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Desde el inicio de las protestas masivas en Ecuador el pasado 2 de octubre, los gobiernos de la región han culpado a agentes externos de propiciar el levantamiento social, y en particular han señalado a Nicolás Maduro como el mayor agente del caos. Tanto el gobierno ecuatoriano, en cabeza de Lenín Moreno, como el colombiano, en manos de Iván Duque, han apuntado a que Maduro ha cocinado desde Venezuela un plan para “desestabilizar la democracia en la región”. Eso sí, sin presentar pruebas consistentes de esa conjetura.
El último en sumarse a esta línea de denuncias fue Alejandro Ordóñez, embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), quien durante la reunión extraordinaria que mantuvo este organismo el martes a raíz de la crisis en Ecuador apuntó a que es “totalmente condenable la información que vincula al régimen político de Caracas (de Maduro) como uno de los actores con intereses claros en la desestabilización de la democracia ecuatoriana”. Ordóñez remató su intervención añadiendo que desde Venezuela también se estaría gestando un plan para desestabilizar a Colombia, pues informó que durante las protestas estudiantiles en el país en días anteriores las autoridades identificaron a dos venezolanos que ingresaron “de manera irregular” y que se unieron a las marchas. Esta declaración continúa con un ya extenso historial de denuncias de presunta intervención contra el mandatario oficialista. Le puede interesar: Presidente de Ecuador cambia a dos altos mandos militares tras protestas
Antes de Ordóñez, el canciller ecuatoriano, José Valencia, denunció explícitamente al gobierno de Maduro como uno de los gestores de una presunta injerencia extranjera que buscaba desestabilizar su país y derrocar al presidente Moreno, en la que también habrían participado miembros del Ejército de Liberación Nacional (ELN), según el mandatario ecuatoriano. “Aprovecharon el reclamo por la terminación del subsidio para desestabilizar al país, y crear un caos que tendría una proyección regional en algún punto”, dijo Valencia.
Días atrás, el canciller colombiano, Carlos Holmes Trujillo, escribió desde su cuenta de Twitter que “venezolanos violentos” estarían infiltrando en las protestas ocurridas en varios países de la región. El jefe de la cartera de Exteriores de Colombia indicó que el gobierno de Duque actuará con “el peso legítimo de la ley contra venezolanos violentos que infiltren la protesta social pacífica. Intentos desestabilizadores en varios países, promovidos por dictador Maduro, serán denunciados ante Consejo Permanente de la OEA y el TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca)”. De igual manera, la vicepresidenta colombiana, Martha Lucía Ramírez, compartió la teoría del canciller, y añadió en su momento que esperaba que los indígenas de Ecuador, quienes permanecían en protesta, no dejaran que “el germen populista y de odio de Maduro y el socialismo del siglo XXI destruya a ese país de enorme potencial”.
Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela y reconocido como presidente interino del país por más de 50 naciones, también se sumó a la hipótesis y añadió por su lado que “detrás de los ataques a la democracia ecuatoriana, se esconden intereses egoístas de grupos facinerosos que bajo el falso argumento de proteger los derechos de los más desposeídos y vulnerables, apelan a la alteración de la paz y la tranquilidad de la mayoría del pueblo ecuatoriano”.
Desde el Palacio de Miraflores en Venezuela, el gobierno de Maduro ha contestado a las críticas de sus vecinos a través de su ministro de Relaciones Exteriores, Jorge Arreaza, quien aseguró el lunes que el gobierno de Duque estaba promoviendo la xenofobia y odio contra migrantes venezolanos con el objetivo de desviar la atención de sus “tragedias internas”. Vea también: De a poco Ecuador recupera la calma
“Más que una obsesión, se trata ya de una ridiculez. Iván Duque y Carlos Holmes Trujillo han pulverizado la política exterior de Colombia. Tratan de evadir todas sus tragedias internas, acusando a Venezuela, promoviendo el odio y la xenofobia. Carecen del coraje para afrontar su realidad”, sentenció Arreaza.
Pese a que las protestas en Ecuador llegaron a su fin, tras el acuerdo logrado entre Moreno y los manifestantes, los gobiernos de la región continúan tejiendo conjeturas para responsabilizar a Maduro de las crisis internas en diferentes naciones. La situación en Quito poco a poco vuelve a su normalidad, así como la estratégica política exterior de Duque y Moreno contra Maduro. “Somos conscientes qué estamos enfrentando, quienes están auspiciando el caos, cuál es su propósito y que intereses criminales los están protegiendo”, concluyó Ordóñez.