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Fue desde la cuenta de Twitter @ —0rbit que se hizo la filtración de datos que sacude al mundo político y social de Alemania desde ayer. Millones de datos personales, números de cuentas, correos, direcciones y chats privados fueron publicados, a diario, desde el 20 de diciembre.
El autor de la masiva filtración creó una especie de calendario de adviento y cada entrada representaba una “puerta” detrás de la cual había un enlace a información nueva. Así, difundió en internet millones de datos personales de centenares de políticos.
Pero también fueron atacados celebridades y periodistas alemanes como la estrella de televisión Jan Böhmermann, periodista que generó en su momento tensiones diplomáticas por una sátira contra el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, además de Christian Ehring, el actor Til Schweiger, la estrella de YouTube LeFloid y el rapero Sido. El periodista deportivo Hajo Seppelt, quien destapó el escándalo de dopaje sistemático en Rusia, también fue víctima de los hackers.
La filtración se detuvo solo hasta el viernes, cuando Twitter cerró apresuradamente la cuenta que ya contaba con más de 18.000 seguidores. La cuenta @ —0rbit describió sus actividades como “investigación de seguridad”, “artista” y “sátira e ironía” y dijo que tenía su sede en Hamburgo.
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El motivo de la fuga no está claro, al igual que la forma en que pudo haber pasado desapercibida durante más de diez días, y comenzó desde las vacaciones de Navidad. El diario alemán Der Spiegel informó que la cuenta de Twitter solo seguía a un par de otros usuarios, incluido anonymousnews.ru, un sitio conocido por difundir el discurso de odio de la extrema derecha. De hecho, el único partido representado en el Bundestag que no se vio afectado por la filtración ha sido la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD).
“Los datos filtrados podrían haberse obtenido durante un ataque de piratería anterior al Parlamento alemán. En 2015, la Oficina Federal de Seguridad de la Información (BSI) cerró la intranet parlamentaria después de que se supiera que piratas informáticos habían instalado spyware en el sistema. En ese momento, el dedo apuntaba a los hackers rusos”, señala el periódico inglés The Guardian.
Rusia, en la mira
Aunque las primeras investigaciones, según publica la prensa alemana, explican que las autoridades detectaron la existencia de una plataforma cuyo operador podría estar en la ciudad de Hamburgo, varias fuentes señalan la posibilidad de que los ataques se hayan efectuado desde Rusia o China.La policía criminal (BKA) y los servicios de inteligencia están a cargo de la investigación.
El ejército alemán lanzó en 2017 su “ciberejército” que, junto a las fuerzas terrestres, aéreas y navales, protege al Bundeswehr de los ciberataques, entidad que no fue atacada esta vez.
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En los últimos años, el Bundestag y varios partidos políticos fueron el blanco de ciberataques que, según Berlín, son realizados por los servicios de inteligencia extranjeros. Los principales sospechosos son los hackers rusos. Alemania está preocupada por los posibles intentos —sobre todo por parte de Rusia— de influir en el clima político nacional mediante ciberataques o acciones de desinformación.
A fines de noviembre de 2018, Der Spiegel ya había revelado un ataque informático a varios buzones de correo electrónico de los diputados.
Inseguridad en la red
En 2013, el analista Edward Snowden, uno de los fugitivos más famosos del mundo que hoy está en Rusia, acabó con la edad de la inocencia. Entonces, filtró miles de documentos y contó cómo la inteligencia de Estados Unidos espiaba las comunicaciones de millones de personas.Ver más: Alemania sufró hackeo en 2018
Por eso, Facebook, Google, Apple y Microsoft, a finales de ese año, lanzaron una campaña contra la recolección masiva de datos. Según encuestas realizadas en Europa y Estados Unidos, el 81 % de los usuarios de internet se declaran inseguros al compartir información privada en redes sociales... y parece que tienen razón. Horas después de conocerse la filtración más grande de la historia alemana, la cadena hotelera Marriott informaba que les habían robado más de cinco millones de números de pasaporte y 20,3 millones otros datos de sus huéspedes. EE. UU. cree que China está detrás del ataque.