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En un momento en el que el debate del aborto volvió a cobrar protagonismo en el mundo, el papa Francisco aseguró este sábado que prohíbir la interrupción voluntaria del embarazo era una cuestión humana, no religiosa, y reafirmó que hacerlo es equivalente a contratar a un sicario.
"¿Es justo eliminar una vida humana para resolver un problema? ¿Es justo contratar a un sicario para resolver un problema?", declaró el papa. "No entren en lo religioso cuando es una cuestión humana", añadió.
El pontífice argentino hablaba ante los participantes de un coloquio sobre la lucha contra el aborto terapéutico, propuesto en casos en que los diagnósticos prenatales revelan graves malformaciones.
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"Ningún ser humano puede ser considerado como incompatible con la vida", insistió el papa.
En este caso, los cuidados no son un gasto sino que ayudan a "los padres a preparar su duelo y a percibirlo no sólo como una pérdida sino como una etapa [...] Este niño permanecerá en sus vida para siempre, y habrán podido amarlo", insistió.
Para el papa, en lugar de proponer el aborto terapéutico hay que crear "redes de amor" para evitar que el miedo a la enfermedad y del sufrimiento no condene a las familias a la soledad.
Francisco dijo que "los niños, desde el vientre materno" son "pequeños pacientes, que a menudo pueden curarse con intervenciones farmacológicas, quirúrgicas y asistenciales extraordinarias".
El pasado 15 de mayo, el estado de Alabama, en Estados Unidos, aprobó una estricta ley que castiga hasta con 99 años de cárcel a quien practique un aborto. Aunque en Estados Unidos es legal desde 1973, varios estados conservadores han intentado a través de maniobras legslativas presionar para revertir la sentencia "Roe vs. Wade", que despenalizó esta práctica médica.