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Las autoridades israelíes instalaron detectores de metales para mejorar las condiciones de seguridad en la explanada de la Mezquitas, uno de los lugares más sagrados tanto para el judaísmo como para el islam.
Las nuevas medidas de seguridad en el sitio, ubicado en la ciudad vieja de Jerusalén fue interpretado como un intento por apropiarse del lugar por parte del Gobierno israelí.
La tensión siguió escalando a otro nivel cuando la fuerzas de seguridad israelíes impidieron la entrada de hombres jóvenes al sitio. Cuando los visitantes a la explanada se enteraron de que el Ejército israelí solo iba a permitir la entrada de mujeres, niños y hombres mayores de 50 años los forcejeos empezaron y las calles se llenaron de alfombras donde realizaban sus oraciones la decenas de personas a quienes se les había impedido el paso.
"¿Por qué tenemos que atravesar los detectores?. Solo venimos a rezar. Queremos acceder libremente a nuestro lugar de rezo" le dijo a la agencia EFE una de las personas musulmanas en el sitio.
Los visitantes musulmanes también se quejaron de que los detectores de metales eran medidas innecesarias si se considera la gran cantidad de cámaras de seguridad que han sido instaladas en el sitio. Las revueltas no se hicieron esperar-
Tres palestinos murieron: Mohamad Sharaf, un joven de 18 años del barrio jerosolimitano de Ras Al Amoud, cayó tras recibir un disparo en el cuello, Mohamad Hasan Abu Ganem, de 19 años, en enfrentamientos en el barrio de A Tur y Mohamad Lafi, de 17 años, herido en el barrio de Abu Dis, en el este del muro de separación que Israel construyó en Cisjordania.
Un vídeo difundido en las redes sociales muestra como un grupo de palestinos se lleva a escondidas uno de los cadáveres del hospital Makased, en el Monte de los Olivos, para enterrarlo de inmediato y evitar que sea confiscado por las autoridades israelíes, que en varias ocasiones han tardado meses en entregarlos a las familias.
El servicio de emergencias de la Media Luna Roja confirmó 391 heridos en los disturbios, muchos de ellos por inhalación de gas, pero también decenas por quemaduras y heridas de munición real y de balas recauchutadas, confirmó a Efe un portavoz.
En las inmediaciones de la Ciudad Vieja, Efe presenció cargas policiales y detenciones de los fieles que, finalizado el rezo en las calles, lanzaron botellas de agua a los agentes que cortaban el acceso a la ciudadela amurallada.
Por otra parte, al menos tres civiles israelíes murieron y una cuarta persona resultó herida grave tras ser atacados en una vivienda por de un palestino con un cuchillo.
"Un asaltante se infiltró en una vivienda privada en la comunidad de Neve Tsuf (también llamada Halamish), al noroeste de Ramala, y apuñaló a cuatro civiles israelíes", señala un comunicado castrense que añade que "se disparó contra el asaltante", sin confirmar si este murió.
Una portavoz del Ejército dijo a Efe el atacante era un palestino de Cisjordania.
El suceso tuvo lugar poco después de las diez de la noche.
Según informó el servicio de emergencias Maguen David Adom (MDA, Estrella de David Roja), entre las víctimas mortales se encuentran dos hombres, de cuarenta y sesenta años, y una mujer de cuarenta, mientras que la herida es una mujer de sesenta años que ha sido hospitalizada.
El canal 10 de televisión aseguró que el atacante es un joven palestino de un pueblo cercano, que entró al asentamiento a pie, saltando una valla y armado con un cuchillo, antes de entrar en la vivienda, donde había alrededor de una decena de miembros de una familia acabando la cena de shabat (jornada sabática judía, que comienza a la caída de la noche del viernes).
El digital Times of Israel identifica al atacante como Omar Al Abed Al Jalil, de 19 años y del pueblo de Kaubar, cercano a Ramala.