.
Discusiones para levantar restricciones
La ministra González Laya informó que el gobierno español mantiene discusiones con su par del Reino Unido para excluir las islas de Canarias y Baleares, unos destinos turísticos “muy controlados” con cifras de contagios “muy por debajo de los datos epidemiológicos en el Reino Unido”.
Ambos archipiélagos, pero también otros zonas visitadas en verano, buscan salvar parte de una temporada turística ya muy resentida por la pandemia del coronavirus, en este país donde el turismo supone un 12% del PIB.
El gobierno de España, donde la pandemia ha dejado más de 28.400 decesos, descarta un nuevo estado de alarma, un régimen de excepción que permitió un férreo confinamiento de los españoles desde mediados de marzo hasta el 21 de junio.