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Altos funcionarios del gobierno de Donald Trump inspeccionarán cuatro bases militares estadounidenses para determinar si pueden acoger a niños que atravesaron ilegalmente la frontera, informó el periódico The Washington Post.
La semana pasada, el secretario de Justicia, Jeff Sessions, había advertido que las personas que ingresen ilegalmente al país junto a sus hijos serían separadas de éstos.
Citando un correo electrónico enviado al Pentágono por el Departamento de Salud, el Washington Post indicó que integrantes del gobierno federal visitarán bases militares en Texas y en Arkansas, en el sur del país.
Se trata, de acuerdo al email consultado por el Washington Post, de visitas preliminares, y ninguna decisión al respecto ha sido tomada hasta el momento.
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La AFP intentó sin éxito recabar declaraciones de funcionarios del Pentágono y del Departamento de Salud.
Familias separadas
"No queremos separar familias, pero no queremos que familias vengan a la frontera ilegalmente": el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, reiteró la política migratoria de "tolerancia cero" del gobierno de Donald Trump."Si cruza la frontera ilegalmente, le procesaremos, es así de simple", dijo el fiscal junto al jefe de la policía migratoria ICE, Thomas Homan, en San Diego. Un centenar de centroamericanos atravesó México hasta Estados Unidos con el objetivo de pedir asilo. La movilización fue muy criticada por Trump, que llegó al poder con la promesa de deportar a millones de indocumentados y construir un gigantesco muro en la frontera sur.
"Si contrabandea indocumentados por nuestra frontera, le procesaremos; si contrabandea un niño, le procesaremos. Y el niño será separado de usted como lo requiere la ley", dijo el fiscal general -equivalente a un ministro de Justicia-, que ha sido uno de los principales promotores de leyes migratorias más duras.
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"Los estadounidenses tienen razón, y es justo y decente que pidan esto, que quieran fronteras más seguras y un gobierno que sepa quién está aquí y quién no", indicó. "Donald Trump se lanzó a la presidencia con ese ideal, creemos que es una de las grandes razones por las que ganó", acotó.
En marzo pasado, el presidente inspeccionó varios prototipos de muralla erigidos en Otay Mesa, a pocos kilómetros de donde Sessions habló el lunes. El vicepresidente Mike Pence y la secretaria de Seguridad Nacional, Kirstjen Nielsen, visitaron también este año la frontera.
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El gobierno canceló a su vez, el viernes pasado, el Estatus de Protección Temporal (TPS) para Honduras, programa por el cual unos 60.000 inmigrantes de ese país residen legalmente en el país.
Estados Unidos "no puede acoger a todo el mundo en la Tierra que esté en una situación difícil", indicó Sessions. "Queremos que todo el mundo sepa que esta frontera no está abierta. No venga ilegalmente. Haga su pedido, espere su turno", zanjó Sessions, cuyo discurso fue brevemente interrumpido por un manifestante.
Según un funcionario del Departamento de Salud citado por el Washington Post, los establecimientos destinados a los niños están completos en 91% de su capacidad. Las medidas de combate a la migración clandestina que se plantea el gobierno republicano harían que estos centros se vean desbordados.
En julio de 2014, Estados Unidos conoció un nivel récord de arribo de niños provenientes de América Central. Ese año, unos 60.000 menores atravesaron la frontera.
En el período más duro de la crisis, la administración demócrata de Barack Obama utilizó bases militares en California, Oklahoma y Texas para alojar a miles de niños, indicó el Washington Post.
Con Información de AFP y EFE