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Desconcierto y desilusión son algunos de los sentimientos que tienen algunos de los venezolanos que cruzaron la frontera para apoyar la entrada de las donaciones internacionales hacia Venezuela y que hoy, luego de que esto no ocurriera, no saben qué hacer.
Un numeroso grupo de migrantes que estuvo ayer en el puente internacional Francisco de Paula Santander, en la frontera de Cúcuta con Ureña, en donde se presentaron fuertes disturbios el día de ayer, pasó la noche a pocos metros del lugar sin nada más que sus ropas. En la mañana del domingo, todos se quejaron de que ninguno de los políticos que los convocaron les ha dicho qué hay que hacer ahora, ni los ayudaron después de los eventos violentos del día de ayer.
“Nos dijeron que iban a ir adelante con nosotros, que iban a poner el pecho, pero ¿quiénes dimos la pelea? Nosotros... y nos tienen olvidados”, afirmó César Luis Matamoros, comerciante venezolano que cruzó ayer a Colombia.
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“Según ellos ayer era el día clave, pero ¿qué pasa hoy? Nos cerraron la frontera y estamos aquí varados”, agrega.
Porque así como este ciudadano venezolano, muchos de los que cruzaron la frontera creyeron en las tesis de la oposición venezolana y tenían la esperanza de que el gobierno de Nicolás Maduro iba a ser historia a partir del domingo. Pero este 24 de febrero Maduro sigue en Miraflores, las donaciones siguen en el puente Tienditas y ellos no tienen adonde ir.
“Nos piden paciencia, pero cuál paciencia. Para los que están metidos acá en la candela eso no existe”, dice Freddy López, uno de los jóvenes venezolanos que cruzó para ayudar la entrada de las donaciones, pero que no esperaba quedarse en Colombia. “No sabemos nada y así es muy difícil”.
Foto: El Espectador
Otros venezolanos, como es el caso de los hermanos Jhoan y Eddy, decidieron tomar cartas en el asunto por sus propias manos y no esperar los anuncios de Juan Guaidó o los políticos opositores. Desde temprano, ellos, junto con un grupo de cerca de veinte personas, se armaron de piedras y botellas para intentar “recuperar las ayudas que se robaron ayer” en referencia a uno de los camiones que fue retenido por la Guardia Nacional en Ureña.
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“Ayer nos tomaron fotos y no tenemos opción. Si volvemos nos meten presos. Hay que seguir aquí antes de que las cosas se enfríen”, dice uno de los hermanos, mientras recoge piedras en el río Táchira para pasárselas a su hermano, que está arriba del puente.
Sin embargo, los esfuerzos de estos migrantes han resultado infructuosos. Poco pueden hacer un puñado de piedras y botellas contra los gases lacrimógenos y los perdigones de la Guardia Venezolana, que hoy, de nuevo, utilizaron para dispersar las manifestaciones.
Los venezolanos que cruzaron saben que el destino de su país está en juego, pero esperan que no demore mucho. “Esto no será tan fácil como nos hicieron creer los diputados, pero no podemos dejar que se enfríe esto. Hay que seguir en pie de lucha”, concluyó uno de ellos.