Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Según el oficial Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a marzo se registraron 8.493 homicidios dolosos en todo México, un aumento de 9,60% respecto a los 7.750 asesinatos registrados en el mismo periodo de 2018.
Ese año fue considerado el más violento de la historia del país con 33.518 asesinatos, la cifra más alta desde que se inició el registro en 1997.
El nuevo récord de homicidios contradice recientes declaraciones del presidente izquierdista Andrés Manuel López Obrador, quien aseguró que las cifras de asesinatos no han aumentado durante su mandato, que inició en diciembre pasado.
(Le puede interesar: En julio de 2018, México rompió su récord de homicidios en un mes)
El estado con mayor violencia en el primer trimestre de 2019 fue Guanajuato con 947 asesinatos. Esta céntrica región, uno de los puntos industriales más importantes de México, se la disputan a sangre y fuego el poderoso Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Santa Rosa de Lima.
El gobierno de México emprende desde finales de 2006 una polémica e intensa ofensiva militar para enfrentar a las mafias. Desde entonces, cerca de 250.000 personas han sido asesinadas (según datos oficiales que no precisan cuántas de estas víctimas están vinculadas al combate de los criminales). Además, más de 40.000 personas están desaparecidas.
El combate militar antidrogas, que ha operado sin marco legal, desató una ola de violencia con frecuentes enfrentamientos entre cárteles antagónicos y contra las fuerzas armadas, mientras se alzaron numerosas denuncias por abusos de fuerza y desapariciones forzadas por parte del ejército y la policía federal.
(Le recomendamos: La Guardia Nacional de López Obrador)
López Obrador fue por años duro crítico de la estrategia militar antidrogas y prometió que los soldados regresarían a los cuarteles, pero desde que asumió la presidencia el despliegue militar continúa.
Además, promueve la creación de una polémica Guardia Nacional -criticada por la ONU- cuyo mando estuvo propuesto que sería militar, pero después aseguró que sería civil.
El mandatario izquierdista dijo en enero que "ya no hay guerra" contra los cárteles y que perseguir capos no es prioridad para su gobierno.